Ayuso: “Enviar balas a Iglesias y agredir a Vox se parecen en el germen, el odio”
La candidata del PP afirma sobre el drama de las residencias de ancianos que “diseccionar por fascículos los días de terror un año y medio más tarde no aporta nada”
Isabel Díaz Ayuso (Madrid, 42 años) llega a la entrevista, en el claustro del Parador de Alcalá de Henares, nada más terminar el acto con los Reyes por el Día del Libro. Hace apenas unas horas que los candidatos de la izquierda han dado por roto el debate electoral, tras las provocaciones de la aspirante de Vox. Mientras toma asiento, cuenta que no ha visto las imágenes, pero que está informada de lo que ha pasado. “¿Muy desagradable, no?”, comenta, mientras saca folios con anotaciones.
Pregunta. ¿Lo que ha sucedido en la Cadena SER le reafirma en que era mejor para sus intereses no ir a un segundo debate?
Respuesta. No podemos estar los mismos hablando siempre sobre lo mismo. Ahí está el resultado: acaba el debate y empieza una pelea innecesaria.
P. ¿Qué habría hecho usted en ese escenario?
R. Es una posición muy incómoda, porque yo estoy en contra de las amenazas y estoy en contra de la agresión verbal. Está siendo desagradable desde que empezó la campaña. A mi juicio, lo está siendo tanto el agredir a Vox en un acto como enviar unas balas a un exvicepresidente.
P. ¿Es equiparable amenazar con balas a un candidato y reventar un acto?
R. Hombre, no. Se parece en el germen, que es el odio, y usar el terror. Y, ya desde el inicio, me parece reprochable, porque el odio y el terror nunca pueden utilizarse para conquistar ningún fin.
P. ¿Seguirá en la línea de arrinconar a Cs y convivir con Vox tras lo ocurrido?
R. Niego que esa haya sido mi estrategia. Mi estrategia ha sido buscar, hablar y pactar con los madrileños y pedirles su apoyo de manera masiva para, libremente, tener mi propio proyecto. Que no es ni el de Vox, ni el de Cs.
P. Ninguna encuesta refleja que vaya a gobernar sola. Todas dicen que será con Vox o gracias a Vox. ¿Qué le parece apoyarse en un partido que se alegra de que Pablo Iglesias se vaya de un debate?
R. Voy a pelear hasta el final para no tener que necesitar a nadie. Hasta el último voto.
P. ¿Y si se da esa situación de que tenga que pactar?
R. Tengo la esperanza de que no sea así. Quiero tener presupuestos y no tener que volver a pasar por un legislativo [la Asamblea] que me ha bloqueado cada iniciativa que llevaba.
“Espero no depender de Vox. Yo represento una derecha alegre”
P. ¿Cuál es la relación con Rocío Monasterio, que apoyó que se investigara el caso Avalmadrid, y que ha patrocinado unas conclusiones que le acusaban de haber recibido un trato de favor?
R. Por todas esas cuestiones, y muchas más, y porque yo represento a otra derecha, quiero tener una mayoría suficiente. Yo represento una derecha que es alegre, que defiende la cultura del esfuerzo, que quiere defender por encima de todo la libertad.
P. ¿Cómo es la otra derecha?
R. Cada uno que se defina como quiera. Llevo dos años presa de Vox y de Cs.
P. ¿Cómo definiría a Monasterio e Ignacio Aguado, de los que dependía su Gobierno?
R. Aguado siempre remó en dirección contraria a todo lo que hacía el Gobierno. Monasterio tiene la suerte de la perfección, que yo no tengo. Tiene mucha suerte: tiene razón en todo.
P. ¿Qué siente cuando escucha a Monasterio decir que hay que votar a Vox para evitar que Ayuso se arrodille ante los postulados de la izquierda?
R. Escucho eso. También que hay que votar a Vox para que salga yo. O que estoy amordazada por Pablo Casado, que está siendo con diferencia el líder nacional que más respeta a su gente en Madrid y que ha delegado en nosotros nuestra campaña.
P. ¿Cuánta culpa tienen Miguel Ángel Rodríguez e Iván Redondo de la polarización de estas elecciones, y cuánta los políticos que se presentan?
R. Desde que soy candidata, porque soy periodista, y a lo mejor porque he tenido siempre un perfil bajo, se me ha intentado siempre desprestigiar, sobre todo despreciar. Primero era la heredera de Aguirre, de Cifuentes, luego de Aznar, luego Rodríguez me hace los papeles… Siempre se intenta que cada cosa que ocurre en torno a mí haya sido por mérito de otros. Y sigo defendiendo que, como el resto de los políticos, a los que no se cuestiona de la misma manera, tengo mi proyecto. Soy la que se ha echado a las espaldas la Comunidad de Madrid.
P. ¿A qué atribuye ese desprecio que percibe?
R. A lo mejor a que la izquierda, que se dice feminista, ha sido la más agresiva conmigo, la que más insultos personales me ha proferido, la que más me ha despreciado, la que más editoriales me ha dedicado, la que más viñetas ha sacado de mí. Probablemente pensaban que, como no era de las suyas, podían amilanarme.
P. El PP lleva 25 años gobernando la Comunidad. ¿Por qué esta campaña no gira alrededor de esa gestión, sino en un cara a cara con Sánchez?
R. Hablamos más de política nacional porque el presidente del Gobierno se ha personado en esta campaña utilizando todos los medios del Estado. Desde el comienzo de la pandemia no ha dejado de arremeter contra Madrid. Madrid le es muy incómodo. Yo, por mi parte, estoy hablando también de mi gestión, es lo que le pido a los madrileños que recuerden cuando vayan a votar.
“Soy una mujer que lleva dos años al frente de la Comunidad y que reivindica su espacio y su proyecto”
P. ¿Por qué cree que otras comunidades del PP no le acompañan contra Sánchez?
R. Es que a lo mejor es Sánchez el que confronta conmigo, insisto. Hay que recordar que es una Administración superior la que arremete contra una inferior.
P. “Me presento yo. El proyecto lo encabezo yo. La Comunidad me la he echado a las espaldas yo. Y así pienso seguir haciéndolo”. ¿Intenta diferenciarse de Casado?
R. Soy una mujer que lleva dos años al frente de la Comunidad y que reivindica su espacio y su proyecto. Afortunadamente, la persona que confió en mí para que esté aquí es un jefe que además es compañero y sabe delegar en cada uno de sus presidentes sus campañas.
P. ¿Se siente tentada de aspirar a su puesto?
R. No conozco a ningún presidente de Madrid que haya ascendido a ese puesto. Y creo que jamás voy a vivir algo más bonito, ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida.
P. Pero que ningún presidente de la Comunidad haya dado el salto no significa que no lo pueda dar.
R. Siempre he vivido esto: llega un presidente a la Comunidad de Madrid y en uno o dos años le están situando en La Moncloa. Y son caminos distintos. Además de que, evidentemente, a mí me gustaría que fuera Pablo Casado presidente. Y que La Moncloa cogiera otro rumbo.
P. ¿Cuántas oportunidades más hay que darle a Casado, que ya ha perdido dos generales?
R. No va por oportunidades, sino por tendencia. Ahora hemos revalidado en Galicia, ganado Andalucía, estamos reforzándonos en Madrid. La tendencia es positiva y, por las mismas, si Pedro Sánchez pierde Madrid, debería plantearse irse.
“En Madrid lo que estamos valorando es si queremos que nos cambien el modelo de sociedad”
P. También se estrellaron en Cataluña o el País Vasco y todas las encuestas coinciden en que las expectativas del PP de Madrid con Isabel Díaz Ayuso son mejores que las del PP con Casado en el ámbito nacional. ¿A qué atribuye esa diferencia?
R. En Madrid lo que estamos valorando es si queremos que nos cambien el modelo de sociedad.
P. Una pregunta personal: ¿han vacunado a su madre [de 75 años]?
R. No. Creo que la van a vacunar en su centro de salud. A día de hoy no lo estaba.
P. ¿Tan poco tiempo tiene que no sabe si han llamado a su madre?
P. Tengo al perro viviendo con mi hermano, al señor del bar de abajo diciéndome que me prepara la cena… Salgo de mi casa a las siete de la mañana y vuelvo a las doce de la noche. Hablamos, pero yo soy muy independiente. No hablo con ella todo el rato. Ahora la llamo y le ponemos el manos libres y le pregunto.
P. No hace falta.
R. El otro día me dijo: “Estoy muy contenta porque me han dado cita”. Creo que será para vacunarla. Creo que le han dicho la de Janssen. Pero no lo sé.
P. ¿Le ha preguntado en alguna ocasión sobre qué estaba pasando en las residencias, donde han muerto más de 5.000 personas?
R. Mi madre es de ese tipo de personas mayores que quieren vivir en sus casas. Cuando van a una residencia es porque están muy enfermas o no se pueden cuidar por sí mismas. A mi madre le queda para eso. Es una persona muy fuerte.
P. ¿Cómo se enteró de lo que pasaba en las residencias en la primera ola?
R. Estaba en la Asamblea. Había un pleno y me enteré, por la prensa, que no por mi consejero, de que había un brote en una residencia.
P. En el debate dijo que lo que pasó en las residencias no se podía haber evitado. ¿A qué se refería?
R. No se le puede transmitir a las familias que han perdido a un ser querido por el que nadie ha luchado. Porque no es cierto. Cuando la covid entra en el cuerpo de una persona con varias patologías, y según qué edad, con la letalidad que tenía en ese momento, es prácticamente imposible salvar la vida. Ser trasladado [a los hospitales] no siempre servía. Muchos geriatras en las residencias decían que era mejor que pasaran la covid allí. Estoy convencida de que tanto la UME, como los sanitarios, o el personal en las residencias, hicieron todo lo que pudieron por salvarles. Si año y medio más tarde todavía estamos aprendiendo sobre la covid, imaginen lo que era en esa primera etapa.
P. ¿Quiere decir que si esos mayores fallecidos en las residencias hubieran ido al hospital también habrían muerto?
R. Por supuesto. Ha habido mucha más gente fallecida en los hospitales que en las residencias. De hecho, el 70% de los ancianos han fallecido en hospitales. Y estar en una UCI no siempre te salva.
P. Pero hubo un problema muy grave con los traslados de las residencias a los hospitales, que fueron casi un 40% inferiores en el pico de la primera ola con respecto a las cuatro semanas anteriores, según datos oficiales. ¿No es como para que alguien dimita?
R. Tengo claro que ir a un hospital no significaba estar a salvo.
P. ¿Defiende que no se trasladaran?
R. No es que lo defienda o no. Sino que cada geriatra, cada sanitario, tomó en su momento sus mejores decisiones. Y que hoy, empezar a cuestionar lo que ese geriatra o ese sanitario hizo cuando llegó ese tsunami es por parte de todos algo artificial. Porque no hemos estado ahí para saberlo ni ustedes ni yo.
“Diseccionar por fascículos esos días de terror, un año y medio más tarde, no aporta nada”
P. Abundan los testimonios de doctores de residencias que pedían que se trasladaran a residentes y se les contestaba que no había ambulancias para llevarlos, ni sitio en los hospitales. Y han muerto más de 5.000 personas.
R. ¿En cuánto tiempo? En un tiempo récord. ¿De qué estamos hablando? Estamos hablando de que llega un tsunami que se lleva por delante vidas de 500 en 500. Diseccionar por fascículos esos días de terror un año y medio más tarde, créanme, no aporta nada. Porque si tengo algo claro es que cada persona que tomó una decisión de una ambulancia, una UCI, un respirador, hacía lo que en ese momento podía. Y creo que eso mismo ha ocurrido en toda España. Y no lo tratan así. Nunca me contextualizan las cifras con las del resto de España y las del resto del mundo. Si lo hacen así, verán que no han fallecido más en proporción en Madrid que en otros sitios. En otros países se vio que la gente se moría en la puerta del hospital, en el suelo. Yo me juré intentar que no ocurriera, y por eso montamos Ifema y luego el Hospital Isabel Zendal.
P. En el contexto de unas elecciones, es normal que a la presidenta, que se presenta a la reelección, se le pregunte por su gestión de una pandemia sin precedentes.
R. Me parece que, un año y medio más tarde, lo que yo le pueda decir a alguien... es innecesario, a mi juicio. Tengo mi opinión y ustedes la suya. Ustedes preguntan y yo respondo. Y tengo el convencimiento de que todas las personas que estaban ahí, arremangadas, hicieron lo que pudieron con lo que había. Esto mismo nos ocurrió en todas partes. Ante un tsunami no hay sistema que a priori lo pueda soportar. Ha pasado en Estados Unidos, pasó en Canadá, y en Francia. Hay que contextualizar qué estaba pasando: si me dicen que hay tres personas enfermas y el sistema sanitario no las cubre, es lógico que esto sea inolvidable. Pero cuando estamos hablando de miles de personas a la vez enfermas, no hay herramientas suficientes. Lo que le quiero transmitir a las familias es que nadie estuvo abandonado. La gente que se dedica a cuidar a los mayores y que está al frente de la sanidad tiene una vocación distinta a las demás. Y por eso, yo, un año y medio más tarde, no soy capaz de enjuiciarles.
P. Hay una investigación judicial abierta. ¿La Comunidad ha hecho alguna investigación interna para ver los procesos, para ver si la actuación fue correcta?
R. Yo pedí a las consejerías que hicieran informes de qué había hecho cada una, sobre todo en esos dos meses, y el trabajo fue espectacular. Conseguimos de golpe frenar los contagios en las residencias, los bomberos enseñaron a las residencias a trabajar de otra manera, en muy pocos días se pudieron inspeccionar hasta 700. Y se consiguió meter equipos médicos en pocas semanas. Y llegó el material y todo empezó a funcionar. Pero en el bloqueo de 15 días hay miles de historias que probablemente no conozcamos de personas que se vieron arrolladas.
P. ¿La mala relación con el consejero de Políticas Sociales, Alberto Reyero, influyó en cómo se gestionó la crisis?
R. Estando él o no, hubiera ocurrido lo mismo. No puedo criticar a mi exconsejero.
P. ¿Qué se hizo mal?
R. Todo. Ojalá todo lo que aplicamos luego lo hubiéramos aplicado ya en febrero. Lo que lamento es que se hable de Madrid como si fuera un ente aislado y no se hable del Gobierno de España. Con lo que teníamos, se hizo lo que se pudo. ¿Y si todo eso se hubiera hecho un mes antes? ¿Y si en vez de cerrar los colegios el 9 de marzo los cierro el 1? Evidentemente, todo hubiera ido mejor.
P. El 9 de mayo acaba el Estado de alarma. ¿Qué restricciones mantendrá?
R. Si el contagio empieza a disminuir, y se dan las circunstancias, podríamos ampliar la actividad comercial una hora, dos horas… habrá que verlo. Pero primero hay que asegurarnos de que el virus está estabilizándose y bajando.
P. Sin embargo, en este momento las UCI están a una ocupación del 125%, según datos de la Sociedad de Medicina Intensiva.
R. No es así. No estamos en los índices de las anteriores olas. Al tener los 102 hospitales unidos y coordinados tenemos una flexibilidad hospitalaria que nos permite, no estar tranquilos, pero seguir con las políticas que hemos puesto en marcha. Millones de personas se están arruinando después de contraer deudas en el pago de locales, nóminas… El virus no va a estar con nosotros un mes o dos, sino prácticamente todo 2021. Hay que buscar fórmulas intermedias. La economía también es salud.
P. ¿No se le abren las carnes cuando ve las fiestas ilegales?
R. Ahí es donde espero que la Delegación del Gobierno y las personas que tienen competencias en materia de seguridad ciudadana nos echen una mano. Es su responsabilidad hacer cumplir las normas que nosotros dictamos.
P. La Comunidad siempre ha defendido que aplicaba criterios técnicos y médicos, no políticos en la gestión de la pandemia. ¿Cómo interpretar entonces la dimisión de su directora general de Salud Pública, o que usted destituyera…?
R. ¡Por favor! ¡Si han dimitido casi todos! De 17 comunidades autónomas han cambiado como a 12 o 13 consejeros de Sanidad. Es normal. En los gobiernos, cargos de todo tipo, entran y salen.
P. ¿Usted ha pensado en cambiar en algún momento de la crisis a su consejero de Sanidad, Enrique Ruiz-Escudero?
R. Por ahora, desde luego, es el consejero de Sanidad que más ha durado.
P. En el debate de candidatos no respondió a Pablo Iglesias cuando le preguntó a cuánto ascienden las listas de espera de Madrid. ¿Lo sabe ya?
R. Tenemos las listas de espera más bajas de España, sobre todo las quirúrgicas. El número exacto ahora mismo no me lo sé. Lo lamento. No sabía que venía a un tercer grado.
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