La erupción de La Palma como cura de las heridas del pasado colonial
La exposición ‘and yet the air was still stirring’, en el Círculo de Bellas Artes, es el resultado del trabajo de investigación de tres jóvenes comisarios internacionales tras un periodo de inmersión en la escena artística española
Una columna vertebral hecha de cerámica y piedra volcánica que va del techo al suelo; paisajes de Canarias del siglo pasado en marcos dorados; la ceniza de la erupción de un volcán en Filipinas hace 20 años o las fotografías de unos peces encarcelados en un acuario. Son algunas de las siete obras que dan vida a and yet the air was still stirring (y aun así el aire continúa agitándose), la exposición que el Círculo de Bellas Artes de Madrid acoge en la sala Minerva hasta el 16 de enero. Esta muestra es mucho más que una colección de esculturas, obras visuales y musicales: se trata de la culminación de meses de investigación de tres jóvenes comisarios que han participado en el programa de residencia organizado por la Fundación Sandretto Re Rebaudengo de Madrid.
En los últimos cuatro meses los tres comisarios procedentes de algunas de las principales academias del mundo —Anoucka Rejendran, india de 33 años, Akis Kokkinos, griego de 30, y Yonma Osman, estadounidense de 31— viajaron por toda España visitando museos, galerías y academias para conocer a los mejores talentos de la escena artística contemporánea nacional. Al término de esta larga gira han sido seleccionados siete artistas radicados en España —Adrián Alemán, Cristina Mejías, Dennis Dizon, Florencia Rojas, iki yos piña narváez funes, Jokkoo Collective y Raisa Maudit— para dar forma a una exposición centrada en las Islas Canarias. El programa, ya consolidado en Italia desde hace 16 años, cuenta en España con el patrocinio de la Reale Foundation y se encuentra en su segunda edición.
“Nuestra investigación sobre las prácticas artísticas en España nos ha llevado a enlazar una intimidad cultural con las Islas Canarias y sus historias. La magia de las formas de vida nativa de su tierra y el imaginario colonial han sido nuestra inspiración a la hora de montar esta exposición”, explica Osman. La erupción del volcán de La Palma tras el terremoto del 19 de septiembre de 2021 se convirtió en el punto de partida de los jóvenes curadores, que se interrogaron sobre el pasado colonial del archipiélago, las minorías y el cambio climático. El nombre de la muestra, and yet the air was still stirring, rinde homenaje a un poema de la tinerfeña Sandra Santana, que habla de las heridas infligidas por la historia de las civilizaciones y la imposibilidad de sanarlas.
El filipino Dennis Dizon ofrece al espectador una “carta de amor a la destrucción” con su obra ‘91, que nace de los vagos recuerdos que conserva de la erupción volcánica en el monte Pinatubo. El artista, que presenció de niño el desastre natural, guardó la ceniza en los frascos que ahora expone como parte de su trabajo de investigación sobre las tecnologías de geo-ingeniería para mitigar la crisis climática.
De material volcánico está hecha también la columna vertebral escultórica de la jerezana Cristina Mejías. Dos manos delimitan el territorio de la pieza, que une el techo y el suelo, en referencia a las prácticas coloniales de medir, conquistar y reclamar la propiedad de la tierra. El origen de los materiales que la componen —la arcilla de la isla griega de Gavdos, que marca el punto más al sur de Europa, y el basalto, una roca que se forma tras el enfriamiento de la lava— resaltan el sinsentido de las fronteras políticas.
El tinerfeño Adrían Alemán reflexiona sobre el pasado colonial a través de diez pequeñas fotografías de obras del artista Nicolás Alfaro Brieva, considerado uno de los primeros paisajistas de Canarias. Ninguna de las pinturas elegidas por Alemán, sin embargo, representa las islas: más bien se trata de paisajes holandeses y catalanes, símbolos del europeísmo que se impone al mundo colonial.
“Esta exposición colectiva es solo el comienzo de una red de afinidades y relaciones que hemos construido. Hemos querido reunir voces diferentes, porque como creadores sentimos que es importante facilitar el cambio que queremos ver en la sociedad”, comenta Kokkinos.
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