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Becas salario, más plazas de FP y orientación de alumnos: las recetas de la Fundación Bofill para acabar con el abandono escolar en Cataluña

La entidad presenta una serie de medidas para reducir el porcentaje de alumnos que no realiza estudios posobligatorios del 15% actual al 10% y critica la inacción de Educación ante esta problemática

Alumnos en un instituto de Montcada i Reixac, Barcelona, en una imagen de archivo.
Alumnos en un instituto de Montcada i Reixac, Barcelona, en una imagen de archivo.Gianluca Battista

Becas salario, más plazas en la FP, orientación o seguimiento de los alumnos vulnerables son algunas de las propuestas que la Fundación Bofill -entidad especializada en políticas educativas- lanza al Departamento de Educación para que lidere una serie de políticas para atajar las tasas de abandono escolar prematuro -alumnos que solo han logrado la titulación de ESO y no continúan estudiando- del 15% actual hasta el 10% en cuatro años. “Tenemos un abandono escolar que no nos merecemos. Es normal que algún alumno se pierda en el camino, pero lo que no es normal es que haya carreteras resbaladizas donde los alumnos se salgan masivamente y tampoco que no haya carriles de reentrada”, ha resumido metafóricamente el director de la Fundación Bofill, Ismael Palacín.

El abandono prematuro de los estudios se situó en 2021 en el 14,8% de los jóvenes entre 18 y 24 años, según datos del Departamento de Educación. Se trata de la cifra más baja, al menos, de este siglo. Durante los años de bonanza, este porcentaje oscilaba alrededor del 30%, pero empezó a descender en 2009, con el estallido de la crisis económica, hasta reducirse a la mitad. Aunque se trata de una cifra anormalmente baja, todavía es superior a la media española (13,3%) y europea (9,7%).

Diversos son los factores que han ayudado a esta mejora de los índices de abandono: por una parte, el contexto económico, ya que la crisis de hace 15 años llevó a muchos jóvenes a prolongar su etapa estudiantil ante la imposibilidad de encontrar trabajo. La fundación también añade otros elementos, como la reducción de las repeticiones de curso y el impulso de la Formación Profesional.

Con todo, desde la Bofill critican la falta de compromiso político para atajar el problema. “Mandato tras mandato, todos los gobiernos están de acuerdo de que este problema es muy importante, pero después no pasa nada, no hemos encontrado a nadie que se ponga a solucionarlo”, ha lanzado Palacín. En este sentido, piden al Departamento de Educación que “lidere” la lucha contra el abandono escolar para lograr cumplir el objetivo europeo de bajar hasta el 10% en cuatro años.

“Hemos llegado a un punto que el descenso del abandono puede quedar estancado si no hacemos nada, mientras vemos que otros países están aplicando medidas para erradicarlo. La experiencia de estos territorios nos permite afirmar que se puede mejorar y sabemos cómo hacerlo”, ha incidido la socióloga Elena Sintes, una de las autoras, junto a los investigadores Miquel Àngel Alegre y Alejandro Montes, de la agenda de choque contra el abandono escolar que ha presentado este miércoles la fundación.

Concretamente, entre las 20 medidas que recoge el plan destacan, en primer lugar, identificar el alumnado con más riesgo de abandono y hacer un seguimiento, ampliando el actual registro de alumnos RALC con datos del perfil socioeconómico y educativo del alumno. Asimismo, se propone activar un paquete con 11.000 becas salario para ayudar a que jóvenes entre 16 y 18 años de entornos desfavorecidos continúen estudiando; contar con planes de orientación y acompañamiento en todos los institutos; o que los municipios con más de 10.000 habitantes cuenten con planes de seguimiento de los alumnos absentistas (que habitualmente son los que abandonan). “Si de verdad nos creemos el mensaje de que hay que dar las mismas posibilidades a todos los alumnos, entonces hay que ofrecer becas para romper las barreras económicas. Hace falta una política de ayudas para garantizar que los alumnos más empobrecidos alarguen la trayectoria educativa”, ha incidido Miquel Àngel Alegre, jefe de proyectos de la Bofill.

En lo que se refiere a la Formación Profesional, la Bofill propone aumentar las plazas en estudios posobligatorios, como 15.000 en la PF de grado medio, 5.000 en los Programas de Formación e Inserción y 5.000 en los llamados centros de nuevas oportunidades. La entidad admite que se han aumentado las plazas en los dos últimos años, pero critican los “desequilibrios” a nivel territorial, “una oferta eminentemente privada” en muchos municipios” y una “falta de conexión” entre las plazas que se ofertan con las salidas y necesidades profesionales en ciertos territorios.

La Bofill también propone otra serie de medidas adicionales, como un sistema de seguimiento y recuperación de estos alumnos, 13.000 ayudas de transporte para los alumnos sin recursos que deben desplazarse hasta el centro de estudios, becas para acceder a las extraescolares o reservar plazas para los alumnos más vulnerables en los ciclos medios de FP. En total, los investigadores de la fundación calculan que las medidas relacionadas con las ayudas económicas o la ampliación de plazas tendría un coste de unos 350 millones.

Consecuencias sociales

La fundación recuerda que el abandono escolar tiene sus consecuencias sociales, ya que el paro afecta al doble de estos jóvenes, respecto a los que continúan los estudios. Además, tienen cuatro veces más de posibilidades de acabar en un trabajo no cualificado o de contar con salarios más bajos, lo que tiene consecuencias futuras a la hora de acceder a una vivienda o de riesgo de sufrir riesgo de pobreza. “Difícilmente estos alumnos se llegan a recuperar de estas consecuencias”, ha lamentado Palacín.

Con todo, los investigadores calculan que este fenómeno supone un “lastre” para la economía, provocando pérdidas de hasta el 1% del PIB a causa del menor desarrollo económico y el aumento de la pobreza.

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