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De alumnos del MIT a profesores por un mes en Barcelona

Estudiantes de la prestigiosa universidad americana participan en un programa para fomentar las ciencias entre los alumnos de ESO

Ishika Shah, con camiseta del MIT, junto a los alumnos del instituto Vedruna Immaculada de Barcelona en clase de robótica.
Ishika Shah, con camiseta del MIT, junto a los alumnos del instituto Vedruna Immaculada de Barcelona en clase de robótica.MASSIMILIANO MINOCRI

Marina e Isabel, alumnas de 3º de ESO, se concentran en la pantalla de su portátil para introducir las órdenes precisas para que su robot -participan en la Lego League- siga un circuito concreto y coja unos pequeños objetos redondos. Tras varios intentos, casi lo consiguen. “Good job”, les anima la joven Ishika Shah, de 20 años, mayor para ser una compañera, pero joven para ser su profesora. De hecho, es ambas cosas. Ishika estudia en el prestigioso Massachusetts Institute of Technology (MIT), en Estados Unidos, pero ha pasado tres semanas ejerciendo de profesora en la escuela Vedruna Immaculada de Barcelona.

Ishika es una de los 10 alumnos que, en el marco del programa Global Teaching Labs del MIT y la Fundación La Caixa, han estado el mes de enero haciendo de profesores de refuerzo en una decena de escuelas catalanas, nueve de las cuales son concertadas y solo una pública de la zona alta de Barcelona. “Es más fácil vehicular este tipo de iniciativas con las concertadas”, admite Xavier Bertolín, director corporativo de Educación de la Fundación.

Esta es la segunda edición del programa -la primera fue justo antes de la pandemia-, que tiene como objetivo la mejora de las prácticas educativas y aumentar la presencia de chicas en los ámbitos científicos. “El MIT aplica un método en que los alumnos aprenden haciendo las cosas y donde la mitad de los alumnos en asignaturas STEM [Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas] son chicas. Aquí hacemos mucha teoría y poca práctica. Se trata de poner un espejo y ver qué podemos copiar para mejorar nuestro aprendizaje, para que el profesor sea más bien un guía y el alumno vaya descubriendo el conocimiento”, abunda Bertolín.

En el Vedruna Immaculada, Ishika ha estado como profesora de apoyo en asignaturas como Matemáticas, Tecnología o Robótica a alumnos de ESO. La directora del centro, Glòria Portals, espera que su presencia deje huella entre las estudiantes. “Está bien que vean un estudiante del MIT como alguien cercano y también la ciencia como algo que está a su alcance, igual que la posibilidad de estudiar en el extranjero. Ver que una chica se dedica a la Inteligencia Artificial puede resultar inspirador y esperamos que despierte muchas motivaciones”.

Esta joven americana de 20 años estudia Ingeniería Eléctrica e Informática en el MIT y le interesa la tecnología aplicada a la salud y “cómo la tecnología puede ayudar a la gente”, explica. Decidió participar en el programa para ver cómo funciona la educación en otros países y compartir su pasión por la tecnología con otros alumnos. “Lo mejor es hablar con los alumnos en pequeños grupos y enseñarles cómo funcionan las cosas o que ellos te pregunten. El otro día uno de los estudiantes me dijo que quería estudiar Informática, y eso me llena de orgullo”, tercia la joven.

Los alumnos también se muestran encantados con contar con una profesora apenas cinco años mayor que ellos. “Te entiendes más con una chica joven, estás más a gusto”, admite Biel, estudiante de 3º de ESO. Y coinciden a expresar admiración por la fugaz profesora. “Es impresionante como una chica tan joven tiene tanta capacidad e inteligencia, y que alguien del MIT venga a darnos clase”, añade Marina.

Lluís Garcia Leiva, profesor de Matemáticas y mentor de Ishika, destaca que con la presencia de la joven “los alumnos se esfuerzan y se informan más porque tienen ante ellos alguien top del MIT. También les ha ayudado a lanzarse para hablar con ella en inglés, les enriquece conocer a alguien de otro país y ven que hay otras opciones en la vida”.

Dos alumnos en clase de robótica del instituto Vedruna Immaculada de Barcelona.
Dos alumnos en clase de robótica del instituto Vedruna Immaculada de Barcelona.MASSIMILIANO MINOCRI

Otro de los alumnos del MIT que participa en el programa es Matthew Caren, de 19 años, estudiante de Informática, en la especialidad de Matemáticas y Música, una combinación poco habitual, pero que este joven se ha propuesto demostrar que es posible. Tras años estudiando piano de jazz e incluso componer música para películas, Matthew defiende que “las matemáticas y las ciencias son solo un instrumento para lograr otras finalidades”.

El joven ha pasado tres semanas en un instituto público de Barcelona -que ha preferido no participar en el reportaje- con la intención es poder “inspirar” a los alumnos, enseñándoles las aplicaciones prácticas de la teoría, como por ejemplo utilizar el álgebra para construir instrumentos musicales. “Mi objetivo ha sido enseñarles que deben aprender ciencias o matemáticas, no para aprobar un examen, sino que sirve para otras muchas cosas. No quiero mostrar el qué, sino el por qué. Creo que lo más importante de un profesor es que sea capaz de inspirar a sus alumnos para que puedan continuar estudiando. Conseguir poner una semilla es algo poderoso”.

Matthew explica que se lleva consigo grandes momentos con los alumnos, como cuando uno de ellos le preguntó de repente cómo funcionaba el Bluetooth. “Una de las mejores cosas ha sido rememorar esa sensación infantil de curiosidad constante sobre cómo funcionan las cosas, de preguntar constantemente por qué. Y esto es lo que mueve la ciencia”, remacha.

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