El Govern de Illa se encomienda a los expertos que elaboran el informe PISA para mejorar la educación en Cataluña
Más de un millón de alumnos de infantil a la ESO empiezan un nuevo curso marcado por la prohibición de los móviles y con medidas para remontar los resultados
El pasado diciembre, el último informe PISA hacía saltar todas las alarmas por la caída en los resultados de los alumnos catalanes. El informe lo elabora la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el nuevo Gobierno de Salvador Illa ha optado por recurrir a los expertos de esta institución para que propongan medidas que les ayuden a remontar el sistema, hecho que se plasmará este martes cuando el Consell Executiu apruebe un acuerdo para pedir la colaboración a dicha organización europea. “Queremos partir de las buenas prácticas de aquí, pero también mirar las mejores experiencias de otros países”, ha explicado el presidente catalán Salvador Illa este lunes, que en el primer día de clases ha visitado la escuela Salvador Dalí de Figueres (Girona), junto a la consejera de Educación, Esther Niubó.
En una breve intervención en Figueres, Illa ha querido enviar un mensaje de apoyo y conciliación a los docentes -colectivo muy activo en las protestas contra algunas políticas del anterior Govern de ERC-. También ha destacado que su prioridad es la mejora de la calidad educativa, aunque ha admitido que las medidas que se implantan este curso han sido ideadas y preparadas por sus antecesores, informa Marta Rodríguez.
De hecho, se trata de iniciativas que fueron planteadas por otro comité de expertos, en este caso, catalanes, que se creó por acuerdo entre las diferentes formaciones políticas. A raíz de sus propuestas, Educación puso en marcha diferentes medidas como la puesta en marcha de una red de 336 centros para mejorar la comprensión lectora y la ampliación de los planes para mejorar la lectura o para fomentar el uso del catalán. En el ámbito de las matemáticas, se estrena el plan Florence en 87 centros, que consiste en el envío de unas maletas educativas con materiales didácticos y en la posibilidad de aumentar las horas de matemáticas que imparten semanalmente en 4º y 5º de primaria, y en los dos primeros cursos de la ESO.
La mejora de la Educación es el principal pilar que guiará un curso que ha arrancado este lunes para un total de 1.048.000 alumnos desde infantil a la ESO -el jueves lo harán los de bachillerato y FP-. Se trata de un curso con una ligera reducción de estudiantes (un 0,3%) en el régimen general, que suma 1,33 millones de estudiantes, y que se eleva a 1,6 millones si se añaden los estudios artísticos, idiomas, adultos y a distancia.
Lo que sí aumenta, en cambio, es la plantilla de profesores: 942 más, hasta las 82.277 dotaciones. Pero a nivel laboral la novedad principal están en el aumento de funcionariado, ya que un total de 18.925 docentes se estrenan como funcionarios tras las dos oposiciones celebradas en los dos últimos años. Este curso también se pone en marcha la nueva bolsa de sustitutos estables, que garantiza contrato durante todo el curso, a cambio de aceptar la destinación que se le ofrece. La bolsa cuenta con 2.140 plazas y Educación asegura que han recibido unas 15.000 solicitudes.
Otra de las novedades que marca el curso es la nueva normativa que restringe el uso de los teléfonos móviles en los centros educativos, de forma que su presencia queda completamente prohibida en los colegios de primaria, mientras que en la ESO se permite solo para tareas pedagógicas, pero no en ámbitos de relación como el patio.
La nueva consejera ha querido incluir en el nuevo curso alguna iniciativa propia, y anunció el pasado viernes un plan para reducir la burocracia en los centros educativos y las gestiones administrativas, que se concretarán en simplificar el número de aplicativos que usan los docentes y concentrarlo en un solo portal, además de reducir el volumen de datos que deben facilitar al Departamento. También se les ofrecerá apoyo en tareas como la contratación de personal o la gestión económica.
Este curso también se amplían las aulas de acogida (para los alumnos extranjeros recién llegados que no hablan catalán), que pasan de 646 a 1.282, con el compromiso que 888 de ellas permanezcan abiertas durante tres años. Y las aulas de acogida aceleradas (para los alumnos de los últimos cursos de la ESO), que hasta ahora solo tenía Barcelona, se extiende a municipios como Santa Coloma, Badalona o Tarragona.
Este septiembre se estrenan tres centros: el Pedraforca en Saldes (reabre después de una década cerrada), el Joan Domènech i Moner en Lloret y el instituto escuela Mas Lluís en Sant Just (en barracones). Y hasta 13 centros ya existentes estrenarán nuevo edificio, como el Auditori y Arts (ambos en Barcelona), La Serra en Sabadell, El Viver en Montcada i Reixac, entre otros. Asimismo, la red de instituto escuelas crece hasta los 118 con siete nuevas incorporaciones a raíz de fusión de centros o de colegios de primaria que crecen en a etapa de secundaria.
Niubó ha destacado que el inicio del curso ha transcurrido con “normalidad”, aunque se han producido “incidencias puntuales”. En una comparecencia por la tarde para valorar el primer día de escuela, la consejera no ha querido comentar el estreno de la prohibición de los móviles en los institutos y ha dicho que será necesario esperar al jueves 12, día en que se reincorporan los alumnos de bachillerato y FP para comprobar la acogida que ha tenido la medida.
Ustec no quiere la OCDE
El sindicato mayoritario del sector, Ustec, ya se ha posicionado en contra de la intención del Govern de pedir la colaboración a la OCDE porque consideran que esta organización “solo busca rédito económico”. “Ninguna institución debe marcar los ejes de la educación”, ha aseverado su portavoz, Iolanda Segura, quien ha considerado que las medidas deben surgir de “los agentes educativos y los profesores que pisan las aulas cada día”.
Con todo, Ustec ha querido dar un voto de confianza al nuevo Govern, y ha destacado el carácter conciliador de Niubó. “Venimos de un periodo convulso, sin predisposición al diálogo por parte del otro interlocutor”, ha apuntado Segura, en referencia al exconsejero Josep Gonzàlez-Cambray. “Nuestra voluntad es acabar con la crisis que ha afectado en los últimos años las relaciones con el Departamento. La educación necesita tranquilidad y esperamos que el curso sea tranquilo”, ha rematado.
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