Díaz Ayuso presume de que su gestión ha salvado 300.000 empleos para atraer a votantes de Cs y Vox
El CIS refleja que los votantes de derechas son los únicos a los que las consecuencias económicas de la pandemia les preocupan más que las sanitarias
Isabel Díaz Ayuso ha presumido este martes de su gestión económica para intentar atraer a los votantes de Vox y Cs, que son los más alarmados ante las consecuencias que está teniendo la pandemia en ese terreno. Así, el último barómetro del CIS, publicado el lunes, refleja que el 44% de los ciudadanos que apoyaron al partido de extrema derecha en 2019 temen más a los efectos financieros y laborales del virus que a los sanitarios (17%); y que los antiguos electores de la formación naranja reparten por igual su preocupación entre esas dos opciones (29% cada uno). Como la proporción es radicalmente inversa entre quienes se identifican con el PSOE, Más Madrid o Podemos, esa ecuación explica la buena marcha de Díaz Ayuso en las encuestas ―que reflejan su capacidad para atraer a antiguos votantes de Cs y Vox―, y su insistencia en que su campaña pivote alrededor de su política de comercios abiertos y promesas de baja fiscalidad.
“Gracias a nuestras políticas, en Madrid hemos salvado 300.000 empleos y hemos evitado que España se situara en la antesala de una nueva recesión económica”, ha dicho durante un discurso en el Nueva Economia Forum tras el que no ha aceptado preguntas más que de los invitados por la organización. “Bajo mi mandato, Madrid ha registrado cifras récord de afiliación [a la seguridad social], y quiero recuperarlas cuanto antes. El 4 de mayo, los ciudadanos tienen la oportunidad [de elegir] que la reactivación económica sea el centro de nuestras políticas”, ha añadido, tras prometer de nuevo la rebaja fiscal que no ha ejecutado desde 2019, y medidas legislativas “para proteger la autonomía fiscal de Madrid”. Y ha concluido: “Por eso, pido el voto a toda esa clase media que emergió gracias a la democracia liberal de 1978. El voto al Partido Popular es el único voto útil, capaz de aglutinar esa mayoría amplia en torno a los valores e ideas de la democracia liberal en torno a unas siglas y de mantener la prosperidad del motor económico de España”.
Esa referencia muestra cómo Díaz Ayuso está intentando ensanchar su base electoral más allá de los ciudadanos que tradicionalmente han votado al PP. La candidata sabe que su futuro depende de un puñado de votos. Con todas las encuestas de acuerdo en que ganará las elecciones el 4 de mayo, ninguna pronostica con claridad si gobernará, porque tiene complicado alcanzar la mayoría absoluta y su capacidad para atraer a votantes de Cs y Vox puede dejar a estos partidos sin la representación necesaria para apuntalar su Ejecutivo. En consecuencia, Díaz Ayuso está intentando crear una corriente de apoyo transversal, en la que quepan votantes de izquierdas desencantados con Pedro Sánchez, o agradecidos porque ella haya permitido que siga abierta la hostelería.
“Para oponerse a Sánchez no hace falta ser de derechas, basta con ser sensato”, ha lanzado, resumiendo su estrategia.
Además, Díaz Ayuso ha prometido que si continúa en el Gobierno regional ampliará los recursos para bajar las ratios en los centros escolares de forma progresiva y definitiva, sin dar más detalles de cómo, cuándo y con qué coste. Este curso, la Comunidad contrató temporalmente a miles de profesores para abrir nuevas aulas con menos alumnos para dificultar la expansión del virus. El resultado ha sido doble. Primero, la ratio de alumnos de segundo ciclo de Educación Infantil (3-6 años) y de primaria se ha situado en 18 alumnos por aula, mientras que en 1º y 2º de ESO ha sido de 20. Y segundo, las notas de los estudiantes han mejorado, porque también lo ha hecho la atención que les prestan los profesores: el 90% de los que han cursado primero y segundo de la ESO han aprobado.
La presidenta también ha recuperado varios proyectos legislativos que ya intentó poner en marcha cuando accedió al poder, en agosto de 2019, y no logró llevar a la Asamblea por falta de tiempo: la ley de mercado abierto, la de mecenazgo, o una diseñada para “reducir la maraña administrativa”.
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