Ernest Maragall: “Trias viene a salvar a Convergència, no a representar a Barcelona”
El candidato de ERC a la alcaldía de Barcelona anuncia que si gobierna abrirá “un distrito 12 por la paz en los cuarteles del Bruc”
El candidado de ERC, Ernest Maragall (Barcelona, 80 años), ganó las últimas municipales en Barcelona pero quien pactó y logró la alcaldía fue Ada Colau. Lo vuelve a intentar en una carrera que ve a cuatro entre los republicanos, comunes, PSC y Junts.
Pregunta. La irrupción de Xavier Trias, candidato de Junts, acelera la campaña, ¿le cambia mucho los planes?
Respuesta. Estamos en la parrilla de salida, con cuatro competidores en cierta igualdad de condiciones. Tendremos que ser capaces de mostrar lo mejor de nosotros, ofrecer alternativas para ayudar a Barcelona.
P. Parece que su caballo quedó atrás. El resto de candidatos no hablan de Ernest Maragall. ¿Han cambiado de enemigo?
R. Forma parte de las previsibles tácticas electorales. Pueden estar interesados en que sea así, pero el único que ha ganado las elecciones soy yo.
P. El candidato del PSC, Jaume Collboni, ha fichado a Lluís Rabell y Colau a Guille López. ¿Con qué nos sorprenderá?
R. No me da envidia ninguno.
P. Si se miran los candidatos, no hay relevos. ¿Qué pasa?
R. Mi equipo será la mejor definición de que sí los hay.
P. Trias dijo el año pasado que no se presentaría, que ya era mayor. ¿Le molesta el debate sobre la edad?
R. No me molesta. El señor Trias viene a salvar a Convergència, no a representar a Barcelona. El encargo que tiene es este. Pero, en la cuestión de la edad, constato que en capacidad, claridad, convicción y conocimiento estoy mejor que hace cuatro años. Estoy en contra de todas las discriminaciones.
“No soy especialista en demoliciones, sino en construir ciudad”
P. Después de que ERC haya pactado en el Parlament con el PSC, ¿qué problema vería en un tripartito con Colau y Collboni?
R. La igualdad de partida nos obliga a ganar con un margen para que los acuerdos antinatura sean imposibles. Mi único propósito es ganar con una mayoría suficiente para formar un gobierno de verdad, no un reparto de poderes [como en el último mandato].
P. Si no es alcalde, ¿se marchará?
R. Me cuesta entender la actitud de quien dice que condicionan todo a ganar. Yo sé que puedo ganar, pero en democracia decide la ciudadanía. Si asumo la responsabilidad, tengo que ser coherente y voy a estar ahí, por convicción y por respeto.
P. Esto se ha convertido en un ‘echar a Colau’. ¿Qué es lo peor que ha hecho la alcaldesa en estos ocho años?
R. No se ha sabido entender a ese ciudadano, en la búsqueda de objetivos legítimos que podíamos compartir se ha aplicado un tipo de actuación, no sé si utilizar la palabra dogmatismo, pero sí con una actitud que ha ido distanciando progresivamente a los comunes y a Colau del sentir de la mayoría de la ciudad. Hay fracasos evidentes, empezando por la vivienda. Pero lo interesante no es pasar cuentas, sino decidir cómo se orienta Barcelona al futuro. No soy especialista en demoliciones, sino en construir ciudad.
El problema de la movilidad no se resuelve con actuaciones puntuales, en una calle, dos o diez”
P. Critica, pero usted ha sido un socio estable de Colau, le ha apoyado los grandes proyectos.
R. Lo que hemos hecho es no quedarnos atrapados en la frustración. Por cierto, que se ha verificado que en términos de voto Junts ha apoyado más que nosotros. Hemos actuado a favor de la ciudad aquí y en el Congreso. Hemos colaborado en los presupuestos, hemos aportado cuestiones como la tasa turística, que ha comportado 72 millones de euros, o que se ponga en marcha la Tasa Amazon, cerrar las cocinas fantasma y apoyar la escuela de adultos del Besòs.
P. ¿Qué harán con la superilla y con la movilidad?
R. El problema de la movilidad no se resuelve con actuaciones puntuales, en una calle, dos o diez. Se resuelve con actuaciones equitativas y bien distribuidas. Y con compromiso con el ámbito metropolitano en transporte público y organizando mejor la capacidad de entrada y salida a la ciudad, porque la mitad de empleos se cubren con ciudadanos de otras ciudades. En el modelo actual, que no se ha discutido en plenario, se han ejecutado proyectos de obras que tienen efectos contraproducentes.
P. Los vecinos de Consell de Cent están contentos.
R. Hablemos también con los de la calle Valencia o la Gran Via o las calles verticales. Todavía es pronto para valorar en su conjunto. El Eixample es mucho Eixample, es urbanismo con mayúsculas, y no deberíamos aplicar soluciones de laboratorio. No se puede utilizar el Eixample para defender Barcelona de los que vienen de fuera, no se puede convertir en una trinchera.
P. ¿Su planteamiento es la guerra contra el coche?
R. Mi planteamiento es a favor de los ciudadanos. No soy anti ni pro coches, es absurdo. La movilidad es un derecho, pero hay que garantizar también la calidad del espacio público.
P. ¿Qué otras grandes propuestas planteará?
R. Les hablo de una muy concreta: distrito 12. El 11 fue Sarajevo. Y ahora vamos a abrir un distrito 12 por la paz. En los cuarteles del Bruc. Tienen que ser sustituidos por una institución de trabajo por la paz. Vamos a hacerlo con el liderazgo de referencia mundial de Barcelona. No vamos a sustituir la geopolítica internacional, pero sí hay que influir. Hay que sentar en la mesa a Tel Aviv y Gaza.
P. Los cuarteles del Bruc son del Ministerio de Defensa. ¿Habrá que echarles?
R. Precisamente. Habrá que trabajarlo y negociarlo.
P. ERC tardó en reaccionar a la iniciativa de Colau de romper con Israel.
R. Nos pareció muy mal que se adoptara unilateralmente. Puede hacerlo, pero hay cierto miedo a afrontar las cosas en términos de debate democrático. Los palestinos tienen razones sobradas para plantear lo que plantean. Lo que está en cuestión es cómo nos acercamos más.
P. ¿Y qué hará por la gente joven que no pueden pagar la vivienda y se va de Barcelona?
R. Es uno de los grandes temas. Tenemos el diagnóstico y cómo afrontarlo. Hay una regulación pendiente y un tema de funcionamiento de las instituciones y el sector público y privado. Es cuestión de liderazgo y complicidad. Hay que atacar tres elementos: formación, ocupación, vivienda para ofrecer un futuro a la juventud, es inaceptable que la ciudad les expulse.
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