‘Els Watson’: las neuras de una dramaturga
El elenco de 18 actores es lo mejor de este montaje que imagina la continuación de ‘The Watsons’, novela inacabada de Jane Austen
Dieciocho actores en escena son siempre un acontecimiento. El Teatre Nacional de Catalunya ha estrenado Els Watson, un texto de la británica Laura Wade que imagina una posible continuación a la novela inacabada de Jane Austen The Watsons. Josep Maria Mestres dirige con gran elegancia y mucho oficio un montaje largo y multicapa, donde lo más flojo acaba resultando el texto. Ya lo saben: el mundo de Jane Austen está poblado de fiestas y salones, bailes y visitas, matrimonios y tías solteronas. Literatura de tacitas, donde la mujer solo puede ser autónoma e independiente cuando se casa con un hombre. El afortunado es casi siempre lo de menos. Laura Wade imaginó, en 2018, qué habría pasado si Austen hubiera desarrollado las peripecias de Emma Watson, sus hermanas, pretendientes, vecinos y allegados.
La escenografía diseñada por Paco Azorín convierte el escenario de la Sala Gran en una síntesis del salón inglés de época georgiana: suelo de madera, cortinas blancas y amplios ventanales. Minimalismo escénico iluminado por el siempre elegante Ignasi Camprodon. La interpretación de los actores, las pelucas, las patillas, el vestuario de Gabriela Salaverri y la traducción al catalán de Joan Sallent dibujan con precisión el momento histórico. Els Watson son dos espectáculos en uno, como mínimo, y la metateatralidad del asunto es, paradójicamente, la que acaba perjudicando más el texto. La hermana que regresa a su hogar, después de haber sido criada por su tía rica, se verá confrontada, en su primer baile, con los códigos sociales de la Inglaterra de inicios del siglo XIX. Emma es la única que parece tener un poco de cordura entre hombres ridículos y mujeres en tensión permanente, asfixiados todos por las rígidas reglas del momento. Las relaciones entre el amor y la economía nunca fueron tan claras como en las novelas de Jane Austen.
Lo mejor del montaje es, dejémoslo bien claro, su elenco al completo. Laia Manzanares dibuja, pese a su tono tan contemporáneo, una Emma lúcida que cuestiona con inteligencia las reglas de la sociedad en que le ha tocado vivir. La secunda estupendamente Paula Malia en el papel de Elizabeth, la abnegada hermana que ha sacrificado su futuro para cuidar al padre. Los papeles cómicos o más breves son defendidos por intérpretes tan incuestionables como Mercè Aránega (una Lady Osborne con sorpresa), Dafnis Balduz (y su balbuceo), Jordi Coll (el guapo bobalicón) u Olga Onrubia (la cuñada universal). Lluïsa Castell se pasa la mayor parte de la función en silencio, pero la criada Nanny obtiene finalmente su momento de gloria, celebrado con gran jolgorio por el público.
A Laura Aubert le toca el papel más difícil: no porque no sea una gran actriz, que lo es, sino porque tiene que interpretar a la insegura autora, que se mete en la obra para intentar buscarle un final. A partir de aquí, será otra Laura, Wade, quien no parará de explicarnos (repetidas veces) su circunstancia y objetivos, entrando en un bucle de autorreferencialidad que acaba resultando bastante cansino. El homenaje a Pirandello es obvio, la rebelión de los personajes también, y la segunda parte naufraga en aguas un poco turbias. Al final, acabamos añorando la fiesta del principio, los pretendientes patosos y sus risitas, las criadas que todo lo saben y la hipocresía general. Menos posmodernidad y más sentimentalismo, por favor.
‘Els Watson’. Texto: Laura Wade. Dirección: Josep Maria Mestres. TNC, Barcelona. Hasta el 17 de marzo.
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