La Copa del América llega a las regatas decisivas sin despertar pasiones en Barcelona

La Copa del América encara el tramo decisivo de competición sin acabar de despertar el interés esperado en Barcelona. Tras un mes del inicio de las pruebas (la preliminar arrancó el 22 de agosto), la ciudad convive con aparente normalidad con el mayor torneo de vela del mundo: el Race Village no presenta aglomeraciones (sí reúne a algunos centenares de simpatizantes de los equipos durante las regatas delante de las pantallas) y las audiencias televisivas son menores en Cataluña.

A la espera de cuál será la respuesta ciudadana a partir del jueves 26, cuando empiece la final de la Louis Vuitton Cup entre Ineos Britannia (Reino Unido) y Luna Rossa (Italia) de la que saldrá el Desafiador del Team New Zealand (Nueva Zelanda) en el match final de octubre, la organización evita cualquier balance en plena competición. “Las cifras, al final”, responden fuentes de America’s Cup Event (ACE), la empresa organizadora vinculada al conjunto neozelandés, organizador de esta edición por ser el defensor del título de 2021.

En sus estimaciones iniciales, la empresa aseguraba que el evento atraería hasta 2,5 millones de visitantes; y trasladó al Gobierno de España, según recoge el Boletín Oficial del Estado (BOE) del 10 de septiembre de 2022, que la Copa del América crearía “entre 21.000 y 30.000 puestos de trabajo” y tendría un impacto económico de 1.000 millones “como mínimo”, pudiendo alcanzar los 1.700 millones. Un estudio de la Universitat Pompeu Fabra planteó cifras similares. El Ejecutivo de Pedro Sánchez declaró la competición acontecimiento de excepcional interés público, atribución que ofrece beneficios fiscales a todas las empresas implicadas hasta finales de 2025, como deducir de la cuota íntegra del impuesto el 15% de los gastos, entre otros.

Cuestionada por EL PAÍS por las cifras, la organización defiende que basó sus previsiones en los “visitantes asociados” a la Copa del América de Valencia de 2007 “utilizando los documentos del informe de datos económicos”, aunque no concreta cuáles. Un informe del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas concluyó que la competición valenciana acogió a 2,48 millones de visitantes (una cifra casi calcada a la planteada en Barcelona), aunque se trataba de una edición en la que participaron 12 equipos, entre ellos el Desafío Español, que compitieron regularmente entre 2004 y 2007. Actualmente solo participan seis equipos, sin anfitrión, y se celebraron las preliminares de Vilanova i la Geltrú, el año pasado, y la de Barcelona a las puertas del inicio de la Louis Vuitton Cup.

El sector de la hostelería ya advirtió la semana pasada, en la rueda de prensa de balance de verano, de que las expectativas de ocupación derivada de la competición de vela debían moderarse. El presidente del Gremio de Hoteles, Jordi Clos, expresó que el número de reservas hoteleras no era mayor que otros años en la misma temporada porque, entendió, “es una competición que se ve más por televisión”.

Uno de los motivos que llevó al Team New Zealand a apostar por Barcelona fue para acentuar la difusión de un evento que únicamente había pisado Europa en Valencia. “Queremos que la gente conozca y viva la Copa del América de cerca”, aseguraba Grant Dalton, el director ejecutivo de la competición. Y para garantizar la accesibilidad, renunciaron a firmar suculentos contratos televisivos privados para ofrecer las regatas en abierto en YouTube. El vídeo de la regata definitiva de semifinales entre American Magic (Estados Unidos) y Luna Rossa alcanzó las 300.000 reproducciones por las aproximadamente 100.000 de media del resto de duelos. En la televisión catalana, en cambio, las audiencias apenas alcanzan de momento el 1% de share, aproximadamente, con picos de unos 10.000 espectadores.

El coste de la competición

A la espera de ver si la audiencia remonta, crecen las críticas entre los sectores que se oponen al evento, especialmente acerca de cuánto ha costado traerlo a Barcelona. Las administraciones aceptaron celebrar la competición con la condición de poner un tope al gasto público, con el recuerdo aún cercano de las ediciones de Valencia en 2007 y 2010, que implicó inversiones importantes en infraestructuras de las que todavía se está pagando la deuda. En Barcelona se decidió no hacer nuevas inversiones, sino acelerar las que ya estaban previstas.

En la ciudad, entre lo ya gastado en 2022 y 2023, y lo presupuestado para 2024, las administraciones públicas han aportado 71,27 millones de euros para la Copa del América y todo lo que rodea a la competición. Esta cifra es la suma de las partidas que aparecen en las memorias económicas de 2022 y 2023 y en el presupuesto de 2024 de la Fundación Barcelona Capital Náutica AC24, la entidad que vehicula las subvenciones para destinarlo a la Copa del América propiamente, y para cumplir con los objetivos del patronato: entre otras cosas, hacer actividades paralelas como exposiciones, la celebración de un congreso de la Unesco sobre los océanos el pasado mes de abril, campañas de sensibilización, proyectos educativos e inversiones que se conviertan en el legado de la Copa del América. Así, las partidas no van solo dedicadas a la competición, sino a todo lo que la rodea. En estos años, el Ayuntamiento ha aportado a la fundación 17,81 millones de euros; la Generalitat, 22,85 millones; la Diputación de Barcelona, 4,21 millones; la Autoridad Portuaria de Barcelona, 500.000 euros; el Consorcio de Turismo de Barcelona, 2,78 millones y la Administración General del Estado, 23,03 millones.

En esta cifra total de 71,27 millones se incluyen muchos conceptos, y algunos de ellos sí que se pueden vincular directamente a la competición. Son los cánones (en inglés, fee): fueron 6,05 millones en 2022 y 24,2 millones en 2023. Para 2024, el canon asciende a 12,1 millones (3,92 millones la Generalitat, 3,92 millones el Ayuntamiento y 4,23 millones el Estado). El canon para la organización de la prerregata en Vilanova en 2023 fue de 3,63 millones. Y lo presupuestado para la ceremonia de inauguración en 2024 es 1,5 millones (a repartir a partes iguales entre la Generalitat, el Ayuntamiento y el Estado). Y en 2022, la Generalitat asumió el pago de 10 millones de euros, más 2,1 millones de IVA en concepto de honorarios pagados al Team New Zealand, el ganador de la anterior edición.

La organización no detalla cuál es el coste total que se puede atribuir solo a la Copa del América, pero según varias fuentes, este ha sido de 80 millones entre administraciones y privados. La Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona marcaron el tope de destinar específicamente a la Copa del América solo 45 millones, y el resto tenía que venir de patrocinios —para atraer la competición, hasta 42 empresarios de la ciudad pusieron avales personales por valor de 25 millones, aunque no se han tenido que ejecutar porque ya se han cubierto con los patrocinadores—. Preguntado sobre ello, el Ayuntamiento explica que en 2022 se comprometió a no destinar más de 10 millones de euros a la organización, y detalla que no los ha sobrepasado: 6,05 millones en 2022 y 3,92 millones en 2024. Explican que las demás partidas que han aportado a la fundación han servido a otros objetivos, como el funcionamiento ordinario de la fundación, la Regata Cultural o la conferencia sobre los océanos de la Unesco.

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