Se buscan talentos polifacéticos
La formación no busca solo que los egresados sean los mejores en sus estudios, sino también que tengan habilidades sociales, capacidad de adaptación y valores
Posiblemente, la palabra “talento” sea una de las acepciones más utilizadas en la actualidad para referirse al desempeño profesional de las personas como sinónimo de inteligencia o capacidad. Numerosas universidades desarrollan desde hace tiempo actividades de orden colaborativo con distintas escuelas de negocio, propias o de otras instituciones académicas. La estrecha relación que estas escuelas tienen, en la mayoría de los casos, con el mundo de la empresa permite a las universidades mejorar constantemente sus programas orientados al ámbito de la administración de negocios. “Actualmente existe una amplia oferta de programas máster en el campo de los llamados MBA (Master in Business Administration), que van desde los que se conocen formalmente como másteres universitarios a los llamados másteres propios de formación permanente; e incluso otro tipo de diplomas orientados más cortos, pero siempre enfocados en la gestión empresarial. Esta apuesta formativa ha ayudado a que, en el campo de la administración de empresas, varias de nuestras universidades públicas y privadas figuren entre las mejores del mundo en la prestigiosa lista ARWU (Academic Ranking of World Universities)”, explican desde Crue Universidades Españolas.
En la búsqueda del talento para lograr la empleabilidad de sus estudiantes, se busca un perfil con una buena formación básica universitaria de grado, conocimientos de informática e idiomas y, sobre todo, que se muestren atraídos por el mundo empresarial. “Una vez dentro del programa de formación, al margen de los conocimientos teóricos, se trabaja en la mejora de aptitudes y capacidades para la gestión empresarial, como son el trabajo en equipo, la adaptación a escenarios imprevistos y el análisis y resolución de problemas. También se da mucha importancia a la interiorización de valores universitarios como la vocación de servicio a la comunidad”, asegura Crue Universidades Españolas.
Sinergias vitales
El pasado año, la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Oviedo obtuvo la prestigiosa acreditación de la AACSB (Association to Advance Collegiate Schools of Business), organismo internacional que reconoce a las mejores escuelas de negocios del mundo. Para Carmen Benavides, decana de la Facultad de Economía y Empresa de esta universidad, “las sinergias son indispensables para desarrollar una actividad docente e investigadora de calidad en un centro universitario. Es vital escuchar, entender y atender las necesidades que las empresas transmiten a las escuelas de negocio y a las universidades. Y, ante un entorno cambiante como es el actual, es muy importante para los centros universitarios mantener relaciones constantes y favorecer el feedback con las empresas”.
En el caso de esta Facultad de Economía, la relación con la empresa se inicia en los propios estudios de grado y posgrado, donde las prácticas en empresas forman parte del itinerario formativo anual de sus estudiantes. Además, “la Facultad organiza actividades en colaboración con sus más de 10 cátedras de empresa y otras instituciones, que ponen en contacto al estudiantado y profesorado con los external stakeholders. De esta forma, se pone el talento universitario a disposición de las empresas”, dice Benavides.
Por su parte, Nanita Farrone, directora del Fusion Point, un proyecto impulsado por Esade, la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y el Istituto Europeo di Design (IED), apunta: “La colaboración entre empresas y escuelas de negocios brinda la oportunidad ideal para que los estudiantes exploren y resuelvan problemas complejos a los que se enfrentan la sociedad y las organizaciones. A los estudiantes les motiva saber que su trabajo tenga un propósito práctico que puede tener un impacto real y medible”.
La directora del Fusion Point destaca que, frente a las universidades, “las escuelas de negocios ofrecen una formación más especializada y enfocada en el ámbito empresarial, con programas adaptados a sus necesidades. La conexión y colaboración con el ecosistema empresarial, además, permite a los estudiantes tener acceso a prácticas y proyectos reales que los ayudan a desarrollar sus habilidades y conocimientos de forma más práctica y actualizada”. Para abordar las situaciones que se presentan en el ámbito laboral real, “los estudiantes deben desarrollar habilidades como la creatividad, la innovación y el espíritu empresarial, utilizando metodologías ágiles como el pensamiento de diseño. La capacidad de trabajar en equipo es una de las habilidades más importantes que los estudiantes desarrollan en estas experiencias de aprendizaje. Empatizar, escuchar, motivar y compartir habilidades resultan fundamentales para el trabajo en equipo que necesitarán en cualquier lugar donde trabajen en el futuro”, explica Farrone.
Otra de las escuelas de negocio que destaca por su vinculación con la empresa es Deusto Business School. “Cuando decimos empresa, decimos también entidades sociales y administración. Esta relación permite generar oportunidades para que el alumnado aprenda en entornos reales en diferentes formatos”, comenta Almudena Eizaguirre, directora general de Deusto Business School. Eizaguirre afirma que, actualmente, las capacidades que más se valoran son “la proactividad, capacidad analítica, la flexibilidad, un buen nivel de comunicación, trabajo en equipo, positividad y capacidad de autoaprendizaje. Además, demandan personas con valores”.
El espectro de la empleabilidad
Juan Carlos Cubeiro, premio Nacional de Management 2022, está considerado uno de los mejores expertos españoles en desarrollo del talento, liderazgo y coaching para profesionales. Cuando se le pregunta a qué nos referimos cuando hablamos de talento en el ámbito formativo de cara a la incorporación en el mundo empresarial, responde que “la empleabilidad requiere de un espectro mucho más amplio de lo que significa el talento. La aptitud, entendida como conocimientos y habilidades, es condición necesaria pero no suficiente. El talento incluye además actitud, que son comportamientos específicos, compromiso (la energía que le ponemos a lo que hacemos) y el encaje cultural con la organización. Más concretamente, lo que buscan las empresas en sus potenciales empleados es resiliencia, capacidad para ser equipo, pensamiento crítico y un alto nivel de compromiso.
Consultado sobre cómo lograr sinergias entre escuelas de negocio-universidad-empresas para la captación de talento, Cubeiro dice que “se pueden lograr sinergias entre la universidad y la empresa si ambas abandonan sus posiciones maximalistas y están dispuestas a aprender la una de la otra. Desgraciadamente, suelen mirarse con desdén. Una universidad carente de sentido práctico y una empresa que desconoce las aportaciones de la universidad están abocadas al fracaso.
Preguntado sobre si las instituciones —escuelas de negocios, universidad y empresas— tienen el suficiente talento para atraer a los mejores, responde: “Me temo que para atraer más y mejor talento estas instituciones han de trabajar su propósito, su capacidad de inspirar e integrar y su liderazgo. Hay mucho camino que recorrer”.
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