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Teatro
Crónica
Texto informativo con interpretación

El musical ‘Los Chicos del Coro’ levanta al patio de butacas del Teatro Tívoli

Tras el éxito cosechado en Madrid, Juan Luis Iborra aterriza en Barcelona con la adaptación teatral de la película francesa ‘Les Choristes’

Amparo Pérez
Escena del musical 'Los Chicos del Coro' de Juan Luis Iborra en el Teatro Tívoli de Barcelona.
Escena del musical 'Los Chicos del Coro' de Juan Luis Iborra en el Teatro Tívoli de Barcelona.Massimiliano Minocri

“No te acerques a las verjas, está prohibido”, exclaman a su paso los niños. Pese a la advertencia de sus compañeros, la cabeza de Pepín asoma entre los barrotes de hierro que cierran Fondo del Estanque, el internado con aura de “fin del mundo”, donde el color gris de las paredes acorde con la pobreza, la soledad y falta de cariño de los niños franceses que acoge tras la posguerra. Como cada sábado, Pepín espera a su padre en la puerta cuando le sorprende la llegada de Clemence Mathieu, el nuevo profesor sustituto que pondrá patas arriba la disciplina del centro, con ayuda de un arma imbatible: la música. El cineasta Juan Luis Iborra dirige esta versión de Los Chicos del Coro, inspirada en la película Les choristes de Christophe Barratier, que este jueves ha acudido al estreno de la obra en el Teatro Tívoli. Tras la función, Barratier ha reconocido “sentirse culturalmente francés pero sentimentalmente español”.

Después de reunir a más de 150.000 espectadores en el Teatro La Latina de Madrid, el musical, aplaudido por la crítica, ha llegado al Tívoli de Barcelona, donde estará hasta el 21 de abril. La producción de Rafael Coto, la adaptación de Pedro Villora y la musica de Rodrigo Álvarez han convertido a Los Chicos del Coro en “el mejor proyecto de la carrera” de Iborra, su director de escena: “El recibimiento de las primeras funciones ha sido inmejorable, los chicos lloraban después de ver un teatro como el Tívoli levantarse después de su actuación”, ha asegurado. Y los pequeños no son los únicos que se han emocionado.

La obra cuenta la historia de Clément Mathieu, músico soñador y profesor en ejercicio, que llega como sustituto a un internado francés para huérfanos y jóvenes problemáticos, después de la segunda Guerra Mundial. Pronto, los “pájaros en la cabeza” del nuevo profesor, se enfrentarán al autoritario director Rachin (Rafa Castejón), quien aboga por la secuencia “acción - reacción”―a cada gamberrada le sigue un castigo― como lema del centro. En Fondo del Estanque, el conserje Maxence (Chisco González) será el primer aliado de Mathieu para formar un coro con los alumnos y demostrar el poder transformador de la educación y la música. Casi 20 años después de su estreno en la gran pantalla, la magia de Los Chicos del Coro continúa ganando adeptos: “Creemos que el éxito se debe a su sencillez, no necesitamos grandes efectos especiales, solo niños que sepan lo que hacen y buenos profesionales en el elenco adulto”, ha señalado Iborra.

Escena del musical 'Los Chicos del Coro' en el Teatro Tívoli de Barcelona.
Escena del musical 'Los Chicos del Coro' en el Teatro Tívoli de Barcelona.Massimiliano Minocri

Una fórmula que ha hecho de la versión española la preferida de Barratier, director de la película, y responsable de su primera adaptación musical en francés, que invitó a las mujeres a pasar una temporada inolvidable en Fondo del Estanque. “Ser mujer en un mundo de hombres tiene ventajas”, asegura la peculiar profesora Langloise (Eva Diago), resignada a trasladarse al internado masculino junto a cuatro de sus alumnas, después de que se desprendiera la fachada de su colegio. Langloise, apasionada por la formación de sus chicas, pondrá todo su empeño en ayudar a Mathieu con el coro y en demostrarle que chicos y chicas pueden convivir, estudiar y cantar juntos. Barratier ha explicado que las mujeres formaron parte de la banda sonora de la película, aunque no aparecieran en pantalla. Llevarlas al teatro no solo responde a la voluntad de mejorar el sonido, sino que también promueve un mensaje de igualdad, ha afirmado Iborra, “con sus canciones demuestran que pueden ser igual de fuertes y traviesas”.

El musical francés aumenta el repertorio de canciones para ahondar en la psicología de los protagonistas y en la dramaturgia de la historia, a la que Iborra no ha dudado en dar “el toque mediterráneo”. “Hemos cambiado la tristeza de la versión francesa, por la alegría de los niños que, pese a vivir la posguerra, también jugaban y se divertían”, ha añadido. Las bromas, los gritos y las carcajadas representan el espíritu de estos jóvenes que juegan, se pelean y bailan con las rodillas asomando entre las bermudas y los calcetines altos. Precisamente el “juego” es la clave del trabajo con un elenco tan joven. “Si consigues que los niños disfruten de la función, el trabajo está más que recompensado. Me han regalado un año y medio de felicidad”, ha explicado Iborra.

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Aunque los jóvenes sean “como esponjas”, los 20 actores del elenco de Los Chicos del Coro han tenido que trabajar “con mucha intensidad”, ha contado Laura Doncos, en el papel de Marietta: “Ensayábamos de cuatro a nueve todos los días y en enero también los fines de semana, pero merece la pena por los compañeros y por lo que sientes al subir al escenario”, ha reconocido. “Ha habido cosas difíciles pero no tantas”, ha confesado Cesc Buil, quien a sus ocho años se ha estrenado en la escenario en el papel de Pepín. Buil, como sus compañeros no es capaz de escoger un momento favorito de la obra, aunque todos recuerdan con cariño el final, donde Pepín vuelve, como cada sábado a los barrotes de hierro de Fondo del Estanque a esperar a su padre. En el estreno de este jueves, los niños del coro han culminado la función interpretando una selección de las canciones de la película en versión original, a la que el público ha respondido entusiasmado con una gran ovación. Como no podría ser de otra manera: acción-reacción.

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Sobre la firma

Amparo Pérez
Es redactora en la delegación de Barcelona, donde suele escribir sobre cultura y tendencias. Trabajó en la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC). Graduada en Derecho y Derecho de la Unión Europea por el CEU San Pablo de Madrid, Máster en Derecho de la UE en la Carlos III, en Periodismo en EL PAÍS y titulada en doblaje y locución.
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