Copa del América: Luna Rossa (Italia) es un ciclón y pasa a la final de la Louis Vuitton Cup
El conjunto italiano, que reparó una avería durante toda la noche para poder competir, se enfrentará a Ineos Britannia (Reino Unido) en el duelo que da acceso al Desafío contra el Team New Zealand
Las buenas noticias llegan por whatsapp en la Copa del América. “El barco está listo para ti”, escribió Max Sirena, patrón de Luna Rossa, a Francesco Bruni, uno de los timoneles del equipo, el jueves por la mañana pocas horas antes de la última jornada de las semifinales de la Louis Vuitton Cup. El piloto sonrió y se levantó convencido de que la remontada del American Magic (Estados Unidos), que convirtió un cuatro a cero en un crítico cuatro a tres, acabaría allí. Y así fue. El conjunto italiano fue por la tarde un ciclón ante los estadounidenses y se clasificó para la final de la competición que da acceso al Match final donde el Team New Zealand espera rival. Cinco a tres. Ahora deberá enfrentarse al Ineos Britannia (Reino Unido) a partir del jueves 26 al mejor de 13 regatas. Quien consiga siete victorias será el Desafiante de los neozelandeses, los defensores del título.
Al Luna Rossa le entraron el miércoles sudores fríos. Cuando dominaba la séptima regata de las semifinales (la última del día), una avería en el carro de la vela mayor hizo perder el vuelo al barco. La tripulación no pudo reparar el problema sobre el agua y, a 24 horas de la última jornada de las dos rondas definitivas, abandonaron. “Me sentí un poco inseguro a lo largo de la tarde”, admite Bruni a EL PAÍS.
Los equipos tienen que reparar sus problemas estructurales en el periodo de tiempo que permite el calendario de regatas. Hace unas semanas el Team New Zealand dedicó casi 48 horas seguidas en reparar el casco de proa de su barco tras desplomarse de la grúa que lo transportaba. Los daños fueron notables, pero los neozelandeses tenían margen porque están clasificados para la final y no tenían que competir. En el caso de los italianos, el problema era el tiempo. Con el American Magic a dos victorias de la remontada, o arreglaban el carro o se iban a casa.
El timonel se fue a dormir el miércoles con el equipo técnico aún trabajando. “Los chicos me dieron buenas noticias antes de irme a la cama, pero la avería aún no estaba solucionada”, explica. Los operarios trabajaron toda la noche y por la madrugada superó el control de pesaje que la organización realiza para garantizar que los botes cumplen el reglamento. Al despertar, vio el mensaje de Sirena. “Fue un gran alivio”, explica.
Sobre el agua de Barcelona, el equipo fue un ciclón. El regreso del viento se llevó la mala suerte, las dudas, las averías y la agonía que habían atenazado al Luna Rossa en las jornadas previas. Bastó con captar los gritos de alegría y los golpes sobre el casco del AC75 que soltaron los navegantes cuando cruzaron la línea de meta para comprender lo que ocurría en el interior del conjunto transalpino. Orgullo, dudas, temor. Liberación “Psicológicamente ha sido muy, muy difícil”, admitió el propio Bruni solo acabar la carrera, con el cinco a tres definitivo.
Los italianos lideraron en todo momento la regata y ocuparon de inicio las zonas con más presión eólica en una jornada, por fin, con viento. Una vez delante del American Magic, Bruni y Jimmy Spithill, su compañero en el timón, se dedicaron a regular su ventaja con un penúltimo tramo espectacular en el que dejaron atrás definitivamente a su rival.
Tras los sobresaltos de los últimos días, donde su AC75 perdió el vuelo (la peor situación para un barco volador, que sin viento no puede volver a levantarse) y sufrió la avería, el triunfo sitúa al Luna Rossa a su sitio natural. Finalista de la Copa del América de 2021 (perdió por 7 a 3 contra el Team New Zealand), llegó a la competición como uno de los grandes favoritos.
El proyecto italiano, sostenido por Patrizio Bertelli, el multimillonario propietario de Prada, suma años de experiencia en una competición donde la tecnología y el diseño del barco tienen un peso fundamental en las opciones reales de victoria. “El día que lleve la Copa del América a Italia, entonces descansaré; pero hasta que no llegue ese día no voy a parar”, confesó hace meses el patrón del equipo, Max Sirena, a EL PAÍS. Los dos equipos inscritos en la edición de Barcelona que no participaron en la competición de 2021 de Nueva Zelanda, el Orient Express (Francia) y el Alinghi Red Bull Racing (Suiza), fueron los primeros en caer en Barcelona, lo que valida la idea de que el aprendizaje previo en la mayor competición de vela del mundo es esencial para encontrar el secreto del éxito. “Ahora necesitamos descansar un poco”, sonríe Bruni, siempre con un mensaje optimista, aunque no llegue por whatsapp.
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