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La próxima temporada del Museo Picasso de Barcelona explorará la relación del artista con su primera musa y con el surrealismo

El director, Emmanuel Guignon, resalta la voluntad del centro de acercarse a la ciudadanía y ser “más amable”

'La espera (Margot)' (1901) de Pablo Picasso.
'La espera (Margot)' (1901) de Pablo Picasso.Pictoright Amsterdam 2011 Pablo Picasso

El Museo Picasso de Barcelona explorará en su próxima temporada al artista desde sus relaciones personales y su entorno más próximo, con Cataluña o París como marco narrativo, así como sus lazos con el surrealismo. Entre las exposiciones que se presentarán figura Fernande Olivier, Pablo Picasso y sus amigos, que centrará la atención en Olivier, modelo y artista francesa, y primera pareja del pintor malagueño.

La conexión con Cataluña, con la capital francesa como escenario, la afianza la exhibición De Montmartre a Montparnasse (1889-1914). Artistas catalanes en París, del 22 de noviembre al 30 de marzo de 2025. El período histórico que arranca la Exposición Universal de París de 1889 y se interrumpe con el inicio de la Primera Guerra Mundial marca la proliferación de retratos, autorretratos y obras de paisajes urbanos de autores catalanes como Santiago Rusiñol, Ramon Casas, Enric Granados o Maria Gay.

'Plen Air' (1890), de Ramón Casas.
'Plen Air' (1890), de Ramón Casas.

Una idea que florece a partir del centenario del Manifiesto del surrealismo de André Breton, escrito que define al surrealismo como liberador de la creatividad que surge del inconsciente, es la exposición La primavera surrealista, que a pesar de su nombre se estrenará en otoño. Esta viaja a 1936, por un lado, con la recreación documental de la Exposición Picasso que se presentó ese año en la Sala Esteva del museo. Por el otro, las obras de la artista Aube Breton-Elléouët, hija de André Breton y amiga de Maya Picasso (hija de Picasso), se sumergen de lleno en el movimiento surrealista a través de los collages.

En cuanto a la relación de Picasso con Fernande Olivier, los autorretratos, fotografías inéditas y retratos de los creadores con los que Olivier formó amistad permiten contemplarla a través de diversos estilos artísticos –Ubaldo Oppi, Joaquim Sunyer o Kees van Dongen son algunos de los autores que plasmaron a la modelo, además del propio Picasso–. La documentación y los textos –entre ellos, memorias escritas por ella donde habla sobre y para Picasso– delinean su vida y conformarán el eje central de la muestra. Algunos de los prestadores que han participado en el proyecto son los Archivos La Belle Fernande (ALBF), el Museo Nacional Picasso de París, la Düsseldorf Kunstsammlung o el Museo Reina Sofía. La exposición se inaugurará el 7 de junio y se podrá visitar hasta el 6 de octubre.

También es posible ahora, hasta mediados de septiembre, compaginar pasado con presente, pintura con fotografía, con la exposición Paisajes catalanes de Picasso, donde una Cataluña trazada a través de los ojos del pintor se alinea con las cálidas instantáneas de los mismos lugares, obra del fotógrafo francés Bernard Plossu, admirador de Picasso.

Especialistas en las salas

Entre los planes del museo, figura reforzar su alianza con la ciudad, tal como explicó su director, Emmanuel Guignon, en la presentación de la programación. Junto a las nuevas exposiciones, el museo ofrece un programa de actividades sociales y educativas para acercarse más al público local, que incluye lecturas, mesas redondas y actuaciones musicales.

Más visual y menos textual será la aproximación de las obras de arte al público, apunta Guignon, que pretende “explicar más a través de los ojos que con los textos”. En otoño, el equipo involucrará por primera vez a curadores expertos que estarán en las salas para proporcionar información más detallada acerca de las obras a los visitantes interesados.

Innovar la museografía del edificio en la calle Montcada es otro de los objetivos del equipo. Los espacios se reordenarán para situar a los espectadores en primer lugar: nuevas audioguías, más zonas de descanso, la inauguración de un restaurante en la planta baja y la ampliación de la recepción para conseguir un museo más “amable y acogedor”, en palabras del director.

La cara más educativa del museo tiene su reflejo en el Doctorado Picasso, un programa de formación superior entre la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), la Université Picardie Jules Vernes d’Amiens (UPJV) y el mismo museo, que contempla el trabajo del pintor desde una perspectiva joven y moderna. Los más pequeños también tienen cabida en el mundo del arte visual —los talleres familiares obtendrán un puesto permanente en la programación—, al igual que las personas mayores, con actividades como el taller de estimulación de la memoria a través del arte.

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