Los experimentos de Sardá

La época de los programas diarios y de Crónicas marcianas ha quedado atrás para Xavier Sardá. En octubre, el presentador se embarca en una nueva aventura, ADN Max, un programa que ayer se presentó en el FesTVal como la principal apuesta de Discovery Max para la nueva temporada. Acompañado por Martina Klein, Carlos Córdoba y Marta Márquez, Sardá será el responsable de conducir un formato que incluirá contenidos relacionados con la ciencia y tecnología rociado con toques de humor y mucho entretenimiento.

“Espero que no me utilicen como conejillo de indias”, bromeaba Sardá tras la presentación de ADN Max, el primer programa en plató de producción propia del canal y en el que se llevarán a cabo experimentos y pruebas científicas o con gadgets varios. “Uno ya tiene una edad en la que sabe a qué decir que no. Pero cuando te llaman con un programa y un canal que te gusta, y luego preguntas si es semanal y te dicen que sí, y que tiene una duración racional, humana, me apunté sin dudarlo”, dice el presentador.

Sardá regresa así a la televisión como presentador tras su paso por las tertulias políticas, donde ha podido experimentar lo que es ser colaborador de un programa. “Yo siempre veía a los colaboradores de los programas que decían ‘hasta la semana que viene’, y pensaba ‘pagarán menos, pero qué bien viven’. Eso lo he podido experimentar ahora”. Durante este tiempo ha habido ofertas a las que ha dicho que no. “En este momento estaba en otra órbita, ya he vivido la época de hacer programas diarios y ese fragor”, explica. Por ejemplo, ya no se ve presentando un magacín diario, aunque se lo hayan propuesto, como confiesa.

Aunque no reniega de su época en Crónicas marcianas, tampoco cree que sea un programa que se eche de menos en la televisión actual. “La noche ha cambiado. Tampoco volvería a embarcarme en un programa así. Son épocas esplendorosas, pero pasadas”. A pesar de las críticas que recibía un espacio como Crónicas marcianas en su momento, Sardá recalca los excelentes datos de audiencia que cosechaba para defenderlo. “Entonces se criticaba mucho. Yo decía, ¿pero es todo tan malo, todo, todos los días? Eso sí, teníamos premios y unas audiencias enormes. Era un programa con un gran nivel formal, con un altísimo nivel de espectáculo durante todo el programa. No tengo ningún problema en reconocer que el maestro de ceremonias del circo es un personaje con mucho prestigio”.

Ahora se pone al frente de un programa para el que podrá rememorar aquellos experimentos que practicaba con el “Cheminova” cuando era pequeño. Habrá que esperar a octubre para comprobar cómo es ADN Max, un programa que Martina Klein defiende como “el tipo de programa que me gustaría que viera mi hijo” o que Carlos Córdoba describe como “la clase de televisión imprevisible, en la que no sabes lo que va a pasar”. Como cuando Xavier Sardá, por si acaso, no se atrevió durante la presentación ante la prensa a quedarse debajo de un globo con agua que, como se demostró en directo, no explota cuando se acerca un mechero a él por la zona donde está el agua. Ahora prefiere dar un paso a un lado y ceder protagonismo.