El pueblo gallego que lleva medio año adelgazando
Dos kilos y medio al mes: ésta es la media de pérdida de peso medio de los 4.000 participantes en un plan colectivo contra la obesidad en Narón (A Coruña). ¿Cómo lo han logrado?
Cuando María Teresa leyó los resultados de su último análisis de sangre, uno de los índices aparecía con el asterisco anexo de "algo va mal": la glucosa. María Teresa Rodríguez pesaba 81 kilos y mide 1,53. Vamos, tenía sobrepeso. Su doctor del Servicio Galego de Saúde, Carlos Piñeiro, le recomendó entonces unirse a un plan que acababa de poner en marcha llamado 100.000 motivos de peso.
- Es una dieta colectiva, María.
- ¿Cómo que una dieta colectiva?
- Sí, de todo Narón.
100.000 motivos de peso tuvo su germen en el despacho de Piñeiro hace ahora nueve años. "Observamos que el sedentarismo y la obesidad eran problemas comunes en la ciudad", nos cuenta. Tanto que 15.000 vecinos de Narón (A Coruña) estaban por encima de su peso recomendado. Seis de cada diez. Con este diagnóstico en mano, Carlos comenzó a tejer un plan intersectorial que no se quedase en su consulta de médico de familia y que abarcase a todos: desde el Ayuntamiento hasta la comunidad educativa, e incluso las empresas de la zona.
Así nació 100.000 motivos de peso, un programa que pretende que los casi 40.000 vecinos de Narón que estén por encima de peso adelgacen 100.000 kilos en dos años. ¿Cómo? Con una dieta personalizada, que se complementa con el fomento de la actividad física y el deporte a través de paseos, rutas y mapeo de zonas deportivas. Parece un plan bastante ambicioso, "pero es posible", dice Carlos, entusiasmado por la acogida que está teniendo. 100.000 motivos de peso se puso en marcha en febrero y desde entonces más de 4.100 naroneses se han apuntado. Todavía no existe un balance oficial de resultados, es pronto para hacerlo, "pero hemos observado la media de pérdida de peso en los participantes es de 2,5 kilos por mes", nos cuenta Carlos.
María Teresa, como contaba, es una de las vecinas inscritas. En cinco meses ha adelgazado diez kilos, dos por mes. "El mes pasado llegué a su consulta y le dije: 'Carlos, ¿parece que se me nota, no?', y efectivamente, se me nota. Estoy de maravilla. De esto que te levantas por la mañana y piensas: 'Qué bien estoy, no me cuesta ni ponerme los calcetines'". María Teresa tiene 55 años y combina una dieta de un máximo de 1.200 kilocalorías diarias, con una hora y media de caminata diaria.
Caminar es la prioridad para otro de sus vecinos, Miguel Ángel Rodríguez. Ahora mismo pesa 112 kilos, seis menos que cuando se unió al programa en febrero. "Salimos a andar en grupo de siete a ocho de la mañana. Este ha sido un invierno duro en Galicia, con mucha lluvia, con muchos temporales, pero no importó. Aunque lloviese o hiciese viento nuestra caminata era sagrada, allí estábamos", describe. Y esta es, sin duda, una de las claves del plan, "la actitud de abordaje colectivo, independientemente de cada caso", nos cuenta Piñeiro.
La sensación de pertenencia a algo más grande, "a algo grupal", cautivó también a Alejandra Medín, de 35 años. Alejandra nos muestra las cuatro páginas de sus menús pautados desde el Centro de Salud durante los seis primeros meses de dieta. Al igual que María Teresa tiene un máximo de 1.200 kilocalorías diarias estipuladas. "Hoy he comido 300 gramos de judías verdes como primer plato, y pescado blanco de segundo", relata. En el caso de la cena, tiene muchas opciones: crema de calabacín, panaché de verduras, alcachofas hervidas, setas rehogadas, coliflor con patata, atún a la plancha con pimientos y berenjenas, pechuga de pollo con espárragos, gambas al ajillo, etc. Con su dieta pendiendo de la puerta de la nevera, Alejandra ha conseguido perder 11 kilos en cinco meses. Ahora mismo su báscula oscila en los 70 kilos. "Me siento mucho más animada, más ágil. He bajado de peso, de talla, y además estoy comiendo mucho mejor. Aunque parezca paradójico, porque estoy a dieta, tengo mucha más energía".
Menú ártabro
El programa 100.000 motivos de peso cuenta con el respaldo del Concello de Narón, el Sergas y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad. Pero también con la colaboración del conjunto de las entidades vecinales, de los centros educativos y de las asociaciones de mayores. "Es un proyecto poroso donde entran todos", suscribe Carlos. E incluye, claro, a los restaurantes del municipio. Por el momento, hay 12 locales inscritos que comenzarán a ofrecer a los comensales menús basados en productos de Narón y platos equilibrados para los más pequeños. "Pero el objetivo es conseguir que se inscriban hasta 30 restaurantes", nos cuenta Pablo Villamar, el impulsor del club gastronómico de Narón.
A este menú de cercanía que ofrecerán los restaurantes lo han bautizado como "menú ártabro", en honor a la costa que baña Narón y que lleva este nombre. Los romanos ya hablaban de un enclave conocido como el Magnus Portus Artabrorum, el gran puerto ártabro. No se sabe con exactitud dónde se ubicaba, pero sí se sabe que estaba en algún punto entre las rías de Ares y de Ortigueira. Son cien kilómetros de costa de generosos arenales y con alguno de los acantilados más altos de Europa.
"Lo que promovemos es que los restaurantes hagan uso de estos productos propios y que además elaboren los platos de una manera saludable", relata Villamar. Y Narón otra cosa no, pero producto tiene abondo. "El mar ofrece muchísimo marisco: ostras salvajes, zamburiñas, almejas -algunas de la zona como la almeja rubia-, moluscos como el carneiro, navajas, percebes, nécora, centolla. Y por supuesto, tenemos mucho pescado". Y si el mar es generoso, también lo es el huerto. Subiendo por la orilla del Río Xuvia, uno se encuentra con numerosos campos de cultivo y árboles frutales. "Tenemos productos locales como el pemento do couto, tomate negro, grelos o lechugas", describe Villamar.
En las casas, en los restaurantes, en los colegios, en Narón casi no se habla de otra cosa. En mayo, recibieron el Premio Europeo de Obesidad. Hace unas semanas, un medio de comunicación finlandés recorrió las calles de la ciudad para reportajear el plan. O "ayer mismo nos visitó un equipo de investigación de la UAB para apoyarnos en el programa de alimentación con una aplicación que estamos diseñando adaptada a nuestras comidas", relata Piñeiro, con un hilo de voz lleno de motivación. "Mira, cuando comenzó 100.000 motivos de peso los vecinos solían comentar entre risas que íbamos a quedar como los gordos de España. Ahora piensan que es un orgullo vivir en un lugar que promueve este estilo de vida".
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