Díaz Ayuso promete invertir 80 millones en tres años para reformar la atención primaria
Con una huelga de médicos en el horizonte, la presidenta anuncia mejoras salariales y estructurales
Con una huelga indefinida de médicos en los centros de salud convocada a partir del 28 de septiembre, Isabel Díaz Ayuso ha aprovechado este lunes el debate del estado de la región para anunciar que invertirá 80 millones de euros en mejorar las condiciones de la atención primaria; que convertirá el antiguo Puerta de Hierro en un nuevo hospital de cuidados y recuperación funcional (promesa ya hecha y nunca cumplida por Cristina Cifuentes); y que tramitará la ley de Farmacia, pendiente de la legislatura anterior. En el Madrid de la pandemia, donde han muerto 15.737 personas y se han contagiado otras 163.465, esos son los nuevos proyectos sanitarios del Ejecutivo.
“Este plan de acción, a tres años, implica una inversión de más de 80 millones en materia de recursos humanos”, ha prometido Díaz Ayuso, que ha asegurado que la Comunidad contará con 1.500 rastreadores a mediados de octubre (este lunes hay 850). “Esta inversión se aplicará desde el último trimestre de este año y conllevará modificaciones organizativas y retributivas para nuestros profesionales”, ha seguido.
El sector sanitario se toma el “anuncio” con escepticismo. Esos cambios estructurales y salariales han sido anunciados ya en varias ocasiones en los últimos meses por la presidenta y también por el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero. Sin ninguna concreción. “Si pasáramos del plano de las promesas al de las realidades, sería un principio de buena noticia, pero desgraciadamente seguimos instalados en el mismo discurso de futuribles que no se llegan a cumplir nunca. Cuando se sienten con las organizaciones sindicales con propuestas concretas hablaremos de otra cosa”, espeta Julián Ordóñez, de UGT.
Desde hace años, y con mayor intensidad desde el comienzo de la pandemia, los profesionales de los centros de salud reclaman que se acabe con la precarización de la primaria, que arrastra infraestructuras envejecidas, condiciones laborales que los propios sanitarios califican como “vergonzosas” y, sobre todo, un déficit de especialistas que posiciona a Madrid como una de las comunidades con peor ratio de pacientes por médico de cabecera; un 12,7% más que el cómputo nacional, un 25,4% más en enfermería, un 39,4% más en auxiliares de enfermería y un 17,5% más en auxiliares administrativos. “Pero los peores ratios son los de médicos de familia y pediatras”, concreta Julián Ezquerra, de Amyts (la Asociación de Médicos y Titulados Superiores).
La comunidad es, también, la que menos invierte en gasto sanitario público, la tercera que menos paga a sus profesionales y la que menos destina a este primer escalón del sistema, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad. Este plan de la Comunidad, según Ayuso, “mejorará las condiciones laborales de los profesionales para reconocer todo el esfuerzo que realizan y, también, para hacer más atractiva la atención primaria y conseguir nuevos profesionales que se incorporen a ella”, y aumentará “de manera progresiva la plantilla, con el fin de disminuir la presión asistencial, dedicarle más tiempo a cada paciente y favorecer la estabilidad laboral”.
Esto “solo son titulares”, dice Ezquerra, quien asegura que se han perdido unos meses “valiosísimos”: “Durante el propio confinamiento se podía haber presentado esta misma propuesta. Ahora ya estamos en una situación de rebrote claro, con la primaria colapsada, sin rastreadores suficientes y con los hospitales empezando a preocupar, algunos ya con el 100% de las camas de UCI, las reales, no las del plan de elasticidad, ocupadas por covid, y con algunos centros con la mitad de las plantas también con enfermos de coronavirus”.
La situación de los centros de salud desde marzo fue, en parte, lo que provocó el colapso hospitalario; no pudieron hacer de parapeto: el virus llegó como un tsunami y desbordó a unos profesionales ya faltos de recursos, a eso se sumaron las bajas por contagios de covid-19 y lo que el Gobierno de Díaz Ayuso llamó “reorganización de la primaria”, la derivación de profesionales y residentes al hospital de campaña de Ifema, lo que provocó el cierre de decenas de centros, consultorios y ambulatorios que todavía, seis meses después, no han terminado de reabrir.
A la espera de que concluya la construcción del nuevo y polémico hospital para pandemias, que costará 50 millones de euros, Díaz Ayuso ha defendido el plan de compras centralizadas del Ejecutivo, con el que espera garantizar un stock de equipos de protección para 75 días, y ha agradecido el trabajo de los sanitarios durante una crisis sin precedentes.
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