Los ecuatorianos en Madrid encaran la segunda vuelta electoral de manera presencial: “No se puede cambiar el país en año y medio”

Los ecuatorianos deberán, de nuevo, acudir al llamado de la democracia. En las papeletas de este domingo —fecha de la segunda vuelta electoral— aparecerán los rostros de dos candidatos desconocidos hasta hace poco, pero cuyo bagaje político no es ajeno a la memoria del pequeño país latinoamericano. El empresario de centroderecha Daniel Noboa (35) que, para sorpresa de la mayoría, cosechó el 24% de los votos y consiguió colarse en la segunda vuelta, se enfrenta al movimiento correísta de izquierda liderado, en esta ocasión, por Luisa González (45). El primero es el primogénito de Álvaro Noboa, el bananero guayaquileño que acumula un historial de cinco candidaturas, pero ninguna presidencia. La segunda, en cambio, es la nueva cara de la Revolución Ciudadana, el partido que apadrina el expresidente Rafael Correa y que se llevó el 33% de los votos en la primera vuelta celebrada en agosto.

En Madrid residen cerca de 130.000 ecuatorianos, de los 420.000 que se reparten por toda España, según los datos del INE. Y el Consejo Nacional Electoral (CNE) —la entidad que organiza las elecciones— detalla que al menos 66.000 están registrados para sufragar en la capital, lo que representa el 16% del total del voto en el extranjero.

A diferencia de la primera vuelta, los comicios de este domingo en el exterior serán presenciales. Un fallo en el sistema informático impidió a gran parte del padrón del exterior sufragar de manera telemática, como estaba planeado. En respuesta, el Consejo Nacional Electoral (CNE) ordenó que, a la par con la presidencial, se repitan las elecciones para asambleístas en las circunscripciones exteriores. Cruz Zhimnay, de 58 años, que ha vivido por más de 20 en la ciudad y quien ahora coordina la campaña de Daniel Noboa en España, considera que el fallo técnico ha menguado el ánimo de quienes tenían la intención de votar. “Hay gente ni siquiera saber que vamos a tener otras elecciones presenciales. Gente que no se ha empadronado y que no les interesa participar este domingo. Tampoco hay campañas de difusión del CNE que promuevan el voto aquí en Madrid”, lamenta.

En Ecuador el voto es obligatorio, pero no sucede lo mismo con en las circunscripciones foráneas. En 2021, cuando Andrés Arauz —el pupilo político de Correa por aquel entonces y actual compañero de fórmula de González— enfrentó al actual presidente Guillermo Lasso en las urnas, la abstención alcanzó en España el 64%.

Vladímir Paspuel, director de Asociación Rumiñahui, una organización que defiende los derechos de los inmigrantes latinoamericanos, explica que “el sufragio digital ha desanimado a la gente porque se encontraron con que su voto no era útil. Además, la muerte de Villavicencio animó a la gente a votar porque vio que el país se estaba destruyendo. Ahora, conseguir seguridad es nuestra prioridad: por nuestros familiares y porque también queremos ir a visitarlos”.

Madrid es parte imborrable de las historias de migración que acompañan a la mayoría de familias del país sudamericano. En la ciudad reside la diáspora más grande de ecuatorianos en toda Europa. La crisis de la dolarización a inicios del siglo fue la catalizadora del primer éxodo masivo hacia Estados Unidos, Italia y España. Atraídos por la comodidad del idioma y la facilidad, de aquel entonces, de entrar al país sin visado, cientos llegaron a este último destino buscando las oportunidades laborales que en Ecuador no podían encontrar.

Carolina Salazar, de 38, años, es un ejemplo de ello. Actualmente, maneja Uber en la capital y relata que durante el último domingo electoral trató hasta 15 veces de emitir su voto telemático. “Primero intenté en mi móvil, luego en el de mi mamá y hasta en una tablet que tengo, pero nada, no se pudo votar”, cuenta por teléfono. “Aunque estemos en el exterior, queremos que nuestro voto cuente”, narra Salazar, quien explica que acudirá a sufragar a las cinco de la tarde el domingo. “Toda la vida se ha votado en Casa de Campo, se nota que han hecho todo al apuro porque esta vez tendremos que ir al Ifema”, concluye.

La violencia que atraviesa al país de las Islas Galápagos alcanzó el clímax tras la muerte del candidato Fernando Villavicencio. El periodista fue asesinado tras recibir varios disparos mientras salía de un mitin en Quito el pasado agosto. El principal mantra de los candidatos ha sido convencer a los electores de que son capaces de reducir las cuotas de violencia en los 16 meses que tendrán de gobierno. En mayo, Lasso disolvió la Asamblea y convocó a elecciones anticipadas para evitar un juicio político en su contra, por lo que quien llegué al Palacio de Carondelet tan solo deberá culminar la legislatura.

Noboa ha prometido cárceles flotantes para encerrar a los delincuentes más peligrosos y González asegura que es capaz de devolver la seguridad que caracterizó al país durante casi una década en los tiempos de Correa. La frase: “Ya lo hicimos”, ha sido el eslogan de sus apariciones públicas. Entre sus planes está invertir 500 millones de dólares para fortalecer a las fuerzas públicas, así como declarar en emergencia al sector de la seguridad.

El correísmo en las elecciones

Históricamente, los ecuatorianos residentes en el extranjero, especialmente en Europa, se han inclinado a favor del correísmo. En las elecciones de 2021, la Revolución Ciudadana, liderada por Arauz, ganó con un 64% a Lasso en la circunscripción de Europa-Asia-Oceanía. Aunque luego, el candidato de derechas terminó venciendo en las elecciones por la mayoría que cosechó en territorio nacional.

César Petizo, quien también comparte dos décadas de estancia en Madrid, no tiene claro su voto. “No confío en los políticos ecuatorianos. Todos nos han defraudado”, admite y pensativo añade: “No se puede cambiar al país en un año y medio”. ¿Entonces, por quién va a votar? No lo sabe, dice que su voto está dividido. “Si voy por Noboa sería por su juventud, si me decanto por González, sería por su experiencia. Pero no tengo nada decidido aún”, concluye. Las encuestas favorecen a Noboa, pero el alto número de indecisos puede cambiar el resultado.

Hace casi 20 años, el patriarca de la familia Noboa, Álvaro Noboa, enfrentó al entonces joven economista Rafael Correa, en la que fue la primera aparición electoral del cabecilla de izquierdas. En ese capítulo, que sería el inicio de la gran novela de la Revolución Ciudadana, el empresario se impuso al correísmo en la primera vuelta con un margen estrecho del 4% de votos. Pero Correa le dio la vuelta al tablero en el balotaje. Desde entonces, no ha pasado una sola elección donde la sombra del líder socialista deje de asomarse en las papeletas electorales.

Suscríbete aquí a nuestra newsletter diaria sobre Madrid.