Recuperan los restos de 46 milicianos y ‘gudaris’ de la Guerra Civil en la mayor fosa común de Euskadi
Los cuerpos de los combatientes han sido exhumados por Aranzadi en el cementerio bilbaíno de Begoña
La fosa común hallada en el cementerio de Begoña, en Bilbao, contiene restos de 46 personas, la mayoría milicianos y gudaris, y es la más grande la Guerra Civil encontrada en Euskadi. La hipótesis de los investigadores es que son soldados republicanos que murieron en la defensa de Bilbao entre los días 15 y 18 de junio de 1937, probablemente en la batalla de Artxanda, y fueron enterrados en Begoña sin ningún tipo de registro ante la inminente caída de la ciudad. Las cinco chapas militares halladas indican que serían gudaris del Batallón San Andrés, unidad vinculada al sindicato nacionalista Solidaridad de Trabajadores Vascos (ELA); milicianos del Batallón Jean Jaurés de UGT; y también se cree que puede haber milicianos anarquistas.
Los resultados de estos trabajos han sido presentados este miércoles por el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto; la consejera de Justicia, Beatriz Artolazabal; y el secretario general de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, Juantxo Agirre. El hallazgo de la fosa se ha producido dentro de la investigación Begoñako Argia que realiza Aranzadi por encargo del Ayuntamiento de Bilbao, desde el pasado mes de octubre y que también se integra en el convenio de Aranzadi con el Instituto Gogora para hallar fosas de la Guerra Civil.
Fruto de esos trabajos y la documentación previa, era conocida la existencia en Begoña de restos de personas cuyos fallecimientos se situaban en el contexto de la Guerra Civil, y que algunos de ellos ya habían sido exhumados, bien de forma previa bien en el marco de ‘Begoñako Argia’. La mayoría se correspondían con enterramientos individualizados y todos aparecían documentados en el registro cementerial. En el de Begoña se han exhumado los restos de más de 2.200 personas.
En las últimas semanas el equipo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi ha hallado una gran fosa común de la época de la que no se tenía noticia, ya que ninguna documentación hacía referencia a ella. En esa fosa, dividida en cuatro partes contiguas, se han encontrado hasta 46 individuos y multitud de objetos. Se trata, por tanto, de la mayor fosa común de la Guerra Civil hallada en Euskadi hasta la fecha, según esta entidad.
Según la documentación existente, al menos 55 víctimas mortales de la Guerra Civil fueron inhumadas en el cementerio de Begoña. Y a tenor de la información que consta en el registro cementerial, la mayor parte de estos enterramientos se corresponden con soldados jóvenes provenientes del frente de guerra, víctimas mortales de los bombardeos sufridos en Bilbao y algunas ejecuciones. Incluso se hace mención también a una pequeña fosa común con cuatro individuos.
De ellas, nueve individuos ya fueron exhumados y trasladados a otros cementerio por sus familias en años anteriores. De esos nueve, tres eran combatientes, cuatro víctimas de bombardeos, y dos ejecutados por el bando republicano. Los restos de las víctimas mortales de la Guerra Civil se inhumaron en diferentes puntos del cementerio, algunos en panteones, pero la mayoría en tumbas de suelo.
En el marco del proyecto Begoñako Argia, y en colaboración con el Gobierno vasco, el 4 de diciembre de 2021 se iniciaron los trabajos para recuperar los restos de esas víctimas mortales. En esta primera intervención se exhumaron 14 individuos: cinco víctimas mortales de los bombardeos que sufrió Bilbao y nueve gudaris y milicianos fallecidos en el frente o en hospitales militares a causa de heridas de guerra. Presenció estos trabajos Fernanda Laera, hija de Fernando Laera, gudari fallecido en la Guerra Civil e inhumado en Begoña, según la documentación del Instituto Gogora.
El 29 de enero de 2022 se continuó con los trabajos de exhumación en una segunda zona. En esta fecha se exhumaron los restos de cuatro personas más (tres gudaris y una persona fallecida a causa de bombardeo). Una de esas cuatro personas era Tomás Rubín Marín, cuyo hijo Ángel Rubín y el resto de la familia estuvieron presentes en la exhumación.
Este mes de marzo, el equipo de Aranzadi ha llegado a la última zona de Santa Teresa donde constan enterramientos individualizados en una pequeña fosa común con cuatro individuos. En este punto, se han realizado 12 exhumaciones de enterramientos individualizados: cinco de soldados republicanos procedentes del frente de guerra, una de un requeté procedente del frente sublevado, dos exhumaciones de víctimas mortales de bombardeos (madre e hija) y tres personas fallecidas por la explosión de un obús que no estalló tras la caída de Bilbao ante las tropas franquistas. Ha estado presente en las exhumaciones la sobrina de Martín Fabo, gudari de 23 años fallecido en la guerra, y las sobrinas de José Luis Arriola, de 26 años, fallecido junto con tres niños de 10 y 11 años al explosionar un obús en Begoña, en junio de 1937, días después de la toma de Bilbao por los sublevados.
Además de los enterramientos individualizados, en esta misma zona se ha encontrado una gran fosa común, a la que ninguna documentación hace referencia, dividida en cuatro partes contiguas: una primera parte con dos individuos, una segunda parte con otros dos individuos, una tercera parte con 17 individuos y una cuarta parte con 25 cuerpos, lo que hacen un total de 46 individuos.
En las partes 1 y 2 de la fosa se han hallado cuatro individuos que se encontraban en posición decúbito supino (boca arriba), y al menos uno de ellos con signos de haber sido ejecutado (orificio de bala en el cráneo y con las manos atadas a la espalda). Se estima que estos cuatro individuos pueden corresponderse con tres de las cuatro personas que el registro cementerial sí recoge como enterrados en una fosa común y una cuarta que no aparece en dicho registro, pero que tenía una lápida en ese mismo punto. Por los datos documentales que se tienen al menos dos de ellas corresponderían a personas del bando sublevado ejecutadas por manos republicanas días antes de la toma de Bilbao por las tropas franquistas.
Las partes 3 y 4 de la fosa contienen 17 y 25 cuerpos, respectivamente. Y, por las evidencias que ofrece el material encontrado, todos ellos se corresponden con soldados republicanos, tanto gudaris como milicianos. En la parte 3 todos los individuos se encontraban en posición decúbito prono (boca abajo), y en la parte 4 había individuos tanto boca arriba como boca abajo.
Se ha encontrado mucho material junto con los enterramientos: monedas, objetos personales (mecheros, lápices, peines, navajas, botones,…), botas, mucha munición y tanto chapas de soldados como alguna hebilla de cinturón.
Los trabajos de exhumación están aún están sin terminar. Quedan todavía siete gudaris y milicianos republicanos por extraer en la zona de Santa Teresa y dos combatientes del banco sublevado en la zona de Santa Lucía. En las próximas semanas se abordarán sus exhumaciones.
A través de Gogora se va a proceder a realizar pruebas de ADN a todos los restos aparecidos, que se cruzarán con el ADN de familiares de víctimas de la guerra inhumadas en el cementerio de Begoña.
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