Jaume Collboni retira su presupuesto antes de la primera votación por la falta de apoyos

La minoría con la que gobierna el alcalde de Barcelona, el socialista Jaume Collboni, se ha visualizado este miércoles durante la comisión de Economía del Ayuntamiento, donde la oposición en pleno (Junts, comunes, ERC, PP y Vox) han votado en contra de su proyecto de ordenanzas fiscales. Ante la eventualidad de que le tumbaran también los presupuestos, el ejecutivo ha optado por retirar, en el último minuto, el punto del orden del día. Ha sido un debate sin un decibelio de más, pero con durísimas palabras, en el que la oposición ha reprochado al alcalde su soledad. Y en el que no se puede olvidar el contexto de las negociaciones por un futuro gobierno de Pedro Sánchez, con socialistas, comunes, republicanos y Junts implicados y afrontando las últimas semanas de conversaciones. En juego están 700 millones en nuevas inversiones y gasto social.

Por parte del ejecutivo ha intervenido el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls: “Somos conscientes de la fuerza política que tenemos”, ha respondido a la negativa unánime en cuatro puntos, 16 noes consecutivos al votar las tasas del Ayuntamiento (en cuatro puntos separados, multiplicados por cuatro partidos). Valls ha echado en cara a Junts y comunes que su postura haya sido la de negociar solo si se hablaba conjuntamente de las cuentas y una eventual coalición de gobierno. “Asumiremos nuestras responsabilidades si no se pueden aprobar, pero ustedes también”, ha advertido después de considerar que es “difícil” negociar antes este todo o nada.

Las respuestas han sido implacables. Desde Junts, el concejal Ramon Tremosa ha recomendado a Valls un libro sobre “la fatal arrogancia en la que a veces cae el socialismo”. Jordi Martí, de los comunes, ha constatado “con 10 concejales no se puede gobernar” y “el fracaso indiscutible del Gobierno Collboni” y le ha pedido “que rectifique, porque nos va el mandato”. Y por parte de ERC, Jordi Castellana ha señalado “la soledad de un gobierno que no sacó ni el 20% de los votos”. Ni siquiera los republicanos, que en el Parlament piden apoyo para los presupuestos de la Generalitat, han hecho ningún gesto. Al contrario, el jefe de filas de ERC en el Ayuntamiento, Ernest Maragall, reprochaba por la mañana a Collboni que se reúna con el rey Felipe VI y con el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, y no con la oposición.

Con caras larguísimas entre el equipo de Collboni (una docena de personas entre gerentes, altos cargos, asesores y servicio de prensa), Valls ha comparecido fuera de la sala para valorar la votación y dejar claro que la comisión de esta tarde “no es un fracaso”, que el Gobierno “aprobará el presupuesto” y constatar que “sí es difícil gobernar con 10″ concejales de 41.

Votaciones separadas para atraer a Junts y a los comunes

A nivel técnico, las consecuencias de las dos votaciones son dos. Respecto a las ordenanzas, que el calendario obliga a comenzar a tramitar en el pleno de la semana que viene (27 de octubre), habrá que ver si en los días que quedan se produce algún movimiento. Por ahora la oposición ha rechazado por tímida o porque castiga a los empresarios, la idea de aumentar la presión fiscal al turismo (más tasa turística a cruceros y pisos turística, y subida de la tasa de terrazas). En la comisión, además, se ha producido una situación no esperada cuando Valls ha sugerido, después del debate, votar el expediente en cuatro paquetes. Pretendía atraer a Junts para aprobar la modificación de la tasa de las terrazas y a comunes para subir la tasa turística. Pero la forma en la que se ha planteado, ha molestado a la oposición, que lo ha considerado torpe: “No hagan inventos, da sensación de fracaso, de improvisación, que les deja en peor situación de la que han entrado”, ha espetado el representante de Barcelona en comú.

El desenlace de las ordenanzas fiscales es importante porque si se prorrogaran las actuales, los restauradores tendrían que pagar tres veces más que en los últimos años: pasarían de un total de dos millones de euros (por el descuento del 75% que tienen desde la pandemia), a ocho (lo que marca la ordenanza de 2019, no desplegada todavía). Justo cuando esta semana el Gremio de Restauración ha pactado el equipo de Collboni una rebaja sobre el planteamiento inicial del propio gobierno.

Y en la carpeta del presupuesto, tras el ‘no’ de este miércoles, el gobierno podría prorrogar las cuentas de 2023 (y perder 700 millones de inversiones y gasto social), o bien elaborar un nuevo proyecto e iniciar nuevas negociaciones. No se aprobaría, en cualquier caso, en diciembre, sino más adelante. Hay otra opción, que es recurrir a la cuestión de confianza, un mecanismo que la ex alcaldesa Ada Colau utilizó en dos ocasiones: se presenta y si no hay una mayoría de gobierno alternativa, se aprueban automáticamente.

Recurso para salvar la ‘Tasa Amazon’

Durante la comisión ERC ha preguntado por la reciente sentencia de la Audiencia Nacional que declara que la compañía Amazon no es un operador postal, lo que dejaría fuera al gigante del comercio electrónico de la Tasa Amazon. El gobierno municipal se ha comprometido a estudiar “todas las alternativas técnicas, jurídicas y políticas para garantizar que se aplique”, porque la tasa, ya en vigor, se basa en gravar el uso del espacio público al aparcar por parte, precisamente, de los operadores postales. El concejal de ERC Jordi Castellana, impulsor de la tasa en el Ayuntamiento, ha pedido “liderazgo” al gobierno para defender su aplicación y el ejecutivo se ha comprometido a presentar recurso a la decisión de la Audiencia Nacional ante el Tribunal Supremo, aunque la sentencia hablaba de un mes de plazo que terminaba el pasado agosto. La tasa, de la que tanto la ex alcaldesa Ada Colau como el actual presumen por ser pionera, tiene otros escollos que salvar: está recurrida judicialmente por la patronal del sector Uno, por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, y por la Autoridad Catalana de la Competencia.

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