Copa del América: Aprender a hablar para navegar mejor
Los equipos analizan tras las regatas los diálogos de los navegantes para mejorar su eficiencia y usar las palabras mínimas y adecuadas en un contexto de mucho ruido ambiental donde cada segundo cuenta
En plena regata contra el Orient Express, el pasado jueves, Jimmy Spithill, uno de los pilotos del Luna Rossa (Italia) pidió por radio al resto del equipo: “Board down” (Foil abajo). Nadie entendía por qué uno de los grandes nombres de la Copa del América requería a sus trimmer (los controladores de vuelo) bajar una de las aletas cuando avanzaban a campo abierto y con el equipo francés muy por detrás. Spithill insistió: “¡More down!” (Más abajo). Misterio resuelto. Spithill pedía ralentizar el vuelo, no bajar el foil como entendieron inicialmente sus compañeros, que de haberle hecho caso se habrían metido en problemas.
A pesar de que el barco tardó unos segundos en ejecutar lo que pedía Spithill, el retraso no tuvo efectos en el resultado de la regata. Ganaron sobrados a los franceses. Pero de tener enfrente a otro rival o de haberse producido en una situación más reñida, saben desde el equipo, quizás sí. “La comunicación de a bordo es clave para que todo vaya bien. Es esencial ser precisos”, sintetiza Nicholas Brezzi, uno de los cyclors del equipo italiano. Desde entonces, nadie está autorizado a utilizar más la expresión More down a bordo del Luna Rossa. “Seguiremos usando Board down, pero no More down porque se parecen demasiado e induce al error, como ocurrió”, remarca Brezzi. Asunto solventado.
Con el objetivo de optimizar el rendimiento, los equipos analizan cada día los audios grabados durante la carrera para encontrar formas de mejorar la forma de expresarse. “Una buena comunicación fiable es absolutamente esencial para ganar la Copa América”, remarca Rik Roukens, responsable de tecnología del Alinghi Red Bull Racing. La receta habitual es hablar poco y bien para navegar mejor. “Cuantas menos palabras usemos y más simples sean, mejor”, defiende Bleddyn Mon, trimmer del Ineos Britannia (Reino Unido).
Existen mensajes prioritarios. Los pilotos y los timoneles emiten información constantemente, especialmente cuando deben maniobrar. “Nuestros timoneles hacen un trabajo increíble al no saturar las comunicaciones. Utilizan palabras precisas y concisas”, celebra Ethan Seder, cyclor del American Magic. “Nosotros como cyclors, estamos de espaldas al mar y no podemos ver, por lo que necesitamos estar muy sintonizados con lo que dicen y lo que significa”, insiste.
Los ciclistas intervienen menos. No solo porque deciden menos, sino porque a 180 pulsaciones por minuto, las palabras no salen. “Ellos tienen un canal propio. Solo hablan sobre los requerimientos de potencia de las maniobras que vienen. Es su enfoque. Si todo va bien, nosotros no les escuchamos”, remarca Mon.
Códigos secretos
Uno de los momentos más tensos es la presalida, la fase más importante de la regata. Los equipos buscan ganar la posición al rival en un espacio cerrado a la espera de que una cuenta atrás habilite el inicio de la carrera “Están pasando muchas cosas y tienes que avisar a los compañeros de todo lo que haremos”, explica Seder. Y para evitar malos entendidos, los equipos usan directamente códigos. “Cuando decimos Chicago es que haremos una cosa, y si decimos Dino, otra”, concede Brezzi. ¿Son códigos secretos? “Sí. Por ejemplo, si decimos números en inglés hablamos de un tema; y los decimos en italiano, de otro”, añade el cyclor del Luna Rossa sin ofrecer más detalles. “Todo está entrenado”, sonríe.
Desde que la movilidad a bordo se redujo por el formato del barco y para optimizar la aerodinámica, la radiocomunicación resulta esencial. En esta edición, como ocurrió en 2021 (también se utilizaba el modelo AC75 actual), la ubicación de los dos pilotos no ayuda a comunicarse. Situados a ambos lados del barco y separados por una enorme vela, únicamente tienen una visión de 180 grados y no se ven entre ellos. “El viento, los ruidos y las vibraciones interfieren en el flujo de comunicación; y todas las maniobras se ejecutan en cuestión de segundos. Lo esencial es toda la tripulación reciba información clara y precisa simultáneamente”, remarcan desde el Alinghi Red Bull Racing, que este domingo se juega su continuidad en la competición en la última jornada de las Round Robin, la fase de clasificación que da acceso a las semifinales de la Louis Vuitton Cup previa al Match definitivo en el que el Team New Zealand espera rival.
Con el Luna Rossa a la espera de consolidar su liderato (le permitiría elegir rival en semifinales), el foco estará encima del conjunto suizo y del Orient Express, los dos únicos equipos que pueden quedar eliminados. Los franceses lo tienen peor: tras vencer la primera regata de esta fase clasificatoria, ha perdido las últimas seis de forma consecutiva y necesita vencer al Ineos para seguir con opciones siempre que el Alinghi Red Bull pierda su carrera contra los italianos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.