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El cactus de Navidad: un espectáculo de color para estas fiestas más allá de la flor de Pascua

Los pimpollos de los capullos de esta planta que florece en diciembre tiñen los extremos de los tallos de colores blanquecinos, rosados o rojizos

Cactus de Navidad
Las pequeñas espinas del cactus de Navidad a veces son casi imperceptibles.Laszlo Podor (Getty Images)
Eduardo Barba

Llegan las fiestas navideñas, días en los que el gusto por los colores se acrecienta. Tanto en las decoraciones como en las plantas, parece que las retinas no se preocupan por rodearse de tonos provocativos, sino que se buscan con ahínco, bien sea a la caza de luces navideñas o de brillantes bolas metalizadas que cuelguen de un árbol de Navidad. Las plantas también se unen al festival de lo llamativo, y si bien una gran parte de ellas se encuentran ahora más tranquilas y en reposo, unas pocas disfrutan al regalar sus flores cuando los días son cortos y fríos.

Ya se sabe que la flor de Pascua (Euphorbia pulcherrima) es la reina indudable de la Navidad dentro de casa, junto con los sobrios abetos (Abies spp.) y piceas (Picea spp.), engalanados de lamparitas y guirnaldas de espumillón. A ellos se les une en el jardín el muérdago (Viscum spp.), el acebo (Ilex aquifolium) y los heléboros (Helleborus spp.), aunque las ramas y flores de estas plantas también acceden al salón de casa en arreglos de flor cortada. Asimismo, en las ventanas, los porches y las terrazas están ahora en flor los llamados cactus de Navidad, un poco distintos a los cactus que normalmente se imagina la gente, ya que no tienen cuerpos llenos de pinchos ni tallos con forma globosa ni columnares. A cambio, ofrecen unos tallos aplastados y segmentados muy gráciles —llamados cladodios—, que presentan unas pocas espinas, a veces casi imperceptibles de lo finas que son, principalmente, en la parte final de cada segmento del tallo. Estos suelen colgar cuando adquieren un buen tamaño.

Así, este cactus puede verse cultivado en macetas colgantes o en recipientes altos, para que pueda expresar la gracilidad de aquellos tallos cansados. En realidad, es ahora en diciembre cuando están realizando uno de los trabajos anuales más activos y costosos para la planta: la producción de flores. Los pimpollos de sus capullos tiñen los extremos de los tallos de colores blanquecinos, rosados o rojizos. La planta se convierte en otra distinta, y las visitas se dan cuenta de ello cuando le preguntan al dueño o dueña si acaba de comprarla, porque antes no se habían fijado en ella, a pesar de permanecer, desde hace muchos años, en el mismo sitio.

La compleja estructura de las flores del cactus de Navidad son especialmente llamativas.
La compleja estructura de las flores del cactus de Navidad son especialmente llamativas.Gregory Adams (Getty Images)

La especie de cactus de Navidad más habitual es Schlumbergera truncata, del sudeste brasileño, aunque lo más común hoy es encontrar híbridos de esa especie, con colores variados e incluso flores de dos tonos distintos. Uno de los híbridos que más se han extendido en cultivo es Schlumbergera x buckleyi. En estos cactus, tanto los estambres —la parte masculina de la flor— como el estigma y el estilo —partes femeninas— cuelgan de forma muy evidente, lo que incrementa su atractivo. Esta característica morfológica, con los órganos sexuales péndulos, nos avisa de que gustan ser polinizadas por las aves. En su lugar de origen crecen sobre los troncos y las ramas de los árboles, por lo que se la considera una planta epífita o, lo que es lo mismo, que crece sobre otras plantas, pero sin parasitarlas (como sí que hace el mencionado muérdago). Por ello, como buena planta epífita, su cultivo se ve favorecido si sus raíces crecen en un sustrato muy poroso y que no retenga mucha agua después de haberla regado.

Un cactus de Navidad con docenas de flores cultivado al exterior en una terraza.
Un cactus de Navidad con docenas de flores cultivado al exterior en una terraza.Moelyn Photos (Getty Images)

Aunque cuando se encuentran en flor se pueden cultivar dentro de casa, lo ideal es que esta planta permanezca en el exterior, sin sol directo, en una sombra muy luminosa, ya que suele crecer sombreada por las ramas de los árboles sobre los que vive. Eso sí, unos rayos de sol suaves durante el día —de preferencia en la mañana o por la tarde— pueden conseguir una planta más fuerte. Así, al crecer en el exterior, el cactus de Navidad emitirá muchos brotes nuevos y estará preparado para generar muchos capullos. Cuando llegue el frío, se meterá en el interior. En los sitios donde los inviernos no sean excesivamente duros se los podrá dejar en el exterior todo el año, aunque en su lugar de origen pueden resistir temperaturas del entorno de los cero grados centígrados. Si se acaba de comprar la planta, es mejor no sacarla a la intemperie hasta que lleguen temperaturas más cálidas, allá por marzo o abril. Entonces, se la puede acostumbrar a que vegete todo el año fuera. Si se quiere mantener siempre al cactus de Navidad dentro de casa, se le ha de procurar una luminosidad alta y tener cuidado con el agua, para dejar secar el sustrato entre riegos.

En el interior de las casas el lugar ideal para el cactus de Navidad es al pie de una ventana.
En el interior de las casas el lugar ideal para el cactus de Navidad es al pie de una ventana.Rosemary Calvert (Getty Images)

Cuando el cactus esté en pleno crecimiento, un buen abono orgánico le ayudará a generar más tallos, así como más flores cuando llegue su tiempo. Hay que tener precaución y no utilizar abonos ricos en nitrógeno, lo que le llevaría a crecer con tallos demasiado débiles. Los abonos específicos para cactus también suelen dar buenos resultados. Al pie de una ventana será el sitio perfecto para lucir estos cactus de Navidad mientras dure su espectáculo de color, acompañados de cerca por las flores de Pascua. Esperemos que no se pongan celosas la una de la otra.

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Sobre la firma

Eduardo Barba
Es jardinero, paisajista, profesor de Jardinería e investigador botánico en obras de arte. Ha escrito varios libros, así como artículos en catálogos para instituciones como el Museo del Prado. También habla de jardinería en su sección 'Meterse en un jardín' de la Cadena SER.

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