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Panna cotta de cítricos

En estas mismas páginas se vertieron furibundas críticas hacia este postre de origen italiano. Hoy lo elaboramos con pomelo, naranja, lima y limón para demostrar que esta “nata cocida” sí está muy rica.

Amarás la panna cotta
Amarás la panna cottaJulia Laich
Julia Laich

Hace apenas unas semanas, Mikel López Iturriaga, mandamás de El Comidista, despotricaba en contra de la panna cotta sin ningún tipo de reparo: “No tiene ni el sabor del flan ni la gracia de su textura. Es como un flan soso infantil, más cuajado y pastoso”, decía, entre otras infamias que no reproduciré aquí por respeto a los que sí nos gusta este postre italiano. Y aquí estoy yo, con mi panna cotta de cítricos, llevándole la contraria. Qué insolente es la juventud, dirán algunos.

La sencillez -sobre todo en lo referido a la elaboración- es lo que encumbra para mí a este postre. Como bien explicaba Ana Vega ‘Biscayenne’ en esta receta, panna cotta significa “nata cocida” y su nombre es oriundo del Piamonte italiano. Lo habitual es prepararla con vainilla pero la nata tiene la gran cualidad de infusionarse maravillosamente con casi cualquier ingrediente aromático: en este caso son la ralladura de limón y naranja lo que le da el sabor.

Para acompañar tenemos unos gajos de pomelo, lima y naranja que dejamos reposar con el zumo de todos los cítricos que utilizamos -aquí no se tira nada- y un poco de azúcar. No hemos incluído las peladuras de pomelo y lima pero puedes aprovecharlas para aromatizar cualquier preparación o bebida, o para hacer una confitura.

Tiempo: 20 minutos

Dificultad: Poquisísima

Ingredientes

Para 4 panna cotta individuales

  • 200 ml de nata para montar
  • 40 ml de leche
  • 50 g de azúcar
  • 4 g de gelatina sin sabor en polvo (o media hoja)
  • 20 ml de agua fría
  • 1 limón
  • 1 lima
  • 1 naranja
  • 1 pomelo rosa
  • Menta fresca

Instrucciones

1.

Poner la nata, la leche y 40 g de azúcar en un cazo. Añadir la ralladura del limón y de la naranja. Calentar a fuego medio removiendo de vez en cuando para que no se pegue. Apagar y retirar del fuego en cuanto llegue a ebullición. Dejar reposar durante 10 minutos.

2.

Mientras, hidratar la gelatina en el agua fría (puedes seguir la proporción de gelatina y agua que indique el fabricante). Verter a la nata una vez haya reposado.

3.

Colar la mezcla y repartir en moldes o vasitos individuales. Llevar a la nevera para que se endurezca, como mínimo, cuatro horas antes de consumir.

4.

Pelar la naranja, la lima y el pomelo a lo vivo, sacar todos sus gajos y colocar en un plato hondo. Sobre un cuenco exprimir los hollejos de las tres frutas. Mezclar con el zumo del limón y el azúcar restante (una cucharada rasa, aproximadamente). Verter el zumo azucarado sobre la fruta. Dejar reposar en la nevera hasta el momento de servir la panna cotta.

5.

Desmoldar la panna cotta sobre un plato de postre con la ayuda de un cuchillo fino y humedecido. Colocar los gajos de fruta alrededor. Opcionalmente, reducir el zumo de las frutas en un cazo hasta que espese ligeramente y verter un poco por encima. Terminar con hojas de menta fresca.

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Sobre la firma

Julia Laich
Redactora y guionista, principalmente de gastronomía. Sus textos y recetas han aparecido en EL PAÍS, Bestial! (RTVE), Revista NT y Bon Viveur. Es cofundadora de Bizio, una pequeña productora de sidra vasca, y gestiona el área digital de la revista argentina Anchoa. Graduada en Comunicación Audiovisual y Máster en Reportaje y Documental Transmedia.

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