Sticky buns: los primos poco vistos de los rollitos de canela
Estos pasteles son primos hermanos de los 'cinnamon rolls', y como tal no son exactamente iguales: en lugar del clásico glaseado blanco, se hornean encima de toffee mezclado con miel y nueces pecanas.
Los rollitos de canela nacieron en los países nórdicos, los estadounidenses los popularizaron, y ahora puedes comerte uno en la mayoría de ciudades del mundo. El porqué no es muy complicado de deducir: son bonitos y su forma en espiral hacen que sean imposiblemente tiernos, con capas finas que se separan en cada bocado en una especie de hojaldre de bizcocho. Además aguantan muy bien el paso del tiempo gracias al glaseado, y son muy sencillos de preparar comparados con otras preparaciones de repostería. Vamos, que aquí todo el mundo gana.
El único problema que yo les veo es que ya me he comido muchos. La mayoría se parecen bastante en cuanto a forma, sabor y textura, es difícil encontrar un cinammon roll que te haga decir “wow”. Hay excepciones, claro: en Madrid la panadería Novomundo hace unos de hojaldre con buttercream increíbles; y Panem unos nudos de hojaldre rellenos de canela que te hacen decir “wow” y sonreír con emoción. Pero bueno, que me voy por las ramas: los rollitos de canela están un poco vistos, y hay que variar un poco.
La receta de hoy es la de los primos hermanos de los cinammon rolls: los sticky buns. El nombre se traduce como “bollitos pegajosos”, y su definición es la siguiente: son unos rollitos de canela normales, pero que en vez de llevar el clásico glaseado blanco, se hornean encima de toffee mezclado con miel y nueces pecanas. Después se invierten, revelando unos bollitos brillantes, esponjosos, y sobre todo, pegajosos. Son dulces en el punto justo, como debe ser -cosa difícil cuando ese glaseado blanco clásico entra en juego- y el contraste de texturas y sabor que aportan las nueces pecanas los hacen, en mi humilde opinión, un poco superiores.
Esta receta también incluye un tangzhong, una técnica japonesa que consiste en cocinar una mezcla previa de harina, leche y agua para gelatinizar la proteína de la harina y aumentar su capacidad de absorción de agua. Por lo tanto, al añadir el tangzhong a la masa conseguiremos unos bollitos más jugosos, y también un amasado más corto.
Dificultad: La masa de brioche es un poco pegajosa, pero con paciencia y ganas de comer todo acaba saliendo bien.
Ingredientes
Para los bollitos
- Tangzhong (20 g de harina + 20 ml de agua + 20 ml de leche)
- 450 g de harina de trigo
- 7 g de levadura instantánea seca de panadero
- 50 g de azúcar
- 2 g de sal
- 100 ml de leche entera
- 75 ml de agua
- 2 huevos L
- 50 g de mantequilla sin sal
Para el relleno
- 25 g de mantequilla sin sal
- 150 g de azúcar moreno
- 4 g de canela molida
- Ralladura de 1 naranja
- Nuez moscada al gusto
Para el glaseado
- 125 g de mantequilla sin sal
- 125 g de azúcar moreno
- 50 g de miel
- 10 g de miel de caña (opcional)
- 2 g de sal
- 150 g de nueces pecanas
Instrucciones
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