Lenguado con salsa de aceitunas
No sé si un día como hoy, en pleno resacón en Las Vegas pos electoral, alguien prestará alguna atención a la cocina. Pero hayan ganado o perdido nuestros partidos favoritos, y sigan o no los de siempre en nuestras alcaldías, digo yo que algo tendremos que comer. Así que os invito a desconectar por un momento del movidón político para concentrarnos en un animalillo a cuyo culto me he convertido recientemente: el lenguado.
Seguramente porque no lo había comido en condiciones óptimas, en el pasado este pez me parecía un poco sosainas, como de señor o señora mayor con problemas digestivos. Muy equivocado estaba, ya que lo mejor del lenguado es precisamente su sutileza, además de la deliciosa textura de su carne. Aunque los mejores meses para consumir este bicho son marzo y abril, el otro día encontré un ejemplar hermosísimo en el mercado y decidí darme un pequeño homenaje invirtiendo unos eurillos en su persona.
La historia del solea solea está llena de preparaciones entre lo clásico y lo viejuno, como el legendario lenguado a la meunière.Sin embargo, yo opté por un cocinado sin harina, mantequillaza ni nada que resultara demasiado empapuzante, no porque tenga nada contra la contundencia sino porque con estas temperaturas me apetecía una solución más ligera. La receta de la que partí es del libro Cocina con Joan Roca, adaptada a mis gustos (cambié un par de cantidades e ingredientes) y a mi torpeza (intenté preparar el aceite de aceitunas negras deshidratadas y acabé carbonizando un montón de olivas en el microondas que acabaron en la basura).
No sé si estaría a la altura de la cocina del maestro del Celler, pero el plato obtenido me encantó tanto por su conjunción de sabores como por su extrema facilidad. Sospecho que el paso por salmuera, toque maestro del señor Roca, es lo que le da la calidad a la película, así que no te lo saltes ni por asomo. No te frustres si tu economía no te permite comprar lenguado fresco: siempre que te estires un poco con las aceitunas y el aceite, y que no sean los más churruteros del súper, esta receta es perfectamente adaptable a un humilde gallo o a cualquier otro pescado. Y, si puedes, haz salsa de más. Se la acabarás poniendo a TODO.
Dificultad: Para sinvergüenzas que no han tocado un pescado en su vida.
Ingredientes
- 4 lenguados limpios de piel y espina
- 150 g de aceitunas verdes deshuesadas (las gordal funcionan muy bien)
- 150 g de aceite de oliva virgen extra
- 50 g de aceitunas negras (mejor de tipo muertas de Aragón, Kalamata o marroquí)
- 3 cucharadas de alcaparras
- 2 cucharadas de zumo de limón
- Aceite de girasol
- Sal
Instrucciones
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