11 horchaterías donde pasar el verano
Hace calor y has escuchado 'Despacito' unas 467 veces. Estás al borde de la locura, pero respira: aquí hay horchata artesanal. Lo de meterle un 'fartón' en la boca a Luis Fonsi ya es cosa tuya.
Está la canción del verano. Los amores de verano. Los informativos interrumpiendo su emisión para decir que, efectivamente, es verano; no vaya a ser que alguien se confunda y se trague, qué sé yo, un polvorón. Y está también quien se va a la playa y postea cosas como: "Aquí, sufriendo". En fin, nada nuevo bajo el sol. El verano, puede que lo hayan adivinado, no es mi estación favorita. Todo es fugaz y espeso. Pero si sobreviví a King África, Las Ketchup o El Koala, lo de Despacito es pan comido. Y además no todo es malo: también hay bebidas de verano. Y entre todas ellas, una que me hace soñar con su regreso cada año: la horchata.
Granizada, líquida o mixta; con granizado de limón, una bola de helado o sola. Con azúcar o sin él. Es que me da igual, me las bebo todas. Esta bebida vegetal de chufa es pura ambrosía. Su sabor innato -hablamos de la horchata natural, con ese toque terroso- compensa los camachos estivales. Y escuchar aquello de que hay que caminar por la sombra e hidratarse. Puestos a seguir consejos más obvios que el mecanismo de un botijo, hagámoslo bien. Una horchata bien fría, con su fartón casero y a seguir compadreando con el de al lado.
No es casualidad. Según me explican desde el Consejo Regulador de la D.O. Chufa de Valencia, España tiene un consumo de horchata que ronda los 45 millones de litros anuales. Casi tantos como habitantes. Y no es para menos. Hablamos de una bebida que nos une a todos: a veganos y carnívoros, a ricos y pobres, a jóvenes y adultos. Y que ha cautivado, incluso, hasta a la NASA. Sí, sí, la NASA: en 2010, la agencia espacial estadounidense se planteaba en este estudio la idoneidad del tubérculo de la chufa para futuras misiones espaciales, por sus propiedades y su resistencia a las altas temperaturas. Algo que corrobora José Miguel Soriano, director del laboratorio Food & Health Lab de la Universidad de Valencia: "La industria espacial está haciendo ensayos simulados en la tierra con productos o plantas que, de alguna manera, puedan producir gran cantidad de oxígeno y que den un producto que luego se pueda usar. Y la chufa, como tubérculo, se está analizando para ver si podría ser alguno de esos alimentos que se lleven en un futuro".
¿Fascinante, verdad? Pues en estas once horchaterías pueden degustar la bebida del verano antes de que los marcianos nos invadan y descubran que blanco y en botella también puede ser horchata. Les aviso de que seguramente no aparezca la horchatería de su pueblo; la mejor sin duda, la más natural y donde corre la brisilla y Despacito aún no ha llegado. Pero estas que me recomiendan los expertos horchateros consultados no le van a la zaga. Para acompañar con o sin fartons. Como la NASA no se decida pronto, se queda sin chufas.
Si vamos a hablar de horchata hay que empezar rindiendo homenaje al municipio valenciano de Alboraya; de donde es originaria esta bebida vegetal, me cuenta la periodista Mariola Cubells. Aunque la chufa también se cultiva en otros 18 términos municipales de la comarca valenciana de la Huerta Norte, como Burjassot, Paterna o Almàssera, me explican desde el mismo Consejo Regulador. Conviene tener esto en cuenta porque, como recalca Cubells, la horchata no viaja: "A no ser que la envases y entonces ya es un producto prefabricado. La horchata de verdad es artesana, totalmente natural. No lleva ningún aditivo químico, es puro zumo de chufas. Por eso tiene una caducidad muy corta [de unos 3-4 días] y es imposible exportarla. Otra cosa es que te compres la chufa (que eso sí se vende en cualquier lugar) y la elabores en Santander, Soria, Algeciras...".
Al preguntarle por sus horchaterías favoritas, esta valenciana recuerda los años en que para tomar horchata de verdad tenía que ir hasta el mismo Alboraya. Ahora la fabrica en casa; cosas del progreso. Pero cuando sale, nuestra especialista lo tiene claro: "La horchatería Daniel es histórica. La horchata que elaboran es deliciosa, fue la primera en introducir los fartons caseros, que se convirtieron pronto en una marca de la casa. En su día, era más un sitio al que ir en verano, pero se nos fue haciendo imprescindible en cualquier estación. Hace unos años esa misma horchatería llegó al centro de la ciudad, al Mercado de Colón, concretamente. Y ahí siguen sirviendo una horchata maravillosa".
Avenida de la Horchata, 41. Alboraya (Valencia).
Mercado Colón. Calle de Jorge Juan, 19. Valencia.
Cubells tiene motivos para presumir de ciudad. Por su descripción, este segundo templo de la horchata que cita, y que está ubicado en pleno barrio del Eixample, es para quedarse a vivir dentro: "Elabora una de esas horchatas que cuando te la bebes dices: sí, esto es. Sabe a horchata. Han puesto la suficiente cantidad de chica, se han esmerado. Sus fartons, caseros también, cuadran el círculo".
Calle de Ciscar, 5. Valencia.
Siendo Valencia no puede haber dos sin tres. Nuestra especialista cierra su trilogía sobre las mejores horchaterías de su tierra con la singular Món Orxat; una de las últimas en llegar, pero que, sin duda, ha revolucionado el panorama de la chufa. Esta empresa sirve su horchata ecológica -"totalmente natural"- en carritos para recrear, así, la forma en que se transportaba antiguamente esta bebida desde los pueblos de la Huerta Norte a Valencia. "Y luego está la que yo hago en casa con mi Chufamix, que es insuperable. Pero esa sería otra historia, y solo podrían disfrutarla unos cuantos privilegiados". Dichosos ellos.
Estación Sorolla. Calle San Vicente Martir, 171. Valencia.
La periodista Isabel Vicente, del diario Información, en Alicante, me chiva otra meca de la horchata de su ciudad: la horchatería Azul. "Es la más típica aquí e histórica. Y su horchata es artesana. Hay que visitarla y probarla". No sé ustedes, pero yo pienso hacerle caso en cuanto recale por la zona.
Calle de Calderón de la Barca, 38. Alicante.
En el paseo marítimo de Alicante tenemos esta otra horchatería que ha acompañado a generaciones y generaciones de amantes; fugaces o no. Me la recomiendan José Miguel García López y su hermano, José Manuel. Y su opinión, créanme, no es baladí: ellos mismos llevan otro kiosco de horchata en Madrid. Y hacen también esta bebida de forma natural. Es decir, saben reconocer su sabor original a kilómetros de distancia. Pero es que, además, son hijos y nietos de una larga tradición familiar de horchateros alicantinos. Pero, un momento, ¿no habíamos dicho que la horchata no podía viajar?
Paseo de la Explanada. Alicante.
Y no, no viaja. Salvo que, como ellos, importes unos 1.500 kilos de chufa de Alboraya para toda la temporada -desde abril y hasta primeros de octubre- y sirvas esta exquisita mezcla de agua, chufa y azúcar en tu kiosco desde 1890. La barra, eso sí, es algo estrecha. Pero la horchata que te ponen, con un punto granizado, justifica los codazos, aunque se puede pedir para llevar. Es dar un sorbo y estar en la costa levantina. Quien no se consuela es porque no quiere. También, como curiosidad, tienen agua de cebada; de los pocos sitios en Madrid donde todavía puede encontrarse esta antigua bebida. Otra delicia.
Calle de Narváez, 8. Madrid.
Nuestra insigne Defensora del cocinero, Marta Miranda, saliva recordando este templo de la capital. "Si estás en Madrid y tienes mono de horchata, debes peregrinar a Alboraya en la calle de Alcalá, 125. Hace años era habitual de sus horchatas y fartons porque trabajaba a pocos metros del local. La horchata se elabora artesanalmente en la horchatería con chufa traída de Alboraya –cultivada en los campos de la familia– y además hacen una leche merengada de esas con copete que es para ponerle un chalé en Torrelodones". Doy fe. Yo soy un habitual de su homóloga de la avenida de Felipe II, y la horchata que sirven, además de estar deliciosamente fría, se puede acompañar de unos fartons caseros que son gloria pura. Veranos así, sí.
Calle de Alcalá, 125. Madrid.
Avenida de Felipe II, 26. Madrid.
Otra visita obligada si están sufriendo el verano en Madrid es esta que me descubre Lolo Seijas, uno de los últimos comidistas en incorporarse. Recomienda vivamente esta horchatería que ha cambiado de nombre -tal vez la recuerden por La Fábrica de la Horchata-, pero no de sabor: "El sitio en sí es bastante cutre, pero cuando ves el traficazo de clientes que tiene, ya notas que tiene algo. Fabrican su propia horchata y la venden en garrafas para llevar. Hiperrecomendable".
Calle de Pedro Tezano, 11. Madrid.
Buscando las mejores horchaterías de Barcelona, le pregunto a nuestro experto Òscar Broc que me comenta que la gente del barrio de Poblenou adora este sitio. "Creo que lleva en activo como un siglo, es cojonudo y la última vez que fui, recuerdo tomarme una horchata con granizado de limón (juraría que era granizado) deliciosa".
Rambla Poblenou, 44-46. Barcelona.
A otro vecino ilustre de Barcelona, Mikel Iturriaga, el jefe de todo esto, le vuelve loco la horchatería Sirvent. Y el símil no es gratuito: "Como ánima en pena que cada verano vaga solitaria por Barcelona en busca de horchata sin azúcar, debo agradecer a Sirvent que disponga de esta bebida en su catálogo. Aunque quizá debería agradecerles más que su horchata sea néctar de dioses: puro zumo de chufa con la densidad perfecta para seducir sin empapuzar. Hay dos Sirvent en el mismo barrio, pertenecientes a dos ramas de la familia del turronero Tomás Sirvent, pero no sé si se llevan muy bien porque en uno hay un cartel que anuncia que no tiene ninguna relación con el otro. El de la calle Parlament es el original, minúsculo y con el encanto de lo viejuno. El de Ronda de Sant de Pau es el modernusqui, con un espacio enorme para merendar, notable terraza e interiorismo del hombre que lo decora todo en España (Lázaro Rosa-Violán). Los dos sirven una excelentísima horchata, pero aviso de que contra todo pronóstico los fartons son mejores en el nuevo". Si alguno de ustedes puede arrojar algo de luz sobre el tipo de relación que tienen los dos Sirvent, somos todo orejas.
Calle de Parlament, 56. Barcelona.
Ronda de Sant Pau, 67. Barcelona.
Y otra más de Barcelona para finalizar, pero esta viene con acompañamiento extra. Nuestra insigne Mar Calpena apuesta por lo sencillo: "Miquel, en Ronda Sant Antoni. Pequeña, hipertradicional y sin tontás. Y como bonus track, a dos pasos del Forn Mistral, por si te has quedado con hambre y te apetece una ensaimada". Un plan sin fisuras, vaya.
Ronda de Sant Antoni, 102. Barcelona.
¿Nos hemos dejado tu horchatería favorita? Cuéntalo en los comentarios y todos te lo agradeceremos. Con doble de chufa.
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