La política de pactos tras el 12-M monopoliza el debate de Televisión Española
El órdago de Pedro Sánchez sobre su continuidad en el cargo estuvo prácticamente ausente de las intervenciones
El candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, Salvador Illa, fue anoche la principal diana de los cuestionamientos sobre los pactos postelectorales, durante el primer debate televisado de esta campaña, organizado por Televisión Española. El representante del PSC tuvo que sortear la insistencia con que los representantes de los otros partidos le instaban a aclarar, como había dicho en una entrevista a la Cadena SER por la mañana, si no cerraba la puerta a un acuerdo con Junts per Catalunya.
Illa optó por ir a un planteamiento elevado, aprovechando la tendencia que muestran las encuestas. “Yo me presentaré a la investidura: ¿la bloquearán?”, le espetó el socialista a los candidatos de Junts, Josep Rull —el número uno de la lista, Carles Puigdemont no participa por su situación legal— y al republicano Pere Aragonès. El president candidato le afeó que se mostrara como ganador e ignorara de entrada el veredicto del 12-M. “Bajemos un poco [el ritmo] y que hablen las urnas”, aseguró Aragonès. Los dos independentistas coincidieron en la imposibilidad de apoyar a un Illa que ven lejos de sus propuestas de “ambición nacional” y se niega a que la Generalitat recaude en solitario todos los impuestos.
El PP y Ciudadanos también cargaron contra Illa porque incluya en “la nueva etapa” que promulga a los independentistas. El socialista fue especialmente amargo en su réplica al popular Alejandro Fernández. “Yo expliqué las reuniones con todos los partidos, mientras que el PP ocultó reuniones con Junts”, defendió Illa, que también intentó hurgar en la falta de sintonía personal de Fernández con la cúpula de su formación. “Quizás usted [en referencia a Fernández] no las sabe, porque ya sabemos la relación con Alberto Núñez Feijóo”. El candidato del PP respondió airado: “Quizás no es tan elegante como aparenta. Yo soy un catalán rebelde y cuando tengo mi opinión, la digo; a diferencia de usted, que cuando aparece Sánchez, hace una genuflexión. En mi partido se puede discrepar, no como en el PSOE, que expulsó a Redondo Terreros por discrepar de la amnistía”.
Solo Jéssica Albiach, líder de la candidatura de Comuns Sumar, fue clara respecto a que no piensa dar sus votos a los de Carles Puigdemont y criticó los “malabarismos” hechos por Illa para no ser tajante en ese punto. “Junts es la refundación de Convergència, son incapaces de decir que lo que ocurre en Palestina es un genocidio”, criticó la representante de los comunes para intentar chinchar al socialista por el flanco más a la izquierda.
El órdago de la continuidad del presidente Pedro Sánchez estuvo ausente en todo el debate. Sólo lo sacó a colación el representante del PP y en el bloque dedicado a las infraestructuras: “mientras yo hablo de la sequía, Sánchez habla de que está enamorado”.
Sin embargo, una muestra de que lo tiempos han cambiado en Cataluña es el nivel de presencia que la cuestión independentista. El referéndum efectivamente apareció en el bloque destinado al modelo territorial y la amnistía pero, a diferencia de las elecciones anteriores, los planes para lograr la secesión -o la oposición frontal a ella- dejaron de ser omnipresentes en todos los aspectos del enfrentamiento dialéctico. En un debate a seis, donde el juego estuvo muy repartido, uno de los únicos puntos donde se vio cierto consenso es en la necesidad de mejorar la financiación de Cataluña.
Lejos de la épica y la defensa de confrontación con el Estado, tanto Esquerra como Junts se limitaron a defender y dar por inevitable un referéndum de independencia pactado. Aragonès, no dudó en ese punto en ir a por e Rull. “Es un camino que ha costado abrir, porque algunos decían que hacerlo era renunciar al 1-O. Es el camino que ha dado resultados”, dijo el republicano respecto a la ley de amnistía.
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