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Al cole en bicicleta o andando, pero no en coche, en los centros escolares de Rivas-Vaciamadrid

El municipio al sureste de la comunidad implementa la iniciativa ‘Al Cole en Bici’ como alternativa a los vehículos motorizados y complementario al plan de bajas emisiones iniciada hace dos cursos

Varias familias del CEIP José Hierro el primer día de la iniciativa 'Al Cole en Bici', en Rivas-Vaciamadrid.
Varias familias del CEIP José Hierro el primer día de la iniciativa 'Al Cole en Bici', en Rivas-Vaciamadrid.Irene Vega Medina
Irene Vega Medina

Poco antes de que termine la jornada escolar comienzan a llegar los padres del CEIP José Hierro, en Rivas-Vaciamadrid. Los padres hablan entre ellos y saludan a sus hijos, que están todavía en el patio. Algunos juegan al pillapilla y otros con sus bicicletas, las grandes protagonistas de la jornada. El viernes 21 de abril, el Ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid inauguró Al Cole en Bici, una iniciativa que se ha conseguido gracias a que el municipio decidió, en 2021, convertir los entornos escolares en Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), que prohíbe a circular a los coches durante las entradas y salidas de los colegios. El municipio ha sido una de las pocas localidades en cumplir con la Ley del Cambio Climático y Transición Energética, que entró en vigor este 2023 y que obliga a los municipios con más de 50.000 habitantes a designar estas zonas.

Aunque hay semáforos que indican que no se puede pasar, la policía local llega al centro y controla que ningún vehículo —que no sea ni emergencias, ni residentes, ni autobuses— acceda a la Avenida José Hierro. Durante una hora, los casi 300 metros de carretera queda cerrada al tráfico. A las 16.00 suena la campana y una ola de niños de entre seis y 12 años sale en busca de sus familiares. Algunos ya están montados en sus bicicletas y otros van a pie. Durante unos 15 minutos los alumnos corretean por las inmediaciones del colegio, algunos por la acera y otros por la carretera. “Antes esto no era posible, los coches llegaban a aparcar encima de la mediana”, explica José Alfaro, que no solo es el concejal de Educación, Infancia y Juventud del Ayuntamiento, sino que también es padre. “Hemos ganado un espacio de tranquilidad, donde hay menos contaminación y mayor seguridad”, asevera.

Dos alumnos del CEIP José Hierro, en Rivas-Vaciamadrid, regresan a casa, el pasado viernes, en bicicleta.
Dos alumnos del CEIP José Hierro, en Rivas-Vaciamadrid, regresan a casa, el pasado viernes, en bicicleta.Irene Vega Medina

Irene Pais es madre de dos niños de seis y cuatro años. Van al colegio José Iturzaeta, que aún no ha comenzado con la iniciativa de las bicicletas; pero como madre y usuaria del velocípedo juzga ambas actividades como positivas porque en cualquier momento “los niños se pueden escapar”. De esta manera es más fácil evitar tragedias como la de Hugo, un niño de cinco años que murió atropellado en 2019, y la de María, de seis, en 2021.

Pais usa la bicicleta frecuentemente y lo hacía antes de que existiese un carril específico, pero con “mil ojos” y con miedo de que algún coche no viese a sus pequeños. “Un carril bici invita a que la gente pueda ir con más seguridad y a quien le da miedo quizá lo intente”, afirma entusiasmada. Normalmente, lleva a sus hijos al colegio en bici, incluso en invierno porque prefiere invertir en “unos guantes buenos” que rendirse al coche. “Hay que hacer balance y si vamos en bici mis hijos, yo y mi marido movemos el cuerpo además de consumir menos gasolina”, asevera. Y, aunque los días de lluvia no le queda otra que coger el coche, la zona de bajas emisiones impide aparcar en la calle del centro. “Si hay que andar cinco minutos hasta el colegio no es tan grave”, sentencia con convicción.

Rebeca Luis respira algo más tranquila al saber que disponen de carriles bicis. Sus hijos están muy acostumbrados a este modo de transporte y disfrutan con las actividades que prepara el colegio en velocípedo. Sin embargo, antes del carril bici sentía que no era algo realista. Ahora “hay más jóvenes en bici por el barrio, lo que obliga al conductor a ir más despacio”, admite mientras espera a que los niños salgan de clase. Ella, como muchos vecinos de Rivas, usa el coche de manera constante, pero al saber que hay alternativas de transporte y la infraestructura necesaria para ello, si su hijo se animara a ir al colegio en bicicleta, se sentiría segura.

Los alumnos del CEIP José Hierro se van a casa andando o en bicicleta.
Los alumnos del CEIP José Hierro se van a casa andando o en bicicleta.Irene Vega Medina

En cuanto al carril bici del municipio, ha habido multitud de opiniones al respecto e incluso llegó a haber una manifestación, en diciembre de 2022, en contra de su construcción. Finalmente, hay casi 21 kilómetros, segregados en 26 rutas distintas por toda la ciudad. Esta financiado, con 1,4 millones de euros, por los fondos europeos Next Generation. Aquellos más críticos creen que es un dinero mal invertido, ya que se trata de una ciudad dormitorio y la mayoría de sus vecinos necesitan el coche para ir a trabajar. Por su parte, Pais tiene claro que “hay que bajar una marcha en el ritmo de vida que llevamos”.

La zona ZBE de los colegios de Rivas ha ayudado a ralentizar las entradas y salidas de los alumnos. Ahora, los padres están más dispuestos a quedarse a charlar, a dejar que sus hijos jueguen un rato e incluso hacer el trayecto de vuelta a casa andado. El primer paso que se tomó fue hacer una ampliación de las aceras, que “vino muy bien porque se montaban unos embotellamientos increíbles”, explica Rebeca Luis. Dos años de ZBE han convertido el ir a por los hijos al colegio en algo “muy agradable, como de paseo, más sano, sin ningún peligro”, asegura. “Objetivamente, y aunque hay gente que está en contra, todo es más tranquilo”, afirma David Ajero, director del CEIP José Hierro, en una llamada telefónica con EL PAIS.

La hora de bajas emisiones está a punto de acabar y en la avenida de José Hierro hay varias familias que esperan a los autobuses interurbanos, otras continúan a pie calle arriba, algunos alumnos se montan en sus bicicletas y todos dejan atrás el colegio. Las inmediaciones de este y todos los centros de Rivas son un remanso de tranquilidad. No se escuchan la bocinas, gritos y frenazos de las típicas entradas y salidas de los colegios. Mientras tanto, en la calle perpendicular al centro, un autobús está completamente atravesado en una rotonda y varios coches se colocan en la larga fila de vehículos que esperan para continuar con su trayecto hasta el siguiente atasco.

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Sobre la firma

Irene Vega Medina
Redactora en prácticas en la sección de Local desde febrero 2023, anteriormente en Planeta Futuro. Graduada en Lenguas Modernas Cultura y Comunicación, con un máster en Relaciones Internacionales y Estudios Africanos, ambos en la Universidad Autónoma de Madrid. Cursó el máster de periodismo UAM-EL PAÍS con la promoción 2021-2023.

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