El Govern avisa de que las negociaciones sobre la investidura de Pedro Sánchez están aún “muy verdes”

La consejera de la Presidencia de la Generalitat de Cataluña, Laura Vilagrà, ha calificado de “verde, muy verde” el estado de las negociaciones entre ERC y el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez, y ha considerado que, por lo tanto, es pronto para que la presidenta del Congreso, Francina Armengol, fije una fecha para esa sesión, que en todo caso tiene que celebrarse antes del 27 de noviembre, fecha en la que, si no hay presidente, quedarán disueltas las Cortes y se convocarán nuevas elecciones generales. La mano derecha del president Pere Aragonès ha asegurado que existe ya un acuerdo político con los socialistas para aprobar una amnistía a los encausados del procés —”la damos por descontada”, ha dicho—, pero que no ha habido todavía “avances” ni en lo referido a establecer las bases para un futuro referéndum de autodeterminación ni en reivindicaciones como la mejora de la financiación o el traspaso del servicio ferroviario de Rodalies, los trenes de Cercanías en Cataluña.

Desde el Gobierno trasladan una visión muy diferente. En La Moncloa señalan que las negociaciones no están estancadas, e insisten en que están “avanzando”, aunque admiten que lo que tienen por delante es una operación política muy compleja, que consiste en pactar una investidura a la vez con los dos grupos independentistas rivales entre ellos y con uno, Junts, que lleva cuatro años fuera de la mayoría y con posiciones fuertes en contra de cualquier acuerdo con el PSOE. “Nosotros seguimos trabajando y seguimos avanzando en las conversaciones para lograr tener un Gobierno estable que continúe con la agenda de progreso social de estos cuatro años”, aseguró Félix Bolaños, ministro de Presidencia y uno de los principales negociadores del PSOE. Socialistas e independentistas están llegando al punto más delicado de la negociación, cuando se concreta la amnistía, que ERC da por hecha pero no está cerrada, los acuerdos sobre fórmulas para gestionar el conflicto político catalán -el PSOE rechaza un referéndum de autodeterminación pero ERC reclama volver a la mesa de diálogo que se pactó en 2020 y revitalizarla- pero sobre todo las garantías por las dos partes. Los socialistas quieren una renuncia expresa a la unilateralidad que Carles Puigdemont rechaza de plano y Junts exige un “mecanismo de verificación”, una especie de mediador que para el PSOE es un trágala muy difícil de aceptar y que ya arruinó la negociación de los Presupuestos en 2019 que acabó con una ruptura que llevó al adelanto electoral de abril de ese año. El trabajo de la negociación está ahora en el medio de esas posiciones, buscando salidas que valgan para todos, informa Carlos E. Cué

Esquerra ha sostenido desde el principio de las conversaciones que pone sobre la mesa tres carpetas: la de la amnistía, la del referéndum y la del bienestar ciudadano, y que considera las tres igual de prioritarias. Los republicanos tienen la convicción de que el perdón a los líderes del procés será una realidad —aunque los socialistas niegan que el acuerdo esté ya cerrado— y que, por el contrario, no habrá grandes avances en cuanto al referéndum, una línea roja infranqueable para el PSOE. El foco de la negociación actual está, por tanto, según ERC, básicamente en Rodalies y en la financiación. Vilagrà y la consejera de Economía, Natàlia Mas, se han reunido este miércoles con las patronales Foment y Pimec y los sindicatos CC OO y UGT para buscar complicidades sobre el traspaso de Rodalies y la mejora de la financiación autonómica para paliar la “asfixia financiera”, cuyo déficit sitúa en 22.000 millones de euros.

Fiasco diario

Tras la reunión, Vilagrà ha apuntado que ha tratado con los agentes sociales el fiasco diario y la falta de inversiones en Rodalies de los que culpa al Gobierno central, y que han decidido abordar en el marco del Consell Econòmic i Social en que términos debería hacerse ese traspaso, tratar la financiación y los trabajos técnicos de los futuros Presupuestos, que serán menos expansivos que los de 2023. La consejera ha advertido de que quieren un traspaso “integral” de Rodalies, con recursos e infraestructura, y no uno envenenado, en alusión al anterior que se realizó en la etapa del gobierno tripartito entre PSC, ERC e ICV. “Con voluntad política, se puede hacer”, ha insistido, recordando que Cataluña, a diferencia de otros territorios, tiene un gestor como los Ferrocarriles de la Generalitat.

La consejera ha explicadola situación de los cercanías y sus múltiples incidentes con tres paquetes de datos: en lo que va de año, solo 44 días no ha habido incidencias; entre 2010 y 2021 solo se ejecutaron el 50% de las inversiones; y en 2021 el porcentaje, ha dicho, se situó en el 19%. Vilagrà espera “trabajar” en el consejo propuestas sobre cómo articular el traspaso, y se ha comprometido a debatir sobre el modelo de gestión y la situación en la que quedarían los trabajadores. Varios sindicatos de Renfe se oponen al traspaso. La vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, dijo hace dos semanas en Barcelona, tras reunirse con los sindicatos, que estaba a favor de la transferencia de Rodalies al aplicar el principio de gestionar desde la proximidad, pero apuntó que debe hacerse con unas condiciones dignas para los trabajadores.

UGT y CC OO han reiterado la necesidad de que los Presupuestos sean de carácter social y han pedido al Govern doblar los esfuerzos para “optimizar la gestión de los recursos presupuestarios” y trabajar en medidas que reduzcan la desigualdad y mitiguen los efectos de la inflación, según ha informado UGT en un comunicado. La central también ha reclamado que se profundice en la información sobre la falta de financiación denunciada por el Govern y el traspaso de Rodalies. Y ha pedido respetar ”la autonomía del espacio de negociación de investidura con los ritmos necesarios para llegar a un buen acuerdo”.

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