El PSC mantiene su ventaja en las elecciones catalanas y Junts recorta la distancia con ERC, según el CIS
La encuesta ‘flash’ no atribuye escaños y sitúa a Illa como el candidato mejor valorado, seguido de Aragonès y Borràs
El PSC mantiene su ventaja y ganaría por tercera vez las elecciones en Cataluña -la candidatura de Pasqual Maragall fue la más votada en 1999 y 2003 con 5.000 votos sobre la antigua CiU- con una estimación de voto del 23,7%, según una encuesta flash del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) realizada entre el 1 y el 3 de febrero. Los socialistas, que focalizan las críticas del resto de partidos, apenas se resienten: perderían dos décimas respecto al sondeo realizado entre el 2 y el 15 de enero. La extrapolación de votos a escaños no se incluye en esta ocasión. Donde hay más movimiento es en el pulso por la hegemonía en el independentismo: Junts recorta en casi tres puntos la ventaja de ERC. Los republicanos son la segunda fuerza preferida en la muestra de 1.838 entrevistas (19,9%), pero caen siete décimas respecto al anterior trabajo demoscópico. Una bajada que rentabiliza el partido de Carles Puigdemont, que experimenta una subida en la estimación de voto del 12,5% al 14,6%. Si en el CIS publicado el 21 de enero ERC le sacaba 8,1 puntos a los neoconvergentes, ahora la renta es de 5,3. Y quedan 10 días para el 14-F. El Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat le otorgaba la semana pasada la victoria en las elecciones a Esquerra con una horquilla de entre 34 y 35 escaños.
Ciudadanos continúa en caída libre. La formación que venció en las elecciones catalanas de 2017 con Inés Arrimadas y el 25,35% de papeletas ―más de 1,1 millones de votantes― profundiza su hundimiento y obtendría el 7,9% de votos (9,6% en el CIS de enero). Los comunes también se desinflan y pierden casi un punto ―pasarían del 9,7% del sondeo de enero al 8,9% de este― sin que se haya alcanzado el ecuador de la campaña. En cambio, la CUP crece ocho décimas (6,8%) entre ambas encuestas.
En el bloque de la derecha, la amenaza de sorpasso de Vox al PP se consolida. La extrema derecha sube tres décimas (6,9%), mientras que los populares se estancan con una estimación de voto del 5,8%, pese a la presencia cotidiana de Pablo Casado en la campaña catalana. Fuentes de la dirección de PSC y de ERC advierten, según sus datos, de la posibilidad de que Vox termine superando a Ciudadanos.
Illa continúa siendo el candidato mejor valorado con una puntuación media de 4,4 puntos sobre 10 posibles. Pero se queda lejos de la valoración de 5 puntos en enero. Al cabeza de lista del PSC le siguen de cerca Pere Aragonès (ERC) y Laura Borràs (Junts), empatados con 4,3 puntos. Borràs, candidata de Junts, y Aragonès, presidente en funciones de la Generalitat y cabeza de lista de ERC, recibieron una puntuación de 4,6 en enero.
El 23,5% de los encuestados preferiría que Illa fuera presidente de la Generalitat ―con un incremento de punto y medio―, muy por encima de Aragonès (10,6% frente al 9% en enero) y Borràs, candidata por la que se decanta el 10,4% de entrevistados (11,1% en el barómetro de hace dos semanas).
La alta volatilidad en el voto ―el 26,3% declara que no sabe a quién votar, aunque es un porcentaje que baja casi 13 puntos respecto a enero― no es la única fuente de incertidumbre. A esto se suman las circunstancias de una votación atípica: la alta crispación política, los vetos cruzados entre los partidos junto a los estragos de la tercera ola de la pandemia. El 2,3% afirma que ya ha votado por correo y otro 14,2% tiene intención de hacerlo. A día de hoy, el miedo al coronavirus ha provocado que miles de ciudadanos hayan pedido a las Juntas Electorales ser eximidos de formar parte de las mesas electorales el próximo 14 de febrero. De momento, se han tramitado 9.102 peticiones que suponen un 11% de las personas llamadas al proceso electoral.
El CIS justifica su sondeo más reciente en Cataluña, posterior al trabajo demoscópico habitual previa a la campaña -4.106 entrevistas entre el 2 y el 15 de enero, frente a las 1.838 en el último sondeo entre el 1 y 3 de febrero-, en que las encuestas flash son “más rápidas y cercanas a un determinado acontecimiento político, permiten conocer y valorar mejor la realidad en contextos en los que cada vez es mayor el número de indecisos, persistiendo una alta volatilidad en el voto hasta el último momento”. Frente a las críticas por la realización de una encuesta que no es nada corriente, el CIS alega que ha publicado “en varias ocasiones” -sin concretar ni dar más detalles- encuestas durante el periodo de la campaña electoral, “respetando el criterio legal de prohibición de difusión de encuestas durante los cinco días anteriores al de la votación, tal y como recoge el artículo 69 de la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General”. En las elecciones vascas y gallegas de julio del año pasado no se realizó ni publicó ninguna encuesta flash durante la campaña. En el CIS esgrimen que eran una práctica habitual entre la segunda mitad de la década de los años noventa y los primeros años de 2000. Como ejemplo de una encuesta suya publicada en plena campaña ponen la macroencuesta del 3 de marzo de 2000, nueve días antes de las elecciones generales en las que José María Aznar logró la mayoría absoluta. En la campaña de las elecciones generales del 14 de marzo de 2004 también se publicó otra macroencuesta.
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