Rosa María Sardá: “No se lucha contra el cáncer. El cáncer es invencible”
La actriz mantuvo una charla con Jordi Évole en la que habló de sus sentimientos respecto a su enfermedad y de la situación generada por la pandemia
Rosa María Sardá fue mucho en un momento de la historia cultural de este país. Teatro, cine, televisión, hábil entrevistadora que utilizaba la infalible llave del humor para abrir el cofre de los secretos de sus entrevistados, cinco veces conductora de los Premios Goya... Pero hace seis años, todo se paró. Con 72 llegó el cáncer y con él el momento en el que quien ha sido calificada como la gran show-woman patria decidió retirarse a sus trincheras para enfrentarse al “bicho”, como lo ha denominado en alguna ocasión.
Este fin de semana la actriz, que tiene 78 años, se dejó entrevistar a través de vídeo conferencia por Jordi Évole para hablar de la vida y de la crisis provocada por el coronavirus en España. También de la situación de la cultura y de su propio estado de ánimo. La conversación fue saltando de lo personal a lo colectivo y relacionando una cosa con otra. Pero cuando la actriz habló de su enfermedad casi dejó sin palabras al entrevistador: “Yo no estoy en el mejor momento de mi vida porque a los 78 años no se está en el mejor momento de la vida. Y estoy enferma, más o menos. Yo tengo un cáncer, pero no saben dónde y se lo inventan”, afirmó Sardá. Y continuó: “Está controlado”. Pero cuando Évole le preguntó por su batalla personal la respuesta de la actriz fue rotunda: “Yo no lucho contra nada, no se lucha contra el cáncer, el cáncer es invencible. Es una cuestión de que los que se ocupan de ti tengan más o menos tino al programar unas ciertas medicaciones. No se trata de una lucha porque el cáncer siempre gana. Siempre”, afirmó.
En diciembre de 2019 Rosa María Sardá, publicó su autobiografía, Un incidente sin importancia, un libro editado por Planeta en el que desgranó los recuerdos de sus seres más queridos en textos íntimos escritos a lo largo de los últimos 10 años. En una entrevista que publicó EL PAÍS durante la promoción del libro, en diciembre de 2019, manifestó: "Cuando escribí esto no sabía que estaría condenada a morir de cáncer. Pero el bicho sigue ahí, tengo nuevo tratamiento, pero estoy muy cansada. El año que viene veré qué hago. Igual dejo la medicación y que dure lo que sea, a fin de cuentas tengo 78 años. Lo único que me queda por hacer es morirme”. A lo que añadió: "Pero como dice la última frase de mi libro, 'qué complicado es morirse en el primer mundo, y qué caro”.
Durante la entrevista con Évole se mostró también escéptica pero esperanzada con la situación general de la cultura y del país: “En mi profesión siempre hemos estado en crisis y así seguimos. Soy una vieja socialista y ni ellos han dado la suficiente importancia a la cultura y eso hay que recordárselo a quienes están ahora en la palestra”. Pero mostró que no se da por vencida a pesar de calificar a España como “este estrambótico país”: “No todo está perdido si alguien pone hilo en la aguja, si todos arrimáramos el hombro, si de verdad fuésemos un país unido y solidario”.
Sin embargo no pecó de optimista y también dijo que le incomoda sobre todo la injusticia y que si le preguntaran si cree que saldremos mejores de todo esto, diría que cree que no: “Seguirán vendiendo armas, seguirá existiendo la explotación del hombre por el hombre, seguiremos recibiendo pateras con gente que nadie quiere, seguirán existiendo los campos de refugiados. Alguien muy sabio dijo que lo contrario de la riqueza no es la pobreza, es la justicia. Mientras no haya justicia social no habrá paz en el mundo. No sé cómo los que tienen más de dos duros pueden vivir tranquilos, no lo entiendo, no lo entenderé nunca”, dijo Rosa María Sardá.
Al centrarse en la actual pandemia recordó la época en la que apareció el sida y a su hermano Joan, que murió por su causa: “Era muy distinto. Ahora aquí todos se sienten implicados, cualquiera puede pillar el coronavirus, el sida era de gente marginal, de gente degenerada..., y los rehuía. Fue horroroso y vergonzoso lo que se hizo con los enfermos de sida. Yo no soy creyente, pero no puedo ir al infierno porque ya he estado allí”, afirmó.
Rosa María Sardà nació en Barcelona en 1941, su padre era un campesino que emigró a Barcelona y su madre enfermera. Ella es la mayor de los cinco hijos que tuvo la pareja: Santiago, escenógrafo, Federico, empresario, Xavier, periodista y muy conocido en radio y en televisión, y Joan. Su madre enfermó siendo los hijos muy jóvenes y ella se ocupó de sus hermanos. “Nunca nos soltó de la mano, ni siquiera ahora”, ha dicho en muchas ocasiones Xavier Sardá. Durante casi tres décadas estuvo unida a Josep María Mainat, del trío cómico La Trinca y más tarde exitoso productor de televisión y uno de los fundadores de la productora Gestmusic, de donde salieron formatos tan populares como No te rías que es peor, Crónicas marcianas, Operación Triunfo o Mira quien baila. La compañía fue absorbida por Endemol donde Mainat continuó como director ejecutivo.
La pareja, que tiene un hijo que también es actor, Pol Mainat, se separó discretamente. Un hecho que se conoció en 2002, algunos años después de haberse producido su ruptura.
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