Sánchez está convencido de que podrá gobernar pero por ahora deja que Feijóo lo intente y fracase
El presidente descarta ante su Ejecutiva repetir elecciones —“la democracia encontrará la fórmula de la gobernabilidad”— y celebra el resultado como una victoria: “Nos daban por muertos y aquí estamos”
Pedro Sánchez no contempla el bloqueo y la repetición de elecciones tras el resultado que han dejado las elecciones del 23 de julio. El presidente está convencido de que finalmente podrá gobernar, como en 2019. “España es una democracia parlamentaria con sus plazos y procedimientos. Esta democracia encontrará la fórmula de la gobernabilidad”, ha dado por seguro el líder del PSOE, según fuentes socialistas, durante la reunión que ha mantenido con la dirección federal del partido. A todas las personas con las que está hablando el presidente en las últimas horas les traslada lo mismo: no será fácil, pero al final logrará la investidura y podrá gobernar, porque no hay más mayoría que la progresista, y el PP no tiene una alternativa, no le dan los números porque el PNV nunca le apoyará mientras siga con Vox.
Sin embargo, el líder del PSOE no parece tener ahora ninguna prisa y en su entorno descartan que vaya a hacer movimientos inmediatos para buscar esa investidura. De momento, es Alberto Núñez Feijóo el que lo está intentando, y el que anuncia llamadas y gestiones. Sánchez sabe que el líder del PP fracasará con toda probabilidad en ese intento, y todo indica que el presidente está dejando que eso suceda, y que quede en evidencia ante los españoles que la derecha no tiene una mayoría para gobernar. El PSOE cree que el PP “necesita reflexionar sobre el resultado” y comprobar que pese a haber ganado las elecciones, no tiene una mayoría para gobernar y en un sistema parlamentario lo importante es eso: no quién tiene más votos que el segundo, sino quien tiene apoyos para una investidura, como se ve en varios países europeos donde no gobierna la lista más votada y en varias comunidades y ayuntamientos españoles donde el PP y Vox le han arrebatado el poder a los socialistas a pesar de ser los más votados. Cuando se vea ese fracaso de Feijóo, llegará el momento de Sánchez de intentar su propia investidura y así mostrar que solo hay una mayoría posible y es la que gobierna actualmente con el añadido, nada sencillo de gestionar pero no imposible, de una abstención de Junts.
Sánchez y su equipo no apuntan de momento ninguna negociación con el partido de Carles Puigdemont ni ponen el foco en posibles líneas rojas, aunque las del PSOE siempre han estado claras: ni referéndum de autodeterminación ni amnistía, porque ambas son inviables jurídica y políticamente. En La Moncloa quieren ir por pasos, y el primero y más evidente es la constitución del Congreso el 17 de agosto y la formación de la Mesa, con la presidencia. Ahí se verá, según fuentes socialistas, que hay una mayoría progresista como en 2019, aunque más compleja, y la mesa seguirá controlada por ese mismo sector.
Pero es mucho más fácil negociar una Mesa que una investidura, así que todo indica que estamos ante tiempos largos en los que podría haber un intento fallido de Feijóo para que después llegue Sánchez o un intento directo del socialista pero sin prisa. Mientras tanto, el Gobierno estará en funciones, aunque puede hacer la mayoría de las cosas relevantes, sobre todo cumplir con la presidencia española de la UE y seguir gestionando los fondos europeos, las dos cuestiones más urgentes porque las grandes reformas ya están hechas.
El escenario es en cualquier caso muy complejo: el vencedor de los comicios, el PP, no alcanzaría la mayoría absoluta ni siquiera con el apoyo de Vox, UPN y Coalición Canaria, mientras los socialistas, en el caso de que consiguieran el respaldo de ERC, PNV y EH Bildu, dependerían de la abstención de Junts —un partido independentista cuyo líder, Carles Puigdemont, está huido de la justicia— para revalidar el Ejecutivo. Fuentes de la Ejecutiva federal son tajantes: la amnistía a los líderes independentistas que fueron condenados por su papel en el procés y la celebración de un referéndum de autodeterminación son dos líneas rojas “infranqueables” para el PSOE. Pero sin superarlas esas líneas, los socialistas buscaron fórmulas en 2019 con ERC para pactar la investidura de Sánchez y las encontraron en la mesa de diálogo. Ahora se podrían explorar otras, aunque el mensaje de la cúpula del PSOE es claro en este momento: no ha llegado esa pantalla, queda mucho.
El secretario general del PSOE ha celebrado ante su Ejecutiva que “11 millones de personas hayan votado avance”, en alusión a los 7,8 millones de votos que ha recibido su partido y los tres millones de Sumar, el proyecto de Yolanda Díaz. Tras el descalabro de las municipales y autonómicas del 28-M, Sánchez incluso ha mejorado el resultado de las elecciones generales de noviembre de 2019, en las que cosechó 6.792.199 votos y 120 escaños, dos menos que ahora a la espera del recuento del voto exterior. “Nos daban por muertos y aquí estamos. ¿Sabéis cuándo gana el PSOE? Cuando no se da por vencido”, ha afirmado Sánchez según fuentes presentes.
“España ha dicho no a la involución y al retroceso y el PSOE es una referencia en Europa y el mundo. No es que hayamos llegado al 30% de los votos, es que hemos alcanzado el 32%”, ha subrayado el presidente, según las mismas fuentes, en una reunión a puerta cerrada que ha durado dos horas. Sánchez ha augurado un “agosto tranquilo” y dirigentes de Ferraz creen que el próximo mes debería servir para que todos los partidos hagan una lectura sosegada del resultado, “desde el PP a Junts”. “Las elecciones reflejan que hay una España plural y algún partido lo tiene que asumir”, inciden en la cúpula socialista sobre la estrategia que la derecha ha seguido en su intento de alcanzar La Moncloa. “Que la gente descanse y que disfrute de las vacaciones”, ha concluido Sánchez en una breve intervención, en la que ha recordado que el 17 de agosto se constituyen las Cortes. Al menos hasta entonces, el PSOE no tiene “ninguna prisa” por iniciar contactos para conformar una mayoría alternativa a la del PP.
Investidura fallida
A la espera de los pasos que dé Alberto Núñez Feijóo, las fuentes de la dirección socialista consultadas creen que el candidato del PP no se presentará a una investidura fallida. El PSOE no se plantea, en ningún caso, facilitar esa investidura de Feijóo, aunque este esgrima el hecho de ser la lista más votada. Aunque esta cuestión, según sostienen estas fuentes, no se ha abordado en la reunión de la ejecutiva, hasta los barones más críticos coinciden en rechazar esa posibilidad. Tanto Ferraz como los líderes territoriales del PSOE tienen muy presente que el PP no les dejó gobernar en Extremadura y Canarias, pese a ser allí el PSOE la primera fuerza el 28-M, lo mismo que en capitales de provincia como Valladolid, Toledo, Burgos y un centenar de ayuntamientos.
Otro argumento del que tiran en el PSOE es que el PP no facilitó la investidura de Sánchez en el verano de 2019 —hubo repetición de elecciones en noviembre—, a diferencia de lo que habían hecho los socialistas en 2016, cuando facilitaron la investidura de Mariano Rajoy (con la oposición de Pedro Sánchez). Una decisión que abrió en canal al PSOE y fue el origen de su peor crisis reciente, con la dimisión de Sánchez como líder del partido en el convulso comité federal del 1 de octubre de ese año y su reelección con más de la mitad de los votos de la militancia socialista siete meses después. “El PP tiene que encarar ahora sus contradicciones”, ha remarcado uno de los responsables de la ejecutiva, según fuentes socialistas.
La dirección del PSOE, que ha comenzado la reunión aporreando con júbilo la mesa y celebrando el resultado, no ha hecho una lectura pormenorizada de los resultados en cada comunidad. La docena de miembros que han pedido la palabra tras el secretario general han destacado los números conseguidos tras una legislatura marcada por la pandemia, el impacto económico de la guerra de Ucrania y los ataques que Sánchez ha soportado de la oposición en un clima muy polarizado.
“Hoy solo ha habido euforia entusiasta y ganas de celebrar”, ha resumido un integrante de la ejecutiva, en la que se ha agradecido la contribución del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero a la campaña. Zapatero dio 14 mítines y recorrió 6.000 kilómetros. Sobre la falta de implicación de Felipe González, que no ha pedido expresamente el voto para su partido, nadie ha dicho nada. La reunión ha acabado con aplausos. “Ha ganado el sentimiento de poder seguir ganando derechos y libertades, y es sobre esa base sobre la que tenemos que trabajar”, ha subrayado la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, a su llegada a Ferraz. “España habló con mucha claridad, le dijo no y paró en seco a la coalición ultra. Es un día de mucha alegría para toda la gente progresista”, ha expresado a su vez el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. “España ayer habló claro y dijo que quiere seguir avanzando”, le ha secundado Pilar Alegría, ministra de Educación y portavoz de la dirección del PSOE.
Los socialistas han sido el partido más votado en Cataluña, País Vasco, Canarias, Navarra y Extremadura. La fortaleza del PSC en Cataluña ha sido determinante (sube de 12 a 19 escaños). También han logrado más diputados que en 2019 en Canarias (de 5 a 6), Baleares (de 2 a 3), Cantabria (de 1 a 2, atrayendo a los votantes del PRC), Madrid y Comunidad Valenciana (de 10 a 11), País Vasco (de 4 a 5) y Navarra (de 1 a 2). El PSOE mantiene los escaños que tenía en Castilla y León (12), Murcia (3) y La Rioja (2) y pierde cuatro en Andalucía (de 25 a 21), tres en Galicia (de 10 a 7), dos en Aragón (de 6 a 4) y uno en Asturias (de 3 a 2), Castilla-La Mancha (de 9 a 8) y Extremadura (de 5 a 4), donde les penaliza que la comunidad cedió un escaño a favor de la Comunidad Valenciana por la caída de la población.
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