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Ciclamen: una buena alternativa navideña a la flor de Pascua

La violeta de Persia, con hojas de forma acorazonada, florece en invierno y lo hace en la gama de los rojizos, rosados y blanquecinos. Adora el frío, así que se convierte en la aliada perfecta para que su belleza y sencillez decore ventanas, balcones y jardines

Los pétalos de las flores del ciclamen adoptan formas muy gráciles.
Los pétalos de las flores del ciclamen adoptan formas muy gráciles.Helmut Meyer Zur Cap (Getty Images)
Eduardo Barba

Las plantas ligadas a la Navidad parece que han de contar con algún atributo rojo, a juego con los gorritos rojiblancos de Papá Noel. Así ocurre con las hermosas hojas transformadas —las brácteas— de la flor de Pascua (Euphorbia pulcherrima). También le pasa al acebo (Ilex aquifolium) y los llamativos frutos rojos que aparecen entre sus hojas, muy atractivas, de tonos verdes barnizados y brillantes; sus ramas, o incluso la planta entera, se vende en los mercados y en los viveros por estas fechas. Pero como para gustos están los colores, se puede tentar a otra especie representativa del periodo navideño para prestar sus tonos bermellones y otros también muy cálidos al exterior de la casa, ya sea en el alféizar de una ventana, en un balcón o en el jardín. La elegida será el ciclamen o violeta de Persia (Cyclamen persicum), llamada así por su origen, que tiende hacia aquellas tierras. Realmente, las fronteras que cobijan a esta maravilla vegetal son principalmente las del Mediterráneo oriental y aledaños, como la franja entre Grecia, Turquía, Jordania y Palestina. Otro de los nombres históricos que se le dio en España en el siglo XIX es el de artanita de Persia, como refleja la revista científica Bouteloua.

El ciclamen florece en estos meses invernales, y lo hace en la gama de los rojizos, rosados y blanquecinos. Lo bello y lo extraño se dan la mano en sus flores, con sus pétalos peinados hacia atrás. Así dejan al descubierto sus órganos sexuales que miran hacia las hojas de la planta, como si se ofrecieran a todo aquel insecto que volara bajo en un vuelo rasante. A veces estas flores cuentan con un ligero perfume, especialmente las blancas, aunque este aroma no sea uno de sus atributos más destacados.

Las hojas del ciclamen también tienen una estética de lo más pintoresca, tanto por su forma acorazonada como por los patrones de verdes más claros, incluso plateados, que las decoran. De hecho, cada cultivar de esta planta suele tener un diseño diferente, lo que incrementa la variabilidad estética de la plata. Su diversidad también se encuentra en la medida, con ciclámenes de distintos tamaños, comenzando por los miniatura o mini, de hojas y flores muy pequeñas, hasta los de flores más grandes.

El ciclamen es una planta asociada al periodo navideño.
El ciclamen es una planta asociada al periodo navideño.Koki Iino (Getty Images/MIXA)

Su temporada de floración es muy prolongada, durante meses, por lo que es un complemento perfecto para la jardinera de la ventana, aportando así su alegría mientras dentro de casa se comen los turrones. Una acción que puede beneficiar esta floración es la de cortar el tallito —pedicelo— que sujeta cada flor una vez que los pétalos caen. De esta forma se evitará que la plantita destine energía a producir sus frutos, que tienen la peculiaridad de autosemillarse, como hacen los de la bella cimbalaria (Cymbalaria muralis).

Este método reproductivo tiene que ver con la luz, ya que, una vez que la flor está fecundada, el fruto se sumerge entre las hojas de la planta, huyendo de la luz más intensa y buscando la oscuridad. En este proceso de alargamiento del pedicelo hacia las sombras, el fruto engorda progresivamente, hasta convertirse en un globito del tamaño de un guisante hermoso. Una vez que madure, ya a ras de tierra, abrirá sus valvas para dejar caer sus semillas. Hay que decir que estas tienen el don de la buena germinación, ya que muchas llegarán a ser plántulas de ciclamen a poco que se las cuide. Por eso no está de más que, si se procede a cortar las flores fecundadas para evitar la fructificación, sí que se dejen al menos unas pocas para ver este proceso mágico para después contar con semillas. Estas se pueden enterrar en otras macetas, y esperar que el tiempo y la naturaleza obren el milagro de la reproducción. Es cierto que las nuevas plantitas de ciclamen tardarán unos cuantos años en florecer y habrá que tener paciencia, pero en eso consiste la jardinería más íntima y de primor.

El ciclamen es una planta perfecta para disfrutar de sus preciosos detalles en el alféizar de una ventana.
El ciclamen es una planta perfecta para disfrutar de sus preciosos detalles en el alféizar de una ventana.MorMagho Fotografia (Getty Images)

Otro de los secretos que tiene esta planta invernal y navideña es subterráneo. Allí, un tubérculo es la gran fuente de reserva de agua y de nutrientes del ciclamen, algo lógico si se piensa en lo que ocurre allá donde crece. Cuando pasan las lluvias primaverales, poco a poco se asienta la sequía y el calor, hasta someter a las plantas a la desecación más extrema, que no volverán a tener agua hasta incluso pasados unos meses. Por eso mismo, el ciclamen se sumerge en su particular patata, absorbiendo el agua y los nutrientes en este órgano de reserva, para después cerrar la puerta por dentro. No volverá a aflorar ninguna yema de hoja hasta que lleguen mejores tiempos. Sin embargo, en una maceta que se continúe regando porque tenga más plantas, a veces, puede mantener algunas hojas durante el verano ibérico, pero no serán tan lustrosas como las que genera en el periodo de floración.

Los colores rojizos predominan en las flores de esta especie de ciclamen.
Los colores rojizos predominan en las flores de esta especie de ciclamen.gaffera (Getty Images)

Para cuidar de un ciclamen en casa lo primero que hay que tener claro es que es una planta que se cultiva en el exterior, porque adora el frío, que no le hace tiritar ni lo más mínimo. Si tiene algo de sol por la mañana o al atardecer será feliz, pero tampoco le es estrictamente necesario. Por esta razón, una ventana orientada al norte o al este es perfecta para ella. Cuando la reguemos, hay que evitar mojar sus flores para que duren algo más. Este riego debe mantener siempre un punto de humedad en el sustrato, que será muy poroso, con materiales de granulometría gruesa a ser posible, como fibra de coco y arena de río. Así, el ciclamen tendrá un extra de aireación a nivel radicular y de su tubérculo, que es propenso a la pudrición cuando crece en un sustrato muy retentivo en agua. Hay cultivadores que directamente utilizan uno específico para cactus, para mejorar ese drenaje. Por último, como toda planta muy florífera, se verá beneficiada de un abonado orgánico rico en fósforo y potasio, y bajo en nitrógeno, para favorecer un crecimiento fuerte.

En estas Navidades, hacerse con un ciclamen puede ser un precioso autorregalo o un detalle perfecto cuando se quiera agasajar a las personas queridas. Sus flores, su belleza, su sencillez, adornarán este año y el venidero.

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Sobre la firma

Eduardo Barba
Es jardinero, paisajista, profesor de Jardinería e investigador botánico en obras de arte. Ha escrito varios libros, así como artículos en catálogos para instituciones como el Museo del Prado. También habla de jardinería en su sección 'Meterse en un jardín' de la Cadena SER.
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