Un recorrido por el París de comienzos del siglo XX con el fauvismo y el surrealismo como telón de fondo

El crítico de arte Louis Vauxcelles acuñó por primera vez el término Fauvismo al conjunto de obras presentadas en la Sala VII de la tercera exposición del Salón de Otoño, celebrado en el Gran Palacio de París en el año 1905. Diecinueve años más tarde, el poeta y crítico francés André Breton hizo público ‘el Manifiesto del surrealismo’ en París, lo que permitió que el movimiento se expandiera por todo el mundo de una manera fugaz, influyendo de una manera directa a todo tipo de artistas dedicados a la literatura, el cine y la música. La nueva exposición del Museo Guggenheim presentada este jueves reúne a pintores y escultores figurativos que contribuyeron de un modo activo al florecimiento de una estas dos corrientes que configuraron una nueva escena artística durante el periodo de entreguerras. Una muestra en la que se incluye una selección de 70 obras y cuyo objetivo reside, tal y como indica en la nota de prensa facilitada a los medios de comunicación, en ofrecer una visión panorámica de los movimientos de vanguardia que florecieron en la capital de Francia en las primeras décadas del siglo XX.

El recorrido por la historia de la colección del Musée d’Art Moderne de Paris (MAM) se organiza cronológicamente en tres apartados, en los que se exhibe las diferentes obras de los grandes protagonistas de los movimientos artísticos que resultaron clave desde los comienzos del siglo XX hasta los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. El primero de ellos contará con las piezas representativas del fauvismo y el cubismo, protagonizadas por Albert Gleizes, André Lhote y Picasso, mientras que la segunda albergará la obra de una generación de creadores procedentes de todos los rincones del mundo y que conformaron la denominada Escuela de París junto a varios conocidos artistas franceses de la época, como Henri Matisse o Suzanne Valadon. La última exhibición tiene como eje el trabajo de autores vinculados al surrealismo, en la que se podrán observar los desarrollos del movimiento desde que Breton sentara las bases de la nueva estética vinculada al movimiento cultural que influyó a Man Ray o Max Ernst.

El director ejecutivo de Museo Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte, ha destacado la fuerte influencia que ejercen sobre el centro las diferentes creaciones procedentes del país galo. Ha mencionado la muestra Mujeres de la abstracción, en la que han colaborado para su puesta en marcha el MAM y el Centre Pompidou: “La obra de artistas franceses son una constante en nuestra programación. Francia es un país fundamental para este museo”. Igualmente, Vidarte ha indicado que la exposición que se inaugurará busca “la presentación al público de las raíces del arte contemporáneo y ofrecer los aspectos más destacados de los centros que mantienen una vinculación con el Guggenheim, como el Museo de Historia del Arte de Viena”. Por su parte, la directora de Comunicación y Relaciones Institucionales en Fundación BBVA ha subrayado que el visitante tendrá la oportunidad de vislumbrar dos relatos, el de las propias creaciones y el del centro situado en el XVI Distrito de París: “Aquí hay dos historias: la de las obras que se pueden ver y la historia en paralelo del Museo de Arte Contemporáneo de París. Ello nos invita a reflexionar sobre las motivaciones de los artistas acerca de la época que vivieron y cómo París se convirtió en el centro neurálgico del arte mundial”.

El embajador de Francia en España, Jean-Michel Casa, ha puesto en valor la larga trayectoria de relación del centro bilbaíno con el arte francés y la gran afluencia de visitantes franceses que acuden anualmente al Museo Guggenheim, la cual se debe, en palabras de Casa, a “la atracción mutua que mantienen Francia y Euskadi”. El director del MAM, Fabrice Hergott, ha indicado que la muestra “ofrece una nueva visión a los movimientos artísticos que supusieron una auténtica revolución en la representación de retratos, de paisajes en el uso de las formas y del color”, además de alabar la aportación de las mujeres que, hasta la fecha, “no ha sido visibilizada”. En concreto, ha valorado que en la selección se haya dado especial importancia a la santanderina María Blanchard, “una artista de mucha calidad que, sin embargo, estuvo subestimada y esconde una forma de belleza muy original que merecía la pena mostrar”.

El espacio didáctico de la exposición incluye información sobre el origen del centro parisino, así como de las conexiones que mantuvo entre los artistas del París de las vanguardias. Las actividades en torno a la exposición incluyen una serie de visitas presenciales junto a los profesionales del Museo Guggenheim, en las cuales se ofrecerán diferentes puntos de vista sobre los contenidos incluidos en la exhibición. Asimismo, el documental María Blanchard: Rue du Départ, Érase una vez en París se proyectará el 29 de abril, mientras que el 12 de mayo tendrá lugar la sesión creativa Complementos y moda trendy: redescubriendo la béret francesa, cuyas obras servirán de punto de partida para disfrutar de una actividad de diseño y moda sostenible a partir de la reinterpretación de un icono francés como es su béret (boina).