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Más de 100 profesionales del urbanismo se unen para denunciar la ciudad insostenible de Almeida

El permiso municipal para talar la arboleda de Madrid Río desencadena las protestas del sector

Numerosas personas se concentran para defender la arboleda de la zona de Madrid Río, que se verá afectada por las obras del Metro, a 18 de febrero, en Madrid.
Numerosas personas se concentran para defender la arboleda de la zona de Madrid Río, que se verá afectada por las obras del Metro, a 18 de febrero, en Madrid.Santi Burgos
Mercedes Pedreño

El permiso municipal para talar la arboleda de Madrid Río sigue en pie. Aunque el proceso está paralizado, la Comunidad de Madrid podría seguir adelante en cualquier momento con su plan de construir la estación de la ampliación de la línea 11 dentro del parque de Madrid Río y cargarse 124 plátanos de sombra de 54 años de edad. Ante este posible arboricidio, como se ha denominado a las sucesivas talas de árboles que ha ejecutado y autorizado el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, 108 profesionales, profesores y catedráticos de las universidades madrileñas relacionados con el urbanismo se han unido para denunciar un modelo de ciudad que ven que no concuerda con los objetivos de desarrollo sostenible.

La carta, destinada al alcalde, denuncia que “existe la posibilidad del trazado alternativo, originalmente proyectado por el paseo de Yeserías, que evitaría los males referidos y recogería la demanda de la ciudadanía”. “El mismo es técnica y económicamente posible, mientras que la tala de esta arboleda sería una pérdida irreparable, aun cuando tras las obras se plantaran árboles jóvenes”, insisten. La Consejería de Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid planeaba construir la estación de Madrid Río en el paseo de Yeserías. El Estudio de Impacto Ambiental del proyecto así lo reflejaba, pero luego se trasladó la estación dentro del parque y señaló para la tala esos 124 árboles maduros que no estaban contemplados en los daños ambientales.

Los impulsores de esta carta son Luis Moya, Catedrático Emérito de Urbanismo de la Universidad Politécnica de Madrid y Sonia de Gregorio, profesora de Urbanismo de la misma institución. Se han encargado de reunir a profesionales del urbanismo, desde arquitectos e ingenieros hasta sociólogos y politólogos que, además de posicionarse en contra de la tala, consideran que los árboles urbanos deberían considerarse parte del patrimonio de la ciudad y necesitan ser protegidos y tutelados. “Ha sido una decisión muy sopesada”, indica De Gregorio. “La tala de la arboleda denota un modelo de ciudad que no es acorde al desarrollo sostenible ni a las marcas que indican todos los marcos de sostenibilidad, como puede ser la Agenda 2030 de Naciones Unidas con la que Madrid está comprometida. París está integrando la adaptación al cambio climático y las medidas para contrarrestarlo, aumentando las áreas verdes, esto es lo que hay que hacer en este momento”, denuncia.

A ambos profesionales les preocupa la dirección que está llevando Madrid en cuestión de desarrollo sostenible frente al cambio climático. Moya denuncia que la ciudad está siguiendo una tendencia de concentrar todos los recursos y todas las oficinas de Madrid en el norte, como la operación Chamartín, que pretende soterrar las vías de la zona para construir un complejo de edificios de oficinas y parques encima. “Si no se equilibran los recursos, se produce un tráfico privado de las personas que trabajan en el norte, pero viven en el sur, ya que no está vinculado con el transporte público”. Otra de las reformas más polémicas ha sido la de Puerta del Sol. De Gregorio critica que se ha convertido en un “acumulador de calor sin ninguna sombra ni refugios climáticos”. “Se pidió un diálogo para participar en la remodelación de la plaza y no se concedió, y ahora las voces que se alzaron tenían razón”.

El bloqueo de la participación ciudadana por parte de las administraciones es uno de los problemas de Madrid, según coinciden De Gregorio y Marta Domínguez, profesora de Sociología Urbana en la Universidad Complutense de Madrid y firmante de la carta. Domínguez se ha sumado a esta protesta por defender la arboleda de Madrid Río desde el punto de vista profesional porque “el Ayuntamiento no está escuchando a los vecinos”. La red vecinal que se ha movilizado para detener la tala de árboles solo ha tenido una reunión con la Consejería de Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, que, en principio, está estudiando cómo reducir el daño al arbolado, pero se niegan a volver al proyecto inicial que sacaba la estación del parque. El Ayuntamiento tampoco ha querido retirar el permiso para talar los árboles, así que los vecinos están luchando por la vía judicial y han interpuesto un recurso jurídico- administrativo contra la resolución de autorizar la tala del director general de gestión de aguas, parques y jardines.

Domínguez afirma que el Consistorio debe de proveer de los equipamientos públicos “para que la gente se reúna, haga actividades en los colegios, o diseñar políticas de empleo para que no haya que irse a trabajar a otro barrio, pero este Ayuntamiento no tiene esta intención”. “El diseño de las plazas públicas es todo cemento, bancos individuales, sin árboles y con terrazas que merman el espacio público”, lamenta. Todo esto dificulta que los barrios creen sus redes para presionar a la administración y hacerse escuchar: “No hay ningún interés desde arriba en que la ciudad sea participativa”.

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