La Generalitat pagará en 2024 los mayores intereses por su deuda en una década: 1.300 millones

La Generalitat arrastra una pesada mochila cargada con casi 87.000 millones de euros de deuda, dos veces su presupuesto anual y un 32% el producto interior bruto de Cataluña. Los últimos años se ha beneficiado del bajo precio del dinero, pero, como para el resto de administraciones públicas, empresas y ciudadanos, los tiempos han cambiado. La lucha contra la inflación ha forzado el alza de los tipos de interés y, como consecuencia, el Departamento de Economía y Finanzas prevé que el próximo año tendrá que pagar en torno a 1.300 millones solo en intereses, un 66% más que un año antes y la cifra más alta de la última década. El Govern gastará más en el coste financiero de su deuda que en el sistema universitario público (a no ser que supere por mucho los 1.168 millones consignados de este año).

La mayor parte de esos pagos irán al Estado, el gran prestamista de la Generalitat. Inyectada todavía al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), el mecanismo de rescate para asegurar las necesidades de recursos de las comunidades en apuros financieros creada en 2012 tras la crisis, la Administración estatal concentra el 92% de la deuda catalana y le asegura unos tipos de interés idénticos a los que se financia el Tesoro en el mercado, y previsiblemente mucho más competitivos que los que conseguiría el Govern por su cuenta. Según los últimos datos publicados en mayo pasado por la conselleria que dirige Natàlia Mas, el precio medio del dinero era del 3,36%. Ese porcentaje, sin embargo, ha tenido que seguir escalando en paralelo a las tres subidas de los tipos que ha practicado el Banco Central Europeo desde entonces. Un año antes, la Generalitat pagaba los préstamos del FLA a la mitad que lo hacía antes del verano.

La incesante subida del precio del dinero es una de las explicaciones del mayor pago de intereses, pero no la única. Según la contabilidad del Banco de España, la Generalitat no solo no ha engrosado más su endeudamiento sino que lo ha acelerado a partir de 2021, con el mazazo de la pandemia de la covid, que a nivel de la administración supuso un golpe en las finanzas por partida doble: caída de la recaudación a causa del shock económico y un incremento del gasto económico y social para paliar los efectos de la crisis sanitaria. Desde entonces, la deuda ha dado saltos anuales de magnitudes superiores a los 2.000 millones de euros al calor del déficit presupuestario. Ambos factores explican que los 782 millones de intereses que se pagarán este año pasen a los 1.300 millones.

Desde el Departamento de Economía subrayan que el incremento del coste del servicio a la deuda no se puede desvincular de la infrafinanciación histórica, defienden, que sufre la Generalitat. Según los argumentos esgrimidos en los últimos años, la Administración autonómica es el principal pilar del estado del Bienestar en Cataluña, como garante de sanidad, educación y otras ayudas sociales, y aun así recibe del Estado muchos menos recursos de los que requiere por nivel de población. En una reciente entrevista con EL PAÍS, la consellera Natàlia Mas defendía la necesidad de una corrección de esa situación que, apuntaba, pasaba por condonar parte de la deuda que ha contraído con el Estado a través del FLA durante estos años y que en junio se situaba algo por encima de los 80.000 millones de euros. “El grueso de la deuda de la Generalitat se explica por esta infrafinanciación. Por tanto, debe haber un trato diferencial para corregir esos agravios históricos”, demandaba, en referencia al perdón de esa deuda, que han defendido también algunos académicos e investigadores.

El Govern deberá contemplar ese mayor coste de la deuda en los próximos presupuestos si es capaz de sacarlos adelante, porque deberá decidir de dónde detraer esa cantidad. Fuentes del departamento defienden que ese mayor coste no supondrá gastar menos en otras partidas, ya que se prevén unos presupuestos expansivos de nuevo en 2024, si bien no tanto como lo fueron en 2023, que contaron con más de 3.400 millones adicionales a los del ejercicio anterior.

A los 1.300 millones de euros de intereses se tendrá que añadir la amortización de casi 8.000 millones de euros que toca pagar en 2024, la mayor cifra de todas las comunidades autónomas, no en vano la Generalitat es también la administración que acumula mayor carga crediticia y la que copa una cuarta parte de toda la deuda autonómica. La segunda es la Comunidad Valenciana (con un total de 57.246 millones, según los últimos datos del Banco de España)

El incremento de los tipos no pasa factura a la Tesorería de la Generalitat solo en forma de más gasto. Tiene otro efecto también pernicioso: la reducción de la capacidad adquisitiva y, sobre todo, su impacto sobre los tributos vinculados al sector inmobiliario, especialmente sensible al precio del dinero. En la primera mitad del año ingresó 200 millones a través de los impuestos de Transmisiones Patrimoniales (ITP), que paga básicamente quien compra un piso o un coche de segunda mano, y de Actos Jurídicos Documentados (AJD), que es el que grava a las hipotecas.

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