Colau aprueba de nuevo las cuentas por cuestión de confianza
El presupuesto, de 2.740 millones de euros, entra en vigor al no presentar la oposición una alternativa de Gobierno
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha superado por segundo año consecutivo el trámite de la cuestión de confianza —la oposición no ha presentado una alternativa de gobierno— y el presupuesto de 2018 quedó ayer automáticamente aprobado. La incapacidad de los siete partidos de la oposición para armar una alternativa se visualizó hace 30 días en el pleno, donde se evidenció el aislamiento de Colau, que el año pasado contaba con el PSC como socio de gobierno.
El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, señaló que la oposición está “fragmentada” y que durante la negociación de las cuentas no dialogó, al tiempo que afeó al PSC que no apoyaran el proyecto de presupuestos en lo que entiende que es un cálculo electoral tras romper, en noviembre pasado, el pacto de Gobierno por el apoyo de los socialistas a la aplicación del artículo 155. Por otra parte, el responsable de la cartera de economía destacó de las cuentas que muestran como “el transatlántico [municipal] se ha movido” para “aumentar la inversión social y fortalecer los recursos humanos del Ayuntamiento”.
Las cuentas del consistorio barcelonés prevén un gasto corriente de 2.210 millones de euros (el 15% para políticas sociales) y una inversión de 482. En total, el presupuesto es de 2.740 millones de euros, entre los que figuran partidas como 50 millones para el Plan de Barrios en los más castigados el eje Besòs, 175 para inyectar en el sistema de transporte público y mejorar la red de carriles bici, o 72 millones para construir vivienda pública de alquiler.
Pisarello afirmó que las cuentas de este año cumplen de forma “rigurosa e impecable” con los principales objetivos económico-financieros, entre los que destacó no tener déficit, mantener una buena liquidez y pagar a los proveedores a 30 días (la media es de 28,5 días).
“Las cuentas son un mensaje al PP y a sus aliados, entre los que está Ciutadans, que comparten su política económica y quieren ahogar al municipalismo”, afirmó en referencia a la Ley Montoro, que limita el gasto de los Ayuntamientos. “Las ciudades somos las que mejor gestionamos y las que lo hacemos de forma más rigurosa”, añadió. El ahorro bruto previsto se ha situado el cierre de 2017 en el 16,6% del presupuesto, y la deuda se ha mantenido por debajo del 60% de los ingresos corrientes: 835 millones, el 33%.
1,3 millones de superávit
El gobierno municipal ha firmado la liquidación del presupuesto de 2017, que revela como el Ayuntamiento de Barcelona ha cumplido con los objetivos de estabilidad. El ejercicio 2017 se ha cerrado con un gasto de 2.672 millones de euros, manteniendo un grado de ejecución superior al resto de ciudades de España. El portavoz del ejecutivo, Gerardo Pisarello, manifestó su satisfacción porque 2017 se ha cerrado con un superávit de 1,3 millones de euros. Según Pisarello, garantiza la capacidad de financiación del Ayuntamiento, pero está lejos de los 98 millones de euros con la que se cerró 2016 por las limitaciones impuestas por la ley de estabilidad presupuestaria.
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