El fin de los ‘espacios sedantes’: estas son las tendencias en interiorismo que arrasarán este 2024
El regreso del acero inoxidable, el culto al Movimiento Moderno, practicar el ‘upcycling’ y un color por encima de todo. Seis estudios de interiorismo desvelan las claves para modernizar nuestra casa este año
Las cartas del juego han cambiado. Si la pandemia trajo consigo una mirada inédita hacia nuestros hogares con la búsqueda de espacios versátiles en los que trabajar, descansar y vivir el ocio a partes iguales, el final de la misma ha roto las reglas establecidas, y ahora toca soñar y vivir a lo grande. La guerra a los colores sedantes, el mobiliario impersonal y la madera omnipresente son algunas pistas que aportan nuestros expertos en la materia para dar con un interiorismo de revista. Si entre sus buenos propósitos del año se encuentra renovar la vivienda y ponerla a punto, descubra por qué apostar (y qué debe desechar) en cuestión de interiores los próximos meses.
Adiós a los tonos neutros, hola a burdeos y naranjas
Aunque Pantone (empresa estadounidense de pintura y color), augura un año suave y calmado con su tonalidad 2024, el Peach Fuzz (un melocotón pastel). Los expertos en la materia tienen claro que los próximos meses abrazaremos una paleta con mucha más personalidad. Fabián Ñíguez, interiorista reconocible por su gusto ecléctico y autor de la última casa de Ana Milán, concreta que el exceso del gris y el blanco tiene los días contados: “Fueron tendencia durante un tiempo pero ahora resulta monótono y carente de personalidad. Este estilo a menudo llevaba al exceso de minimalismo, dejando espacios sin carácter. Son colores que aportan neutralidad y relajación. Conforman un lienzo perfecto para esculpir escenarios pero que en solitario, se están dejando de lado”. Para romper con esa monotonía el interiorista recomienda incorporar colores vibrantes o elementos decorativos que aporten vitalidad al entorno, ya sea una pieza prominente de mobiliario, como una mesa o un sofá en tono cálido, o aplicar color en el alicatado de la cocina.
Para Alba Vázquez Codesido, fundadora de Basamenta, y una de las grandes promesas en la renovación de hogares privados durante la pandemia, apuesta todo a un color ganador. “La serenidad de los colores terracota, rosa y maquillaje no se van todavía de los interiores, pero hay una evolución hacia los burdeos en su manera más sobria”. La arquitecta gallega añade a esta lista cromática los naranjas y rojos en su versión más brillante y enérgica, que “si los combinamos con materiales texturizados, rugosos y naturales el resultado será redondo”. Y si queremos abrazar una propuesta más arriesgada, Vázquez propone añadir pinceladas de azul eléctrico al combo de cálidos, como puede ser un mueble de la cocina o unos separadores de ambiente. “Me parece una combinación muy sugerente y nada descabellada que deberíamos explorar en este 2024″.
Un hogar será sostenible o no será
Esos pequeños gestos cotidianos que llevamos practicando desde hace décadas, como elegir bombillas y electrodomésticos de bajo consumo o fomentar el reciclaje, han dado paso a una emergencia global que incumbe también al interiorismo de nuestra vivienda. “Es importante que practiquemos una sostenibilidad consciente, aplicada tanto en materialidad como en formas de vida. Tenemos que creer en ello primero para después llevarlo a nuestro entorno y, en este caso, a las viviendas que diseñamos”, apunta Lorna de Santos, el gran descubrimiento de Casa Decor 2020 que eclipsó por su espacio de estética wabi sabi basado en materiales reciclados, desde tejidos naturales elaborados a mano por talleres de artesanos nacionales a texturas hechas con polvo de desechos marinos.
La diseñadora de Bascoat, el nuevo restaurante de Nagore Irazuegi y Rodrigo García en Madrid, lanza unas rápidas recomendaciones para ponerlo en práctica. “Tenemos que perseguir que los materiales reutilizados o de bajo impacto tengan un menor coste para que podamos hacer uso de ellos. Tenemos que considerar la eficiencia energética como una inversión a largo plazo, y una forma consciente y comprometida con nuestro entorno natural, y los materiales que nos brinda para seguir disfrutando del mismo. Sin él no tendríamos desconexión y lo necesitamos, dada la vida frenética en la que nos encontramos”.
Raúl Martins, célebre por su estilo clásico y vibrante que enamora a distinguidas residencias en Madrid, París y Londres, acerca la sostenibilidad al alcance de todos con algunas pinceladas sencillas de ejecutar. “Aconsejo eliminar los colores oscuros, sobre todo de paramentos como paredes y techos. Es una manera de economizar energía porque absorben luz y nos obligan a tener un mayor consumo lumínico. Además, restan optimismo a los espacios, los hacen duros visualmente y crean un atmósfera muy fuera de tendencia”.
El interiorista se encuentra inmerso en proyectos especiales como la renovación de un castillo al sur de París y una villa moderna en Estoril (Portugal), el interiorista apunta al upcycling como una manera bonita y a veces económica de reciclar y generar menos residuos en la decoración de una vivienda. “Mi idea es alentar a la gente a coger una butaca vintage que sea bonita e incorporarla al salón. Hay muchos anticuarios, mercadillos o incluso tiendas online donde buscarlas, y darle una nueva vida, con una tela hecha a partir de elementos reciclados. Yo presento a comienzos de año una colección de textiles con algunos diseños fabricados con PET. Así cumplimos las tres erres del reciclaje: reducir, reutilizar y reciclar”.
Una lámpara de araña o espejos extravagantes
El minimalismo tiene los días contados. Como apuntábamos al principio, los colores sedantes han pasado a dar rienda suelta a un escenario abierto al juego y la ensoñación. Para el interiorista Fabián Ñiguez, el quid estético de este 2024 reside en no descartar nada, avivar lo heterogéneo y aplaudir la teatralidad: “Me gusta trabajar el maximalismo ecléctico, una tendencia decorativa que combina diferentes estilos, colores y texturas para crear un ambiente llamativo y dramático que está ganando terreno los últimos años”.
Para aplicarlo con acierto, prosigue el profesional, basta con seguir estos sencillos consejos: “prueba a combinar diferentes estilos de muebles y accesorios para crear un espacio único y personalizado. Por ejemplo, puedes mezclar una mesa de centro moderna con una lámpara de araña antigua”. Agregar diferentes texturas en los textiles de la casa o incorporar un elemento llamativo que aporte dramatismo al espacio y ayude a unificarlo como una obra de arte grande y colorida o un espejo extravagante, son otras recomendaciones del interiorista. Y no podemos olvidarnos de jugar con el color. “En el maximalismo ecléctico se trata de ser audaz con los colores. No tengas miedo a la hora de mezclar tonos brillantes y atrevidos. Puedes usar cojines, cortinas, alfombras y otros accesorios para agregar color a tu espacio”.
Interiores con personalidad
Un lugar en el que nos sintamos más nosotros que nunca. Este será el objetivo, según apuntan Carlos Tomás, fundador de EstudioReciente –creadores de un concepto transversal de diseño para residencias y espacios privados–, de un interiorismo bien ejecutado de cara al 2024. “Esa idea del hogar como nido y escudo de paz frente al mundo perderá fuerza, será más un refugio de nuestros valores que solo de nuestra vida. De ahí que lo local tenga que hacerse notar en los interiores a través del uso de colores, materiales y soluciones constructivas. Los interiores no deben sedar como están haciendo hasta ahora, sino motivarnos”, expresa el interiorista.
Para aterrizar la tendencia en una futura reforma, Carlos aconseja decantarnos por un uso más desinhibido del color y la combinación de materiales con efectos metalizados, piedras, mármoles y maderas locales alejadas del omnipresente roble natural. Es una respuesta contundente, explica el experto, a la moda que ha reinado durante la última década de promover la estandarización del color y los materiales para encajar en el sistema especulativo del valor de la vivienda. “En Estados Unidos ha provocado un movimiento muy fuerte en contra de la uniformidad, y esa idea de este material o está solución le gusta a todo el mundo y cuando se ponga a la venta tendrá más valor. Pero. al final, ¿qué valor tiene después para el propietario?”, reflexiona.
Fuera los revestimientos de madera, bienvenido el acero inoxidable
La segunda década del presente siglo se recordará por la búsqueda de inspiración reiterada en la naturaleza para concebir nuestro ansiado refugio. De las formas orgánicas y curvilíneas en sofás y otras piezas de mobiliario, al estuco en paredes que imita la arena o la omnipresencia de la madera en cada recoveco de la vivienda. “Es una filia difícil de desechar, y esto no quiere decir que ahora primen las líneas rectas ante todo, pero la fiebre por lo orgánico tiene los días contados. Ahora se integrará de forma más sutil en vez de imperar en todo”, señala la interiorista gallega Alba Vázquez Codesido.
Esta tendencia, añade por su parte Carlos Tomás, podrá percibirse, sobre todo, en el uso de materiales con mayor presencia visual y carácter: “Veremos mucho acero inoxidable, aluminio y cromados en distintos elementos. Ya no vemos tanto dorado o latones. En yuxtaposición, también hay una vuelta a los mármoles y maderas con mucha veta marcada pero interpretados de forma distinta a ese lujo decadente de los años 90. Ahora vuelven para estimular el sentido del tacto en los nuevos interiores”. La cocina es la estancia predilecta a la hora de aplicar esta filia por los materiales fríos, como alternativa a la carpintería interior predominante de los últimos años.
Echar la mirada atrás: maestría en los acabados e iconos del siglo XX
Lo antiguo sigue más vivo que nunca. Para Ana Arana y Enrique Ventosa, fundadores del estudio de arquitectura Plutarco, está claro que el éxito de un buen interiorismo pasa por echar la mirada atrás y aprender de los maestros. “Siempre hemos sido grandes defensores de Le Corbusier, Aalto, Charlotte Perriand o Eileen Gray, pero existe ahora una clara tendencia a mirar al trabajo de estos pioneros del Movimiento Moderno en los años 30. Su manera de entender el espacio y el interiorismo en estancias sencillas y depuradas con planos de color y mezcla de materiales está muy presente”, reflexionan.
Tomar nota de las paredes alicatadas fuera de la cocina y los baños como ocurre en la casa E-1027 que planificó Eileen Gray entre 1926 y 1929, los techos de alto brillo que culminan el sanatorio Paimio diseñado por el finlandés Alvar Aalto, las celosías y muros de pavés que integran la Unidad habitacional de Marsella o las composiciones de color en Villa La Roche en París, dirigidas ambas por Le Corbusier, son una fuerte inspiración para el interiorismo que viene. “No es casual que estos elementos estén cada vez más presentes en nuestros interiores y creemos que lo seguirán estando en 2024″, recalcan.
Como golpe maestro, los expertos recomiendan completar el espacio con piezas icónicas de mobiliario, “pero mezcladas con otras más contemporáneas como cualquiera de Muller Van Severen, los hermanos Bouroullec o Inga Sempé… Serán siempre un acierto y es una manera de traer al presente esta revisión del Movimiento Moderno”. En un plano más terrenal, podemos llevarlo a cabo combinando planos de color en elementos divisores de espacio, como una celosía para separar el comedor del salón o el dormitorio del vestidor. Además de cumplir su función, aportan una fuerte presencia arquitectónica al conjunto. “Es una manera fácil de aportar un cambio a tu vivienda, además es reversible y fácil de modificar y adaptar”.
Una casa totalmente alicatada
Como indican en Plutarco, y ya predijo la arquitecta y diseñadora de muebles irlandesa, Eileen Gray, revestir las paredes de baldosas y azulejos no será labor única del baño y la cocina. Inmersos ahora en el diseño de las zonas comunes y privadas para un hotel de Ibiza junto a EstudioReciente, Arana y Ventosa tienen claro que las paredes alicatadas vivirán su época dorada este 2024. “Están en su máximo esplendor pero no como siempre, hay que huir de los colores lisos”.
Las baldosas postmodernas de Nathalie Du Pasquier o el trabajo pionero de Studio GdB, con sus alicatados personalizados que aúnan tecnología y pasión por la artesanía, son una opción muy de tendencia que podemos aplicar a cualquier tabique de nuestra casa. “Studio GdB crean piezas únicas en degradados de color que nos recuerdan a los alicatados de los años 70, pero traídos a la actualidad”. El dúo de arquitectos inciden en la infinidad de posiblidades que existen para aplicar este tipo de patrón XL de color en nuestra casa, aportando dinamismo en cada rincón. “Además es una tendencia muy fácil de aplicar sobre una superficie que quieras personalizar como por ejemplo en un salón, un cabecero de un dormitorio o en un mueble de baño”.
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