El desembarco de las ‘cargo bikes’: movilidad limpia para el reparto y las familias
Ciclosferia reúne en Valencia a 80 expositores con propuestas para la movilidad urbana de personas, mercancías, turismo y ocio
Las cargo bikes o bicicletas de carga han venido a España para quedarse. Habituales hace años en el norte y centro de Europa, esta modalidad de transporte viene a sustituir a los coches en los desplazamientos urbanos y metropolitanos. En las bicis de carga, un conductor puede transportar hasta tres niños en el carro anexo, o un adulto. Las posibilidades en la ciclologística se disparan en el reparto de última milla para tiendas de alimentación, cafeterías, hoteles y restaurantes, sobre todo si están en zonas de bajas emisiones. “Las cargo bikes tienen múltiples usos y sirven para mensajería, transporte de comida o para sustituir al segundo coche familiar”, explica Ulrich Müller, responsable de la firma alemana Riese & Müller, uno de los más de 80 expositores de Ciclosferia, la feria de ciclismo urbano que se celebra por segundo año consecutivo en Valencia y que abre al público hasta el domingo.
Las bicis de carga son eléctricas y está preparada para llevar una carga de hasta 200 kilos en total (peso del velocípedo, el conductor y la carga). Empezó en Dinamarca, Holanda, Bélgica y Alemania, país en el que solo el año pasado se vendieron más de 200.000 unidades. “En España se utiliza en ciclomensajería, lo que pasa es que no está todavía muy desarrollado. Se encargan del transporte de la última milla para empresas como DHL o Seur, entre otras. Luego están las familias, que suelen emplearlas para llevar a los niños al colegio y desplazarse por la ciudad”, añade el CEO de la compañía alemana creada hace 30 años por dos ingenieros. Es lo que más vende Reese porque los niños lo pasan bien en los desplazamientos y se hace deporte activo, lo cual es bueno para la salud y el medio ambiente. La infraestructura ciclista en España está, en opinión de Müller, alcanzando un buen nivel. “Y no solo es importante los carriles en la ciudad, sino también en toda el área metropolitana: a Barcelona, por ejemplo, entran todos los días 400.000 personas en coche o en transporte público, así que si una parte pudiera hacerlo en bicis normales o de carga, sería bueno”, apostilla.
Otra de las firmas que exponen en Ciclosferia vehículos de carga es XYZ Cargo, con diseño danés, y que fabrica en España un concepto de bicicleta modular sin soldadura que se adapta a diferentes usos, fundamentalmente al transporte de carga. El diseño nació en Copenhague y la fábrica en España se ha establecido en Barcelona. “En la Ciudad Condal trasladan 11 toneladas diarias de productos como cerveza, leche y otros productos para tiendas de alimentación, hoteles, restaurantes y cafeterías”, apunta Antonio J. Domínguez, licenciatario de XYZ Cargo y responsable de la empresa logística Cargobici. Trabajan con Pascual, Bimbo, Heineken e incluso con Glovo. “La bici está totalmente adaptada a la mensajería, no hay rival, y lo que intentamos demostrar ahora es que es el vehículo perfecto para el transporte de mercancías de último kilómetro, porque el avituallamiento diario de la ciudad se puede hacer también con cargo bike”, defiende Domínguez.
Sus modelos, con plataforma o caja, circulan más por la calzada que por los carriles bici por la anchura de estos últimos. Además, como llevan peso “los coches nos respetan”, advierte el director. Sus transportes pueden arrastrar de 120 a 250 kilos de peso, además del conductor. En septiembre saltarán a Valencia. “Tenemos un gap de mejora brutal en España. Hay empresas en Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Málaga. Se está cociendo algo grande en torno a la cargo bike”, pronostica Domínguez, convencido de que con el tiempo sustituirán a la furgoneta tradicional, ya sea de combustión o eléctrica.
En Valencia, el concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi, ha lanzado junto a la Empresa Municipal de Transportes (EMT) un proyecto piloto para fomentar las cargo bike de uso personal como alternativa al vehículo motorizado. Tienen unos prototipos que ceden cada semana a los ciudadanos inscritos en una lista porque se plantean incluso crear un servicio de alquiler público, aunque están en una fase inicial. “Valencia es, junto a Vitoria y Sevilla, una de las tres mejores ciudades españolas en el uso de la bicicleta, según un informe del año pasado de la OCU. Su uso ha crecido mucho por la pandemia de la covid-19 y si las urbes se ponen al día con la construcción de más kilómetros de carriles bici, se usará todavía más”, se muestra convencido Grezzi.
Rafa Vidiella, director de Ciclosferia —y editor de la revista Ciclosfera—, asegura que ha habido una auténtica explosión de cargo bikes en muchos países, porque son el sustituto perfecto de un vehículo en casa. “Para mucha gente, esto de la bici, sigue siendo una cosa de hippies, pero las sociedades más avanzadas [cita Alemania, Dinamarca, Francia o Reino Unido] están apostando en general por este medio de transporte. Ojalá en España hagamos lo mismo porque es un lugar perfecto para que se extienda: por el clima y porque hay mucha cultura ciclista, sobre todo, deportiva (carretera y montaña), así que lo hay que conseguir es que esas personas se desplacen también por las ciudades del mismo modo”.
La feria, abierta al público este sábado y el domingo en uno de los tinglados del puerto de Valencia, muestra, además de los modelos de carga, una bicicleta para el agua que se verá este verano en la costa española, de diseño neozelandés. O las clásicas bicis plegables Brompton y empresas de cicloturismo como Bikefriendly, con proyección en un país tan turístico como España.
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