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ERC advierte a Díaz de que no apoya proyectos personales y anuncia un frente contra la reforma laboral

Rufián denuncia que Trabajo no quiere negociar nada de lo pactado previamente con la CEOE y Europa y busca una alianza con Bildu, BNG y la CUP

Javier Casqueiro
Reforma laboral
El portavoz parlamentario de ERC, Gabriel Rufián, en una conferencia de prensa en el Congreso, el pasado noviembre.Alejandro Martínez Vélez (Europa Press)

El líder de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha empleado este miércoles uno de sus tonos más duros para desmarcarse de las negociaciones en marcha por parte de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, para sacar adelante en las Cortes el proyecto de la reforma laboral que cambiará la vigente e impuesta por un Gobierno del PP en 2012. Rufián ha sido particularmente incisivo con la postura actual de Díaz: “ERC no apoya ni vota proyectos personales”. El dirigente republicano ha constatado, tras los últimos y recientes contactos de su formación con el Ministerio de Trabajo, que ese departamento no está realmente dispuesto a negociar nada que cambie el pacto ya cerrado en Navidades con los agentes sociales y ha anunciado que buscará un frente común con otros partidos nacionalistas y de izquierdas como Bildu, BNG o la CUP para tumbar ese proyecto, que se votará en apenas dos semanas.

Rufián ha querido dejar claro este miércoles, primero en una entrevista en Catalunya Rádio y después en una contundente rueda de prensa en el Congreso, que Esquerra no está nada contenta con la forma en la que se están desarrollando las conversaciones y contactos con el Gobierno y, en particular, con el Ministerio de Trabajo y la negociación de la reforma laboral. El dirigente republicano ha recordado que la derogación de ese proyecto del PP era uno de los dos compromisos más simbólicos del actual Ejecutivo de coalición del PSOE y Unidas Podemos, junto con la ley de seguridad ciudadana o ley mordaza. Ninguna de las dos derogaciones se ha conseguido aún.

El portavoz de ERC ha evidenciado así este miércoles lo lejos que están su formación y sus 13 diputados de respaldar la nueva reforma laboral. Rufián enfatizó que en estos últimos nueve meses, el Ministerio de Trabajo y Yolanda Díaz han estado muy ocupados “hablando con la CEOE”, en lo que calificó como una estrategia “hábil”, pero, en cambio, ha lamentado que apenas hayan conversado con ERC y otros grupos de la mayoría de la investidura, lo que ha considerado “un error”. Para Rufián, la reforma laboral que propone el Gobierno “no es tan reforma, sino un pequeño cambio de lo que hizo el PP”. “No podemos apoyar una reforma que sea solo maquillaje. Tal como está, no”, ha aseverado, en la línea de lo manifestado este lunes por el líder de Esquerra, Oriol Junqueras.

“ERC no negocia ni vota proyectos personales, porque quizá esto es un proyecto personal de Yolanda Díaz. La pregunta es: ¿por qué no quieren negociar con nosotros, ni tocar comas o aspectos que para nosotros son nucleares? ¿Por qué al final lo cerrarán con Ciudadanos?”, se ha preguntado. Y se ha respondido: “Nos dicen que esto son lentejas, pero si no se mueven ERC votará que no”. Rufián ha resaltado, muy enfáticamente, que es “mentira, falso y una intoxicación” que en las Navidades se les hubiera llamado desde el Ministerio de Trabajo para negociar nada y ha limitado la incidencia real de esos contactos a los últimos dos días. Este martes, de hecho, se produjo la reunión más reciente, pero sin avances. ERC reclama una serie de mejoras laborales que no suponen solo cambios en la reforma laboral sino también en el Estatuto de Trabajadores y en otros conceptos (como la mejora de la indemnización por despido en 45 días o más inspecciones de trabajo) y la vicepresidenta lo que quiere ahora es superar la barrera de la votación para convalidar el proyecto pactado y aprobado en Consejo de Ministros en el pleno del 3 de febrero. Las posiciones están muy distantes.

El portavoz republicano ha avanzado que ahora su formación trabajará y buscará “un frente común” en el Congreso con otros socios de investidura de izquierdas, nacionalistas e independentistas, como EH Bildu, BNG y la CUP, aunque también emprenderá contactos con PNV, Más País y Compromís, sobre los que reconoce que están más alejados de sus posiciones y más dispuestos a negociar con el Gobierno. El partido clave aquí vuelve a ser otra vez el PNV, que por ahora tampoco transmite buenas vibraciones para el Gobierno. Los portavoces del Partido Nacionalista Vasco insisten en que están en posiciones lejanas, sobre todo en su exigencia de que prevalezcan los convenios autonómicos sobre los estatales, pero también han admitido que están en conversaciones y que ven opciones de introducir pequeñas mejoras.

Rufián ha corroborado así este miércoles que si al final la vicepresidenta Díaz no llega a un acuerdo con ERC tendrá que virar hacia la derecha de Ciudadanos y ver qué sucede con el PNV, si apoya el proyecto o se sitúa incluso en la abstención para permitir el éxito en la votación final. Pero el dirigente republicano ha apostado a que si se produce ese cambio la que tendrá más problemas y “complicaciones” para justificar ese giro “a la clase trabajadora” será la propia Díaz, Podemos y luego el PSOE cuando acudan en campaña a algunas poblaciones catalanas, y ha puesto el ejemplo de su localidad, Santa Coloma de Gramanet.

El decreto de la reforma laboral necesita más votos afirmativos que negativos para prosperar, y por ahora solo suma los 154 de que disponen PSOE y Unidas Podemos. El PSOE se ha abierto a negociar con más partidos ante el atasco con ERC, PNV y Bildu. La patronal auxilió el lunes al Gobierno y pidió a Cs que votara el acuerdo. El discurso del Ejecutivo, con mayor énfasis en la parte socialista, es que el Congreso debe respetar lo acordado por los agentes sociales.

La vicepresidenta Díaz ha acelerado los contactos políticos en los últimos días para intentar salvar el pacto alcanzado en Navidades con la patronal y sindicatos. La clave de esta negociación a varias bandas, con la vigilancia de no deshacer el acuerdo está ahora fuera del proyecto de reforma laboral. Trabajo ha estado discutiendo estos días con PNV y ERC, principalmente, sobre la posibilidad de perfilar mejor la redacción de dos puntos de un artículo del actual Estatuto de los Trabajadores (84.4 y 84.4) que podrían dar la opción a interpretar que en caso de conflicto prevalecen los convenios estatales sobre los autonómicos. Esquerra ha reclamado que primen los convenios autonómicos para dar apoyo a la reforma laboral del Gobierno.

Un bono joven “inútil” sin limitar el alquiler

Por otro lado, sobre el bono joven de alquiler ―250 euros mensuales por dos años para jóvenes entre 18 y 35 años que cobren un salario inferior a tres veces el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (Iprem) 24.318 euros― , Rufián ha considerado que es “inútil” anunciar esta medida “sin limitar el precio del alquiler”. “No hay ningún motivo para que el arrendador no suba 250 euros el alquiler, porque no tiene ningún incentivo para no hacerlo. Me parece un sorteo que depende del arrendador”, ha lamentado Rufián, recordando su propia “experiencia personal” como beneficiario del bono para jóvenes que se impulsó en 2007, pero que fue “un desastre”.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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