El futuro paseo del litoral de Barcelona hasta el Fòrum permitirá caminar por la plataforma del zoo

A la fachada marítima de la ciudad de Barcelona le faltaba rematar y adecentar un último tramo: entre la ronda litoral y la playa, del pabellón de la Mar Bella a la zona de baños del parque del Fòrum. Una inexplicable y enorme lengua de asfalto de 11 hectáreas que en los últimos 30 años ha tenido varios usos, nunca definitivos. El último, un aparcamiento gratis en primera línea de mar. Si sería gratis que, además de utilizarlo los vecinos, se había convertido en un concesionario de compra venta de coches informal, por no decir ilegal.

El Ayuntamiento ha explicado este jueves el proyecto a los vecinos de los barrios más próximos a la zona, dl distrito de Sant Martí. El espacio se convertirá en un paseo parque de 12 metros de ancho, con vegetación, desniveles, gradas, pistas de vóley-playa, un carril bici, como más o menos se había ido revelando.

La novedad es que, por fin, el paseo pisará la plataforma que se construyó en 2008 para ubicar un fallido zoo con especies marinas y que ahí sigue. El futuro paseo marítimo y verde discurrirá por su perímetro, en el lado del agua. Será la primera vez que los barceloneses lo puedan disfrutar, rodeándolo.

La idea es dejar el proyecto ejecutivo listo antes de acabar el mandato para que las obras puedan comenzar a finales de 2023. El presupuesto previsto de la actuación es de unos 44 millones de euros. Pero antes es necesario materializar la cesión por parte del Gobierno de la franja litoral, la Zona Marítimo Terrestre, que el Ayuntamiento negocia desde hace por lo menos tres años con varios ministerios.

Con el paseo y parque definido, quedará pendiente el uso central de este enorme espacio de 230.000 metros cuadrados. De momento, explicó la teniente de alcalde de Urbanismo, Ecología y Movilidad, Janet Sanz, se pavimentará y seguirá acogiendo grandes espectáculos (conciertos y festivales, circos que visitan la ciudad o las atracciones de la Feria de Abril). La plataforma la gestiona la empresa municipal BSM, que también se encarga de los aparcamientos.

En una propuesta que lanzó Barcelona Regional, la agencia de desarrollo urbano del consistorio, se contemplaba ubicar un equipamiento de ciudad en esta ubicación. Lo que el Ayuntamiento descarta es construir un barrio en esta lengua de hormigón donde el ministerio de Transición Ecológica (del que dependen las costas) solo contempla su uso para equipamientos, explican fuentes de la agencia.

Sanz ha hablado de “resolver una deuda histórica” y ha asegurado que el proyecto está “muy trabajado con los vecinos”. La regidora ha señalado también que el futuro paseo y parque “incorpora el reto de la emergencia climática”. Se plantarán 800 árboles, se eliminará el salto de cota entre la playa y el paseo, de forma que la playa crecerá. “Será un talud natural que hará el espacio más resiliente ante posibles aumentos del nivel del mar”, ha celebrado el arquitecto jefe del consistorio, Xavier Matilla.

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