Ayuso dibuja un Madrid de éxito y acusa a Sánchez de asediar la región con cortes de agua, luz y trenes

Para Isabel Díaz Ayuso no hay treguas por Navidad. Como suele hacer por estas fechas, la presidenta madrileña ha vuelto a hacer balance del año en un discurso que dibuja un mundo antagónico: ella encarna el bien y Pedro Sánchez el mal. La baronesa entró este jueves a primera hora de la tarde en su sala de prensa, mientras en otro rincón del edificio sonaba el coro de villancicos que a diario alegra los ánimos del público. Se cerró la puerta, dejó de escucharse la música y ella narró durante 37 minutos cómo Madrid triunfa en el mundo a pesar de un supuesto plan maléfico de un presidente del Gobierno que “ha enloquecido”, “mete la mano en el bolsillo de los madrileños” y quiere “estrangular a Madrid y descapitalizar a España”.

El discurso de Ayuso valorando su gestión y la situación política tenía el formato y la escenografía de otros años. Ayuso habla en el estrado y sus nueve consejeros escuchan en primera fila, delante de los periodistas, mientras ella enumera las medidas que considera más destacadas de sus consejerías, en 2024 y 2025. No ha habido grandes novedades en cuanto a sus acciones de Gobierno. Lo llamativo es que año tras año en este acto, sus palabras sobre el presidente Sánchez se han vuelto más agrias y virulentas.

En su relato, Ayuso dispara uno tras otro bulos e hipérboles que ya ha pronunciado anteriormente. Son afirmaciones que causarían alarma a un oyente cualquiera, como por ejemplo que Sánchez “está cortando el agua y la electricidad” a los madrileños. Con esto, Ayuso se refiere a dos agravios: el primero, que el Gobierno central no ha incluido sus demandas en el Plan Hidrológico del Tajo, que establece unos límites al uso del agua de la cuenca, siguiendo lo establecido por cinco sentencias del Tribunal Supremo, la normativa europea y la Ley de Aguas desde hace 22 años. El segundo es la ambición de Ayuso de convertir a Madrid en uno de los hubs europeos de los centros de datos, unas infraestructuras que consumen mucha energía. Ese objetivo de Ayuso se ve frenado, según fuentes del sector tecnológico, por el plan de Red Eléctrica Española para 2021-2026, que no contempla suficiente inversión en la región de la capital.

Además, según Ayuso, los miembros del equipo de Sánchez “permiten el colapso de Cercanías” (por los frecuentes retrasos e incidencias); no “planifican ni controlan la inmigración” (dice que Barajas es un coladero de inmigrantes indocumentados) o “intervienen nuestra autonomía financiera y educativa” (por el impuesto a las grandes fortunas, que ella ha bonificado para anular su efecto, o por el reciente pacto de financiación conjunta para contratar profesores universitarios, que ha firmado a regañadientes).

Todo, según Ayuso, lo hace Sánchez porque, por intereses políticos, pretende acabar con la locomotora económica de España, Madrid, una región que, de acuerdo con su relato, consigue el sorprendente éxito de sobrevivir al “asedio” del Gobierno central, con las mejores cifras del país en empleo, inversiones o sanidad.

El plan de Sánchez, según Ayuso, no acaba ahí. Busca acabar con la monarquía y la democracia. “Trabaja sin descanso para acabar con la separación de poderes, someter a los jueces, amordazar a los medios de comunicación y crear comisionados de la verdad compuestos por sus propios ministros, que persiguen hasta a los usuarios de redes sociales que tienen éxito”, ha dicho.

“Esa obsesión personal con Madrid va a costar la imputación y probablemente la condena de algunos de sus más cercanos colaboradores, empezando por el propio Fiscal General del Estado, lo que no ocurre en democracia alguna”.

Esta última fue la única referencia que hizo en su discurso al caso de su pareja, el empresario Alberto González Amador, un escándalo que ha marcado el 2024 de Ayuso. Con la ayuda del Gobierno madrileño, Amador le ha dado la vuelta a la tortilla para conseguir la imputación del Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, investigado por filtrar supuestamente a los medios de comunicación un correo electrónico que desmentía un bulo iniciado por el entorno de Ayuso.

En el turno de preguntas, Ayuso dijo que este asunto no ha condicionado su acción de Gobierno, a pesar de que miembros de su equipo han colaborado directamente con Amador: “La estrategia de este hombre (Amador) y la mía, su vida y la mía, tanto personal como laboral, han ido por caminos totalmente distintos y así va a seguir siendo. La mía es la de soportar todo tipo de campañas de difamación y falsedades; la suya va a ser la de defenderse ante el aparato del Estado”.

La presidenta ha sido preguntada por las recientes declaraciones de Juanma Moreno presumiendo del distinto nivel de tensión entre Madrid y la comunidad que él preside, Andalucía. Moreno es visto como un potencial rival de Ayuso en una hipotética sucesión al frente del PP nacional. Según Ayuso, esa supuesta moderación andaluza es imposible en Madrid por culpa de Sánchez: “Sobre mi compañero de Andalucía, además de apreciarle personalmente y políticamente, no puedo más que decir que lo que nosotros estamos viviendo en Madrid es horroroso”, ha dicho. “No se lo deseamos a nadie. El Gobierno ha emprendido una operación de Estado contra mi entorno y contra mí”.

Proyectos

Ayuso ha hablado también de algunas novedades en 2025. En el primer trimestre del año espera tener listo un anteproyecto de ley para “proteger a los menores de los derivados de la marihuana” (aceite para vapeadores, snacks o gominolas con CBD). La norma prohibirá la venta de derivados del cannabis a menores de edad en cualquier establecimiento a través de máquinas expendedoras, dispensadores, móviles, portátiles ni sucedáneos ni derivados. Por eso, se va a limitar la publicidad de estos productos y se va a prohibir a una distancia de 300 metros, como poco, de los centros educativos de enseñanza no universitaria. Esta medida es parte de la campaña contra las drogas de Ayuso, una causa que utiliza como arma arrojadiza de la oposición de izquierdas, a la que presenta como partidaria de estas sustancias para “mantener a la gente empobrecida, dividida y sin falta de estímulo”.

También se ha referido a nueve rebajas de impuestos que entran en vigor el año que viene. Sumarán 170 millones que anualmente se quedarán en el bolsillo de los madrileños y que, por tanto, dejará de recaudar su administración. Se trata de deducciones para incentivar la compra o alquiler de vivienda, combatir la despoblación o atraer inversiones del extranjero. Con estas nueve bajadas tributarias, Ayuso suma 30 rebajas de impuestos en cinco años y medio. Ayuso ya prepara un proyecto de ley para sumar dos recortes más: aumentará del 25% al 50% la bonificación por las sucesiones y donaciones entre hermanos y entre tíos y sobrinos. Con esta política fiscal, Madrid seguirá presumiendo de ser “la Comunidad Autónoma de España con los impuestos más bajos para todos los contribuyentes”.

Para la oposición de izquierdas, estas bajadas de impuestos son “suicidas” porque la Comunidad deja de recaudar los recursos necesarios para financiar los servicios públicos -Madrid está a la cola de España en la financiación de la educación o la sanidad-. Ayuso y su equipo son creyentes en la cuestionada curva de Laffer, según la cual con rebajas fiscales se puede aumentar la recaudación. “Se ha demostrado que así recaudamos más”, ha defendido Ayuso en la rueda de prensa.

Y en cuanto a grandes obras, volvió a alardear de la reforma de La Paz, un proyecto que acumula cinco años de retrasos. No se refirió a una fecha concreta de inicio de esta obra estimada en unos 1.000 millones de euros y que en junio fue rebautizada como Ciudad de la Salud. En cambio, sí fue más concreta al recordar la construcción en el barrio de Valdebebas de la Ciudad de la Justicia, que costará 653 millones de euros. Prevé que las obras comiencen en primavera.

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