Cautela inversora ante el hidrógeno
A pesar de que algunas gestoras de fondos han apostado por esta fuente, los expertos están divididos ante las expectativas y plazo de rentabilidad
Tras la invasión rusa en Ucrania, el aumento de los precios del gas y un enfoque renovado en la seguridad energética han resaltado el creciente interés en el hidrógeno como fuente de energía. Un mercado que tiene unas tasas de crecimiento de dos dígitos anuales, dado que ya se utiliza en refinerías, fertilizantes y otros usos; sin embargo, según Marcos Rupérez, ingeniero y colaborador de OBS Business School, es esencial distinguir entre el hidrógeno verde, que puede suponer la solución para la transición energética, y el que actualmente se usa de forma mayoritaria, que no proviene de fuentes renovables.
¿Es ya un negocio del que sacar rendimiento? “Prácticamente, todas las empresas que están metidas en la producción de energías renovables están estudiando proyectos conjuntos de generación-electrolisis-comercialización para aprovecharse del crecimiento de la demanda de hidrógeno”, indica Óscar del Diego, director de inversiones en Ibercaja. Pero lo cierto es que, pese a que hay muchas estrategias de inversión que tienen exposición al hidrógeno verde y su desarrollo, aún hay pocas gestoras con fondos centrados en esta temática.
No obstante, en el último año han aparecido nuevos productos que se han unido al Renta 4 Megatendencias Ariema, fondo español pionero en el mundo lanzado a comienzos de 2020. Es el caso del Invesco Hydrogen Economy UCITS ETF, con una cartera formada por unas 50 compañías del índice WilderHill Hydrogen Economy Index. “El comité de este índice está compuesto por eminencias del mundo de la ciencia climática, la tecnología, la política y las comunicaciones, que es clave para entender todo este ecosistema”, detallan desde la gestora, convencidos de que esta podría ser la energía limpia de más rápido crecimiento en los próximos años, dado que desde 2006 los costes de producción se han reducido a una tercera parte.
En cuanto al fondo CPR Invest – Hydrogen, lanzado hace un año, Arnaud Demes, especialista en inversiones de CPR AM, explica que se centra en dos dimensiones clave: “Invertir en compañías de todo el mundo involucradas en todo el ecosistema del hidrógeno, desde el upstream (exploración y producción) hasta el downstream (refinamiento, transporte y comercialización). En segundo lugar, hacerlo con un enfoque de inversión responsable consistente”. Tal Lomnitzer, gestor de recursos naturales globales de Janus Henderson, señala que, en su caso, han invertido en empresas que producen pilas de combustible, así como electrolizadores, “y en productores de gas industrial que ya dominan la producción y el transporte de hidrógeno”.
También el Renta 4 Megatendencias Medio Ambiente tiene exposición a firmas de gases industriales que van a producir hidrógeno verde a medida que se incremente la capacidad de las renovables, ya que “ante un entorno como el actual de alta inflación e incertidumbre en el mercado, hemos preferido apostar a través de compañías dedicadas a la generación de dicho gas, en lugar de empresas que se dedican a la producción de electrolizadores y pilas de combustible”, indican sus gestores, Beatriz Pérez y Jaime Vázquez.
Por su parte, Gerrit Dubois, especialista en inversión responsable de DPAM, cree que, para los inversores, la cadena de valor puede llegar a ser interesante porque diversifica las carteras. “Esto significa no solo enfocarse en la producción, sino también en la manufactura de equipos, transporte y almacenamiento. Los inversores en crédito también pueden tener oportunidades de inversión, ya que vemos un incremento en los bonos verdes y bonos sostenibles con un enfoque verde y de bajas emisiones”, aclara.
Un nicho aún pequeño
Sin embargo, otros expertos se muestran más cautelosos. “Las compañías dedicadas exclusivamente a hidrógeno son volátiles y las evitamos”, afirma rotundo Xavier Chollet, gestor de Pictet Clean Energy, quien cree que la mejor manera de estar expuestos “es mediante inversiones en empresas de energías renovables, que son necesarias para generarlo, es decir, eólica marina, terrestre y fotovoltaica, que son baratas”.
Más escéptico se muestra Roberto Cominotto, analista de acciones de Julius Baer: “La lista de empresas que se pueden considerar puras de hidrógeno es reducida y está formada, principalmente, por compañías de pequeña capitalización. Unas se encuentran en una fase inicial y otras llevan más de 20 años en el mercado, pero todas ellas tienen un historial de rentabilidad nulo o limitado”. “Los fondos de capital riesgo en su fase inicial y los que aceptan más riesgos ya son muy activos en el espacio del hidrógeno, pero sigue siendo un nicho de mercado pequeño”, estima Marc Elliott, especialista en transición energética en UBP. En su opinión, la clave será la ampliación del negocio y que los inversores apuesten más allá de las primeras fases. Por el lado de la inversión inicial, “esperamos que, al igual que ocurrió con la fotovoltaica y la eólica, el despegue apoyado por incentivos produzca una importante reducción de costes en la próxima década”, añade Ángel Heras, socio de Aurea Capital Partners.
Por su parte, Jaime Ventura, socio fundador de Austral Venture Gestión, entiende que, actualmente, la oportunidad es adquirir conocimientos para el momento en que la industria termine de despegar. “Posicionarse tanto desde el punto de vista tecnológico como en la creación del propio mercado, ya que esa experiencia será impagable cuando llegue el momento de escalar el tamaño de las instalaciones de este tipo”. En cuanto al tiempo que tardará en ser rentable, “va a depender en gran medida de los desarrollos regulatorios y del impulso a sectores relacionados”.
El color importa
Hay diferentes tipos de hidrógenos. El gris se produce por el combustible fósil, por ejemplo, el gas natural, mientras que el azul es el hidrógeno gris combinado con carbón. Finalmente, el verde deriva de los electrolitos del agua que se usa en la energía renovable.
Xavier Chollet, gestor de Pictet Clean Energy, recuerda que hoy en día el 99% del hidrógeno que se produce es azul o gris. De hecho, para cambiar a verde todo el suministro que se requiere para las industrias, los fertilizantes y otros usos, “se necesitaría un parque renovable exclusivo del doble del que ya existe en el mundo”.
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