Los restauradores de Barcelona denuncian a 100 panaderías con degustación por incumplir la normativa municipal y laboral

El Gremio de Restauración de Barcelona ha presentado este miércoles tres denuncias contra 100 panaderías con degustación por incumplimiento de la ordenanza municipal, irregularidades en materia de IVA e inaplicación del convenio colectivo de los trabajadores de la restauración. Entre los establecimientos denunciados figuran 13 locales de la cadena Vivari, 12 de 365, ocho Granier y seis Santa Gloria. La entidad asegura que hay un “incumplimiento sistemático y generalizado de las normas” por parte de estos comercios, y acusa de “inacción” de las autoridades municipales por no sancionar estas infracciones. “La dejadez ante este fenómeno está provocando graves consecuencias. Queremos que estos devoradores de bares y panaderías tradicionales vuelvan a la legalidad. Es un negocio que se basa en el incumplimiento normativo y en la ilegalidad”, ha afirmado el director del Gremio, Roger Pallarols. Las denuncias se han presentado ante el Ayuntamiento de Barcelona, la Agencia Tributaria, la Inspección de Trabajo y el Departamento de Empresa y Trabajo de la Generalitat.

La primera denuncia detalla un incumplimiento en el límite de aforo en las panaderías con degustación, que llegan a tener 50 o 60 plazas en algunos casos, mientras que la normativa sólo les habilita un máximo de 14. El Gremio también asegura que en la mayoría de este tipo de comercios se venden bebidas alcohólicas, expresamente prohibidas por la ordenanza municipal, además de productos de otras especialidades o fórmulas comerciales que están sólo permitidos en bares y restaurantes.

La denuncia ante la Agencia Tributaria responde a la aplicación dispar del tipo de IVA que aplican las panaderías con degustación a la venta de sus productos. Según consta en la acusación, aplican el IVA reducido que tiene establecido por ley el pan (como alimento básico) a otro tipo de productos alimenticios (como pastas o bocadillos), lo que representa una “gravísima irregularidad y fraude” al Estado. La tercera denuncia se refiere a una reclamación de los sindicatos que agrupan a los trabajadores del sector, vinculado al convenio colectivo.

Los representantes del sector de bares y restaurantes afirman que los empleados de las panaderías se convierten en “camareros encubiertos” porque realizan este tipo de tareas que no están contempladas en su convenio, con una diferencia salarial que llega a los 400 euros mensuales entre lo que cobran unos y otros. Según los datos suministrados por el Gremio de Restauración, un camarero cobra 1.802 euros al mes, mientras que un vendedor de panaderías con degustación 1.395, lo que entiende la entidad que es un perjuicio para el trabajador y una competencia “inasumible” para los bares y restaurantes.

Pallarols ha hecho énfasis en la falta de control municipal y el trato desigual que reciben los bares y restaurantes respecto a las panaderías con degustación. “Venimos denunciando mucho tiempo que incumplen la normativa sin que la autoridad municipales los sancione y sin recibir el celo inspector que recibimos los bares y restaurantes”, ha explicado. En 2019, el gremio había hecho una primera denuncia contra 70 establecimientos por incumplimientos en la normativa municipal y las inspecciones municipales determinaron que el 90% estaban cometiendo infracciones. En marzo de este año, tras una petición de Junts, el Ayuntamiento se había comprometido a inspeccionar las panaderías con degustación y a hacer público en junio los resultados de esa inspección, algo que hasta el momento no se ha producido. Por este motivo, el Gremio ha impulsado esta triple denuncia con el propósito de terminar con el “desinterés de la administración por hacer cumplir la normativa”.

Rechazo a la venta de café en quiscos de prensa

El Gremio de la Restauración también ha lamentado la reciente autorización municipal para que los quioscos de prensa puedan vender café para llevar o comida envasada, concesión que en estos momentos está en información pública. Los representantes de bares y restaurantes se oponen a que estos espacios puedan realizar este tipo de actividad, entre otros motivos, por cuestiones de higiene, ya que, por ejemplo, “sus titulares no disponen de agua corriente para lavarse las manos”. De igual manera, afirman que la actividad se realiza de hecho y que en diciembre de 2023 el Gremio denunció 10 quioscos que estaban vendiendo este tipo de productos sin autorización.

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