Por qué es bueno ir a la escuela en bici, según los pediatras: salud física, autoestima y menos ansiedad
La Sociedad Catalana de Pediatría llama a los ayuntamientos a crear infraestructura ciclista en los entornos escolares
Todo son ventajas. Ir en bici a la escuela mejora la condición física de los niños, el rendimiento escolar, la autonomía, el bienestar emocional y la autoestima... y reduce el sobrepeso, el riesgo cardiovascular y el de sufrir enfermedades psicosomáticas, depresión y ansiedad. Además, es divertido, no contamina, rebaja la siniestralidad y la contaminación: atmosférica y acústica. No es proselitismo. Lo dicen los pediatras de la Sociedad Catalana de Pediatría, que este viernes han llamado a los ayuntamientos a crear infraestructuras ciclistas en los entornos escolares.
Hug Noguerol, de Barcelona, tiene 12 años y lo expresa en otras palabras: “En bici me siento tranquilo, tardas menos que andando, vas más rápido, te diviertes y te cambia el humor, despejas el cerebro y llegas más fresco a clase”. Se estrenó yendo a la escuela en bicicleta el curso pasado en el bicibús de Sarrià (Barcelona), una iniciativa en la que las familias pedalean juntas hacia la escuela los viernes. Este año Noguerol va y viene del instituto a pedales cada día. La primera semana le dio “vergüenza” por si algún compañero se reía de él, pero ya se ha olvidado, asegura.
La petición de la Sociedad Catalana de Pediatría de crear infraestructuras ciclables y seguras para ir a la escuela forma parte de la campaña “A la escuela, a pedales” que ha puesto en marcha el Grupo de Trabajo de Salud Medioambiental del colegio profesional. Han compilado estudios de organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Agencia de Salud Pública de Barcelona, el área de Movilidad, el departamento de Salud de la Generalitat, la Dirección General de Tráfico (DGT) o Naciones Unidas y lo han presentado en Olot (Girona). Y concluyen que la bicicleta es una “herramienta social” positiva. “Debería ser una estrategia prioritaria de salud pública por los enormes beneficios que tiene por un coste reducido”, afirma el documento. “Tiene un impacto directo en la disminución de las enfermedades en la infancia y es una forma fácil y divertida”, dicen, “de cumplir con la hora diaria de ejercicio moderado intenso que recomiendan las autoridades sanitarias”.
Berta Vázquez es la madre de Hug Noguerol y aplaude la idea de “herramienta social” referida a la bicicleta. Señala que el bicibús de Sarrià, en el que participan varias escuelas, ha facilitado “que las familias de centros educativos distintos se conozcan, ahora se saluden en cualquier situación y se cree una red de barrio que si no fuera por el desplazamiento del viernes no existiría”.
“Los que van en bici están más atentos que los que llegan en coche”
Uno de los pediatras que ha elaborado el documento y coordina el Grupo de Trabajo de Salud Medioambiental es Ferran Campillo, quien subraya “la importancia de que los entornos escolares sean seguros” para facilitar “una herramienta tan potente como es la bicicleta para la salud”. “Más allá de cuestiones como el sobrepeso”, destaca otros beneficios como “la autoestima, el sentimiento de pertenencia” o el hecho de que los niños que van a la escuela en bici “están más atentos y predispuestos aprender que los que llegan al aula después de estar en un coche y en atascos”.
Además, apunta que las escuelas donde los Ayuntamientos han ‘pacificado’ el entorno (donde hay menos tráfico y más espacio para los peatones) “multiplican por tres las posibilidades de que los alumnos suban a la bici”. “Es muy importante comenzar por las escuelas porque los más pequeños son palanca de cambio en su entorno, empezando por sus padres si les acompañan en bicicleta”, dice, y recuerda que una de las peticiones de la campaña es instalar sensores para medir la contaminación y concienciar así a las familias del impacto de la polución. “Es increíble ver que hay padres capaces de llevar al niño a la escuela en coche y dejar el motor encendido durante 15 minutos”.
Más allá de los beneficios que pedalear tiene para los niños, Campillo subraya la importancia que tiene reducir la contaminación de los coches por el efecto que tiene a una edad temprana. Los más pequeños, explica, tienen una serie de características que les convierten en especialmente vulnerables a las agresiones medioambientales. Para empezar, al tener menor altura, están más expuestos a las emisiones de los tubos de escape y el desplazamiento a la escuela coincide con la hora punta de tráfico. “El desplazamiento de casa a la escuela influye de manera relevante en la dosis diaria de contaminación que reciben”, anota. Y otra razón: “Los niños respiran más veces por minuto y más aire por kilo de peso que los adultos. Y al mismo tiempo presentan una inmadurez estructural y funcional que les limita la desintoxicación y favorece la bioacumulación de partículas contaminantes”.
Entre los datos llamativos que compila la campaña figuran también los referidos a la siniestralidad y recuerdan que la mayoría de los accidentes de tráfico con víctimas en edad escolar se producen cerca de escuelas y sobre todo en entornos con alta intensidad de tráfico motorizado.
La campaña de los pediatras catalanes se suma a iniciativas que en los dos últimos cursos han surgido en escuelas de la comunidad y se han extendido por el territorio. La primera fue la revuelta escolar, que pide entornos pacificados para evitar la contaminación atmosférica y acústica y los accidentes. Luego los bicibús de los viernes, en los que las familias se agrupan para pedalear hacia la escuela. El Ayuntamiento de Barcelona, por su parte, lleva tres cursos creando espacios de estancia delante de las escuelas: unas intervenciones (serán 2016 antes de las elecciones), que se ganan en el asfalto y a costa de plazas de aparcamiento o carriles de circulación.
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