Gabriel Rufián: “Los independentistas hemos fallado en lograr arrancarle al PSOE su propuesta para Cataluña”
El candidato de los republicanos pone tres condiciones para una eventual investidura socialista: el traspaso de Cercanías, el fin del déficit fiscal y que Pedro Sánchez no se levante de la mesa de diálogo
Gabriel Rufián (Santa Coloma de Gramenet, 41 años) se juega el todo o nada para Esquerra Republicana el 23-J. Su apuesta por la vía del diálogo pasará ahora por el veredicto de las urnas, que de momento parecen no valorar que se obtuvieran avances en el Congreso en leyes como la de Vivienda, la de Ciencia, los cambios en el Código Penal que rebajaron las penas de los líderes del procés o los indultos. Si son decisivos para lograr que se reedite la actual coalición liderada por Pedro Sánchez, sus votos serán a cambio de conseguir el traspaso de Rodalies (las Cercanías catalanas), una financiación diferente para Cataluña y que los socialistas no se levanten de la mesa.
Pregunta. ERC ha pasado en un mes de achacar la debacle del 28-M a la relación con el PSOE a vender sus frutos en campaña. ¿Qué ha cambiado?
Respuesta. Sinceramente pensaba que la gente veía en el Congreso nuestra lucha para intentar mejorar la agenda legislativa y política, pero no es así. La moraleja es que tenemos que ser mucho más valientes y que tenemos que explicarnos mucho más.
P. Lograron influir en temas clave pero no en el traspaso de Rodalies. ¿Por qué?
R. El PSOE nos lo ha ofrecido de forma recurrente pero es un regalo envenenado. No aborda ni la financiación que correspondería, ni la deuda pendiente, que calculamos en unos 4.000 millones de euros.
P. Pidió a los otros independentistas pactar de manera conjunta el precio de un hipotético apoyo de investidura a Pedro Sánchez. ¿Comparte que sea el referéndum?
R. La propuesta era para hablar de política, sin aspavientos. Estoy convencido que quizá ahora en campaña es más complicado, pero al día siguiente nos podemos poner de acuerdo. Es bastante posible que quizá a partir del día 23 no tengamos ventanas de oportunidades como las que hemos tenido estos cuatro años y que todo se haya ralentizado por intereses partidistas.
P. ¿Y cual es su propuesta de precio?
R. Las tres condiciones, que deberían ser no de investidura sino de legislatura, deberían ser más específicas y consensuadas: un acuerdo para intentar frenar el déficit fiscal que existe, que al final son mejores escuelas y hospitales; el traspaso de Rodalies pero con los fondos necesarios y que Sánchez no se levante nunca de la mesa de negociación.
P. Si no hay ese pacto con los independentistas catalanes, ¿debería hacerse con EH Bildu?
R. Nosotros aspiramos a hacerlo hacer todo lo que hemos hecho pero más acompañados, con los partidos independentistas, soberanistas, autonomistas… Yo me imagino un futuro en el que hagan un frente común las formaciones políticas independentistas de estados sin nación. Ahora ocurrirá en el Senado con EH Bildu.
P. ¿Es creíble plantear la existencia de la mesa de diálogo, en abstracto, como condición?
R. El 3 de octubre de 2017 sale mucha gente a la calle en Cataluña, no solo los independentistas, a pedir que los dos gobiernos se sentaran a hablar. Si con sólo 13 diputados ERC se ha conseguido lo que se ha conseguido esta legislatura, imagínese que habría sido posible gracias a una mayor fuerza. A veces creo que hay gente que no es que no le guste la vía negociada sino que le molesta que la lideremos nosotros.
P. ¿Ha ocultado en campaña la propuesta del acuerdo de claridad para el referéndum?
R. Se podrá estar de acuerdo o en contra nuestra, pero todo el mundo sabe qué proponemos, es claro: Acabar con la represión, la amnistía, y que se vote en un referéndum, cuyas reglas serían ese acuerdo de claridad.
P. ¿A qué atribuye que Patxi López, durante el debate, no pudiera concretar la propuesta del PSOE para Cataluña?
R. La apunta, pero simplemente concluye que no lo pueden decir porque necesita que también les voten en según qué sitios en España. Aunque acepto que, como independentistas, deberíamos hacer la autocrítica de nuestra incapacidad de arrancarle al PSOE su propuesta para Cataluña.
P. Una de sus frases que nunca falta en los mitines es que se negocia con el adversario, no con el amigo, ¿Aplicaría también para el PP?
R. Forma parte de mi responsabilidad decir que como demócrata tenemos que evidentemente negociar con todo el mundo, con el límite evidentemente en el fascismo. A nivel europeo, no se entendería que digamos que solamente negociamos con el PSOE. Pero como independentista, ya sé que si por ellos fuera esa mesa de diálogo sería en Soto del Real.
P. ¿Y negociar leyes con un PP en minoría, por ejemplo?
R. Para resolver el conflicto político tenemos que decir que dialogamos con todo el mundo. Otra cosa es entrar en el día a día.
P. ¿Por qué es especialmente áspero con Yolanda Díaz?
R. No tengo ningún drama personal contra nadie. A nivel personal siempre tuvimos una gran relación pero pasaron cosas muy feas durante la reforma laboral, los puentes se rompieron y me parece muy mal lo que le han hecho a Irene Montero. Lo único que espero es que sea un espacio valiente
P. ¿Lo dice por la ambigüedad sobre el referéndum?
R. A Yolanda yo la entiendo en todo, menos cuando habla de Cataluña. Lo único que sé de la política es que no se te entiende cuando no quieres que sepan qué es lo que realmente quieres decir.
P. Carles Puigdemont pide que nadie negocie por él pero sin arreglar su situación muy seguramente es imposible abrir un tiempo distinto. ¿Hay salida?
R. Más allá de heridas y fobias, forma parte también de mi trabajo que algún día todo el mundo que está en el exilio pueda volver. Es gente que no merece estar fuera y yo creo que eso caerá por su propio peso. Nosotros lo que nos comprometemos es a intentar por todos los medios posibles y esperamos estar más acompañados que puedan volver.
P. ¿El Govern de Pere Aragonès debe terminar la legislatura, pase lo que pase el domingo?
R. Lo que decida el president me parecerá estupendamente bien.
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