El Palau Robert reivindica la figura y la lucha intelectual de Joan Fuster con una doble exposición

Un año después del centenario de su nacimiento, la figura está más viva que nunca. “Estar hoy aquí significa que el año de Joan Fuster no ha agotado su figura. Hagamos que cada año, sea el año de Joan Fuster”, han declarado los comisarios de la doble exposición dedicada al escritor valenciano que se ha inaugurado este lunes en el Palau Robert de Barcelona. En el acto, y coincidiendo con el Día de la Comunidad Valenciana, el Presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonés, ha reivindicado la necesidad de figuras como la de Fuster, defensor del diálogo cultural y la intelectualidad, frente a las amenazas actuales a la lengua catalana.

En el acto, al que también han asistido la consejera de Cultura, Nàtalia Garriga, y el presidente de la Diputación de Girona, Miquel Noguer, Aragonés ha reiterado el apoyo del Govern a todos aquellos que sufran ataques a la cultura catalana en “cualquier lugar de los Països Catalans, para fortalecer lo que algunas instituciones, desde otros territorios, intenten debilitar”.

Hasta el próximo 19 de noviembre, el Palau Robert acoge dos exposiciones en homenaje al escritor de Sueca (Valencia), en el marco del centenario de su nacimiento. La primera, Joan Fuster en su tiempo dibuja el recorrido por su trayectoria vital y profesional, mientras que la segunda Joan Fuster - Josep Pla: una conversación infinita ilustra la intensa y dinámica relación que el autor de Nosotros, los valencianos, mantuvo con el escritor ampurdanés. Según los comisarios, las muestras “se complementan” para reflejar cómo la complejidad vital e intelectual de Joan Fuster y sus reflexivas y analíticas propuestas sobre la identidad valenciana le permitían dialogar con personalidades emblemáticas del mundo de la cultura como es el caso de Pla.

Comisariada por Francesc Pérez y Edelmir Galdón, Joan Fuster en su tiempo analiza la trayectoria “relativamente breve” pero rebosante de actividad intelectual del escritor, cuyo rastro ha quedado para la posteridad en decenas de libros, miles de artículos de prensa y en la incidencia de su pensamiento que ha llegado hasta nuestros días. A través de recortes de periódicos, manuscritos originales, carteles, cuadros e incluso dibujos del propio Fuster, la exposición revela las reflexiones de un intelectual que se esforzó por “modernizar el País Valenciano” en todos los aspectos.

Joan Fuster nació en el seno de una familia tradicional, católica y carlista, en Sueca (en la Ribera Baja) donde siempre vivió. Su vida y pensamiento estuvieron marcados por una fuerte conciencia de la identidad valenciana, que después amplió a la catalana y que se pone de manifiesto en su relación con la lengua, de la que siempre reivindicó la necesidad de normalizar su uso, además de en su compromiso con el país, la libertad, la lengua y la cultura. El País Valenciano y Nosotros, los valencianos, publicados ambos en 1962 son dos sus libros que más impacto tuvieron en la sociedad de la época y que reflejan la fuerza de la identidad valenciana en su trayectoria intelectual.

Además, la muestra exhibe fragmentos audiovisuales de sus conversaciones con Montserrat Roig y el cantautor Raimon y suamplia colección de arte que cuenta con autores como Joan Miró, Andreu Alfaro, Joan Genovés o Antoni Tàpies.

En la exposición Joan Fuster - Josep Pla: una conversación infinita, dirigida por Antoni Martí, se abordan las múltiples afinidades y diferencias de los escritores, dos de los “más decisivos” de la literatura catalana del siglo XX, según ha afirmado la consejera de Cultura. La muestra, en la que ha participado la Fundación Josep Pla, recoge la relación entre dos escritores que a pesar de sus diferencias generacionales e ideológicas, tenían una manera complementaria de entender la literatura y el país, así como compartían referentes literarios, preocupaciones, su dedicación al periodismo e incluso tenían editores en común. Un diálogo expositivo que, partiendo de la cotidianeidad de sus vidas o de su manera de escribir “a mano y a máquina”, culmina en sus reflexiones sobre la escritura y la lectura o sobre la preocupación por el país que intercambiaban a través de cartas, artículos e incluso libros.

Para Aragonés, la relación entre Fuster y Pla “es una relación equiparable a la de los grandes intelectuales de las culturas europeas” y la exposición muestra cómo “partiendo de orígenes distintos acaban generando un vínculo de un legado extraordinario”, ha explicado.

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