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El extraño hallazgo de 17 milicianos comunistas y anarquistas en un mausoleo para mártires del bando nacional

Historiadores investigan el suntuoso sepulcro de un cementerio de San Sebastián en el que han identificado a combatientes republicanos entre un centenar de muertos franquistas

El mausoleo de los mártires, dedicado a los caídos del bando franquista, en el cementerio de Polloe (San Sebastián).
El mausoleo de los mártires, dedicado a los caídos del bando franquista, en el cementerio de Polloe (San Sebastián).Javier Hernández
Mikel Ormazabal

El conocido como “mausoleo de los mártires” del cementerio donostiarra de Polloe está dedicado “a la memoria de los asesinados por defender sus ideales, de Dios y España”, según consta en la inscripción que aún perdura en la base de una cruz que lo preside. Es un sepulcro que se construyó a finales de 1939 para dar tierra a los caídos del bando nacional. Ahora hay sospechas fundadas de que entre los 121 sepultados hay al menos 17 milicianos del PCE, de la CNT, la UGT y de las milicias populares. Todos mezclados, los franquistas y los republicanos. La Sociedad de Ciencias Aranzadi ha encontrado documentación histórica que revela la inhumación en una misma tumba de combatientes enfrentados durante la Guerra Civil. Y así han permanecido durante las últimas ocho décadas.

El historiador Javier Buces, que ha dirigido la investigación a petición del Ayuntamiento de San Sebastián, asegura que “no hay muchos casos de este tipo”. “No es corriente encontrar los cuerpos de fallecidos de uno y otro bando en un mismo enterramiento, algo que puede resultar ofensivo para todos ellos”, afirma el experto. Además de los 17 milicianos y gudaris (soldados vascos) identificados, hay otros 14 cuerpos inhumados en el citado mausoleo que podrían corresponder a integrantes de las milicias populares que murieron en la defensa de la ciudad en el 36. Esta posibilidad está aún en fase de investigación.

Los restos depositados en el mausoleo de los mártires corresponden a combatientes de la Guerra Civil fallecidos entre el 22 y el 25 de julio de 1936 que habían sido enterrados en nichos individuales y en fosas comunes (denominadas “limbo”) en el cementerio de Polloe. Esas fechas coinciden con el levantamiento de los militares del cuartel donostiarra de Polloe y las luchas que se produjeron durante el asedio con los milicianos que trataban de repeler los ataques. Las tropas franquistas consiguieron finalmente controlar la ciudad en septiembre de 1936.

En el Archivo Municipal donostiarra, explica Buces, consta documentación de un llamamiento realizado en 1939 por el Consistorio franquista a los familiares de los muertos de ese bando para trasladar los restos a un mausoleo que iba a construirse en Polloe y cuyos gastos fueron asumidos por el Ayuntamiento. Esa información ha sido cotejada por los investigadores con los informes que elaboraron los conserjes del cementerio cuando, entre 1958 y 1963, se ofreció la posibilidad de llevar estos cuerpos al Valle de los Caídos. “Esto no se pudo llevar a cabo, porque los funcionarios adujeron que estaban enterrados en colectividad y no se podían separar los cuerpos e identificarlos”, explica Buces. Solo cuatro enterrados en el cementerio local de Altza fueron llevados al Valle de los Caídos. No consta que ninguno de Polloe acabara en el mencionado santuario franquista de San Lorenzo de El Escorial, pero aquel conserje sí elaboró un listado que contenía las 121 personas que estaban enterradas en el mausoleo.

Inscripción por los "asesinados por Dios y España" del mausoleo de los mártires.
Inscripción por los "asesinados por Dios y España" del mausoleo de los mártires.Javier Hernández

De esta lista de 121 nombres, Aranzadi tiene la constancia de que al menos 17 pertenecen a milicianos comunistas y anarquistas que procedían en algún caso de Bilbao y de localidades como Mondragón, Eibar, y Alsasua (Navarra). Otros eran originarios de Madrid, Segovia, Palencia, Lugo o A Coruña. No hay una explicación fehaciente a la incógnita de por qué estos republicanos fueron sepultados en un mausoleo franquista y compartían tumba con los sublevados. Buces sostiene que “podría deberse a que en aquel momento no había espacio suficiente en el cementerio”, pero también cabe la teoría de que el conserje de la época no distinguiera de qué bando eran los enterrados y solo se fijara en que eran “muertos por herida de bala”.

El Ayuntamiento donostiarra, ha explicado este lunes el alcalde, Eneko Goia, ha ordenado la retirada “urgente“ de la placa que luce en el frontispicio del mausoleo, de titularidad municipal, porque va en contra de la ley de memoria histórica”. Aranzadi aportará los resultados de la investigación al Instituto Gogora (dependiente del Gobierno vasco y encargado de “preservar y transmitir la memoria democrática” de Euskadi) para que decida si debe procederse a la exhumación de los cuerpos depositados en este mausoleo.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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