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El juez de la trama rusa del ‘procés’ pide investigar a rabinos, diplomáticos de EE UU y “contactos con la mafia”

La Policía sitúa a Carles Puigdemont en la “cúspide” de los contactos para que Rusia reconociera la independencia de Cataluña

Joaquin Aguirre
El juez Joaquin Aguirre, en una imagen de archivo.Toni Albir (EFE)
Jesús García Bueno

El juez de Barcelona Joaquín Aguirre está echando el resto en la investigación que mantiene abierta sobre la llamada “trama rusa” del procés, las presuntas maniobras del independentismo para lograr el apoyo de Rusia a la independencia de Cataluña. En un auto firmado hace un mes, que declaró secreto, el magistrado encargó a la Comisaría General de Información de la Policía un total de 17 diligencias que desbordan el marco del proceso y lo llevan a un terreno desconocido: Aguirre ha pedido entre otras cosas que se investigue la actividad de diplomáticos de Estados Unidos, de “rabinos judíos”, así como presuntas filtraciones de información del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) a un medio de comunicación sobre la trama rusa y supuestos “contactos” de los implicados con “la mafia rusa” y con formaciones de ultraderecha en Europa.

A pocos meses de su previsible jubilación, Aguirre está dispuesto a llevar su causa sobre la trama rusa hasta el final. Nada parece frenarle. Ni siquiera las órdenes de sus superiores jerárquicos. El pasado junio, la Audiencia de Barcelona le ordenó que dejase de investigar la supuesta injerencia de Rusia en el procés, puesto que no había logrado avances y seguía ampliándola y prorrogándola sin base legal para hacerlo. Buscó entonces un resquicio para seguir a lo suyo: abrió una nueva pieza separada y citó como investigadas a un total de 13 personas, incluido el expresident Carles Puigdemont, por traición, un delito que en algunos supuestos queda excluido de la amnistía. Unos días más tarde, de hecho, Aguirre rechazó aplicar la amnistía al caso y remitió la parte de Puigdemont y del también aforado Francesc de Dalmases (ambos son diputados de Junts per Catalunya en el Parlamento catalán) al Tribunal Supremo.

Aguirre no perdió el tiempo. El 25 de junio, cuatro días después de abrir la pieza separada (que ha sido recurrida por las defensas al considerar que contraviene la orden de la Audiencia de Barcelona), el magistrado ordenó una serie de diligencias al nuevo equipo de policía judicial con el que trabaja: la Comisaría General de Información de la Policía. Las peticiones de Aguirre son extensas, van más allá de los 13 investigados a los que él mismo se había referido y contienen generalizaciones.

El juez pide “construir un mapa” que vincule los viajes de algunos de los implicados (como el jefe de oficina de Puigdemont, Josep Lluís Alay) a Rusia con los mensajes intervenidos. Solicita que se busque a las personas que supuestamente pagaron los vuelos y también que se averigüe “la identidad de las personas contactadas en Rusia”, así como la de “rusos que vinieron a España y con quién contactaron”. Ordena además que se vuelva a seguir el rastro de los teléfonos de los investigados para conocer sus contactos con personas “de Moscú y San Petersburgo”.

Contactos con la ultraderecha alemana

Las pesquisas del juez, sin embargo, van más allá del terreno conocido hasta ahora. Aguirre pide investigar los presuntos “contactos con la mafia rusa” de Alay, de Gonzalo Boye (abogado de Puigdemont) y de los empresarios Oriol Soler y Alexandr Dmitrenko. Pese a que investiga supuestamente la injerencia rusa en el procés, las nuevas diligencias no conocen fronteras. El juez pide que se averigüen los contactos del independentismo con movimientos de extrema derecha europeos y se refiere, en particular, a la supuesta visita de “dirigentes del AfD” (el partido ultra Alternativa para Alemania) a Puigdemont mientras estuvo encarcelado en ese país en 2018.

La orden a la policía incluye “averiguar la existencia de relaciones y vínculos con políticos o personas relacionadas con la extrema derecha europea”, británica, rusa o de Estados Unidos. También pide que se investigue a una persona que aparece en uno de los mensajes intervenidos (”un tal Ramírez”, según el juez) y que sería personal del Consulado de Estados Unidos en Barcelona. La internacionalización de la causa señala también al mundo judío: Aguirre pide “averiguar posibles contactos con rabinos judíos” que, en su opinión, “podrían estar relacionados con la financiación y las criptomonedas”.

Según han publicado este martes El Periódico de Catalunya y ABC, la Policía ya ha entregado a Aguirre una parte de sus avances. En particular, una cronología de los hechos que vincula las conversaciones y las reuniones que mantuvieron Puigdemont y personas de su círculo con hombres que, supuestamente, estaban bien conectados con el Kremlin. Según ese informe, un buen resumen de las tesis que ya había trazado el propio juez, la trama contaba con una estructura “piramidal y organizada” en cuya “cúspide” se encontraba Puigdemont.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.
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