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Con las manos en la masa: cebolleta en vinagreta

El Comidista continúa publicando todas las recetas mencionadas en la sintonía del programa 'Con las manos en la masa'. Hoy toca la cebolleta en vinagreta, con sugerencias para hacer otros encurtidos caseros.

Siguiente entrega: morteruelo
Siguiente entrega: morterueloMÒNICA ESCUDERO

Seguimos con nuestro particular homenaje a Con las manos en la masa, el programa en el que Elena Santonja mezclaba las clases de cocina con el famoseo. Para recordarla después de dos años de su muerte, preparamos las recetas mencionadas en la imborrable canción de Vainica Doble y Joaquín Sabina. En aquel estribillo, después de las papas con arroz, el bonito con tomate, el cochifrito, la caldereta y las migas con chocolate le tocaba el turno a la célebre cebolleta en vinagreta.

Solemos comprar los encurtidos hechos -en este país somos bastante de encurtidos, además- pero prepararlos en casa también tiene muchísimo encanto. Primero porque es muy fácil, segundo porque así puedes encurtir cosas que no se comercializan en este formato -por ejemplo, los deliciosos rabanitos- y tercero porque así puedes ajustar el resultado final a tu gusto. Hay quien prefiere los pepinillos muy ácidos, con un porcentaje altísimo de vinagre, y a quien le gustan más suaves, hay gente a la que le priva el aroma del eneldo y otros que prefieren las clásicas semillas de mostaza (y lo mismo con el punto de sal o dulzura).

Hoy he preparado las cebolletas en un vinagre dulce porque creo que a esta hortaliza se queda especialmente bien (mejor que a los pepinillos, que ya es decir). He usado un 80% de vinagre de vino blanco y un 20% de agua porque es la proporción que me gusta, pero podéis jugar con las que prefiráis, y también con el tipo de vinagre que le de a vuestro cuerpo más alegría, Macarena. Podéis usar las semillas o hierbas aromáticas que más os gusten, desde las clásicas como pimienta, tomillo o romero -enteras, en rama- a las más exóticas, como el lemongrass o el cardamomo.

Además de cebolleta, con este sistema podéis encurtir pepinillos -venden unos pequeños que van perfectos-, remolacha, rabanitos redondos, nabo o zanahorias pequeñas. Todos os servirán para alegrar un bocata, una ensalada o un potaje de legumbres. Si queréis hacer un mogollón, que os duren mucho tiempo y tenerlas en la alacena en lugar de ocupando sitio en la nevera, podéis conseguirlo esterilizando antes los botes y haciendo posteriormente el vacío con la técnica del baño maría.

Dificultad: Mucho más fácil que no ponerse triste porque pronto se nos acaba la serie de la canción de Vainica Doble.

Ingredientes

  • 600 g de cebollitas de platillo
  • 50 g de sal
  • 400 ml de vinagre de vino blanco
  • 100 ml de agua
  • 3 cucharadas de azúcar
  • 1 cucharada de semillas de mostaza
  • 30 bayas de pimienta de Jamaica

Instrucciones

1.
Quitar la punta y la base de las cebolletas con una puntilla. Ponerlas en un bol o una olla y cubrir -del todo y al menos tres dedos por encima- con agua hirviendo. Dejar que se enfríe.
2.
Sacar la piel de las cebolletas, que saldrá con facilidad gracias al escaldado, y secarlas bien con un paño de cocina limpio. Ponerlas de nuevo en un bol seco, añadir 50 g de sal gruesa, remover, cubrir y dejar reposar de un día para otro, removiendo un par de veces durante el proceso.
3.
Lavar bien las cebolletas con agua muy fría, secarlas, si se quiere, cortarlas por la mitad a lo largo y ponerlas en el tarro o los tarros -siempre muy limpios- en el que las vayamos a guardar.
4.
Calentar el vinagre y el agua con las semillas de mostaza, las bayas y el azúcar. Cuando el azúcar esté completamente disuelto y el líquido hierva, verterlo sobre las cebolletas. Tapar y llevar a la nevera: 10 días después estarán listas para comer.

Más platos de la sintonía de Con las manos en la masa.

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