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El fenómeno de la cata a ciegas por parejas se consolida en España

En estos concursos, que proliferan por diferentes puntos del territorio, se valora acertar el país, la zona, la denominación de origen, la variedad de uva, la añada, el elaborador y la marca del vino sin ver la botella

XIV edición del certamen Premio Vila Viniteca de Cata por Parejas, celebrada en la Casa Llotja de Mar de Barcelona.
XIV edición del certamen Premio Vila Viniteca de Cata por Parejas, celebrada en la Casa Llotja de Mar de Barcelona.Marta Pérez (EFE)
Abraham Rivera

El próximo domingo 23 de marzo se celebra la XVII edición de cata por parejas de Vila Viniteca y las 135 plazas para participar en el certamen volaron. El concurso, organizado por la famosa distribuidora catalana de vinos y licores, es el de mayor prestigio y dotación económica en el país, y tiene dos fases. En la primera clasificatoria, cada dúo que se presente debe identificar el mayor número de datos que les sugirieran los vinos, un total de siete, solo probándolos, sin ninguna información más. Se valora el conocer a ciegas el país, la zona, la denominación de origen, la variedad de uva, la añada, el elaborador y la marca. Las diez parejas con más puntos pasan a la gran final, donde se repite el reto con siete vinos más.

Medir los datos de Vila Viniteca es un buen baremo para tomarle el pulso a esta actividad. En 2008, la primera vez que se realizaba, ni siquiera se llenaron las 120 plazas convocadas, inscribiéndose finalmente 88 duplas. El premio total, para los primeros, segundos y terceros era de 30.000 euros. Hoy esa cantidad ha aumentado, siendo 50.000 el total, llevándose 35.000 los ganadores.

A partir de su décima edición, el concurso, que tenía su sede en Barcelona, comenzó a turnarse con Madrid, valorando de esta forma la asistencia del público de la capital. Este año se ha elegido de nuevo el Casino de la madrileña calle Alcalá y entre los participantes se encuentran bodegueros, distribuidores, escritores, sumilleres y una amplia variedad de perfiles. En los meses precedentes, muchos de ellos se juntan en diferentes puntos de la geografía para entrenar: tiendas de vinos, bares, etc.

El cartel de promoción de la cata a ciegas por parejas de Vila Viniteca 2025 es obra de Sergio Caballero y Franc Aleu.
El cartel de promoción de la cata a ciegas por parejas de Vila Viniteca 2025 es obra de Sergio Caballero y Franc Aleu.

La rigurosidad en la organización de estos concursos es fundamental. En Vila Viniteca, las botellas se destapan a puerta cerrada, y solo el organizador, Quim Vila, conoce la selección final de los vinos, decisión que toma el mismo día del evento. “Queríamos hacer un concurso abierto, donde cualquier persona pudiera participar. Aficionados, profesionales, sommeliers, enólogos, da igual. El vino es para disfrutar, y por eso lo hacemos en parejas”, explica Vila.

“El vino es memoria, es aprendizaje. La cata ciega te pone en tu sitio. Crees que sabes algo y, de repente, un vino te descoloca. Es lo que hace grande a este concurso”, indica Fernando Gurucharri, miembro de la Unión Española de Catadores y presidente del jurado del concurso, al que le gusta destacar la importancia de este tipo de juegos como herramienta de aprendizaje. “Hay días en los que eres un catador brillante y otros en los que no das ni una”, comenta sabiamente.

David Villalón y Delia Baeza son una pareja destacada en el mundo de la cata a ciegas en España. Han sido finalistas en cinco ocasiones en Vila Viniteca, logrando el segundo lugar en tres de ellas. David, propietario del reconocido bar de vinos Angelita en Madrid, y Delia, al frente de La Fisna, otra vinoteca de referencia situada en Lavapiés, parece que le han tomado la media a estas competiciones. “Es una experiencia única. La cata ciega te obliga a cuestionarte todo lo que crees saber”, destaca la primera. “A veces, cuando un vino está bien elaborado, es más fácil reconocer al productor que a la zona. Hay estilos muy marcados”, añade el segundo.

Una pareja toma notas en un entrenamiento de cata de vinos en el madrileño Ganz wine bar.
Una pareja toma notas en un entrenamiento de cata de vinos en el madrileño Ganz wine bar.INMA FLORES

El dúo se prepara de forma meticulosa y participa en otras competiciones, como Los Ciegos, organizado por el madrileño bar de Carabanchel La Capa, donde se coronaron como los mejores hace semanas. “Lo primero de todo era pasarlo bien”, confiesa Joan Valencia, uno de los promotores de la propuesta. “Se pagaban 50 euros por persona, 100 euros por pareja, y todo se reinvertía en vinos y premios. Fue una idea que surgió en una cata entre amigos”, asegura.

Por todo el territorio

Las catas a ciegas por parejas no solo tienen predicamento en Madrid o Barcelona, sino que se organizan en distintos puntos de España. En A Coruña, por ejemplo, coincidiendo un día con la de Vila Viniteca, se convoca por tercer año consecutivo la Batalla de Sumilleres dentro del Galicia Fórum Gastronómico. “Aunque la diferencia no es muy elevada, hay un mayor número de participantes profesionales y creemos que este mix hace muy atractivo el concurso”, analiza Xoan Cannas, director del Instituto Galego do Viño, uno de los encargados de organizar la prueba. “La cata es muy democrática, puede ganar cualquiera, es preciso además de conocimiento, saber jugar en equipo, y grandes dosis de concentración”.

Vino
IV Campeonato de España de Cata a ciegas por equipos, celebrada en San Sadurní de Noya.Abel Valdenebro

Existe otro evento anual, el Campeonato de España de Cata a Ciegas por Equipos, que recorre las grandes zonas vinícolas del país. Este ha pasado por escenarios emblemáticos como Vilagarcía de Arousa, donde se hizo por primera vez en 2019, hasta la Finca El Corregidor, en Jerez, la bodega de Gramona, en pleno Penedés, o Pago de Carraovejas, en Ribera del Duero. La próxima cita será en Cambados, en el corazón de las Rías Baixas, con una participación histórica de 40 equipos. Los ganadores del Campeonato de España representarán a nuestro país en el Championnat du Monde de Dégustation, que tendrá lugar en la región francesa de Jura el primer fin de semana de octubre de 2025.

Botellas de vino para un entrenamiento de cata por parejas en Ganz wine bar.
Botellas de vino para un entrenamiento de cata por parejas en Ganz wine bar.INMA FLORES

Fuera de España

Si se pregunta por el interés y vigencia en el exterior, no resulta fácil dar con opiniones que describan lo mismo que se vive en España. Los torneos en los que se mide el conocimiento de los participantes, intentando adivinar añadas, uvas o denominaciones, no resulta tan habitual fuera de nuestra región. Jancis Robinson, una de las críticas de vino más influyentes del mundo, expresa con sorpresa su enorme difusión y alcance: “Me temo que nunca me he topado con este fenómeno. ¡Parece algo que podría ser muy popular entre estadounidenses adinerados!”. A Jane Anson, la reconocida corresponsal de la revista Decanter en Burdeos, también le cuesta ver la predominancia de estas propuestas. Y lo cataloga más como una tendencia para ámbitos muy reducidos: “Lo vi en la Semana del Connoisseur en Burdeos, un evento exclusivo para grupos pequeños”. Nada que ver con lo que sucede en la Península. Sirva como ejemplo el tiempo que se tardó en cubrir el número de plazas de la edición de este año de Vila Viniteca. “La demanda fue tan alta que las inscripciones se cerraron en solo 3 minutos”, concluye orgulloso Quim Vila.

Sobre la firma

Abraham Rivera
Escribe desde 2015 para EL PAÍS sobre gastronomía, buen beber, música y cultura. Antes ha sido comisario de diversos festivales, entre ellos Electrónica en Abril para La Casa Encendida, y ha colaborado con Museo Reina Sofía, CA2M y Matadero. También ha presentado el programa Retromanía, en Radio 3, durante una década.
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